𝕰𝖗𝖊𝖘

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Canción ideal: Earth angel – The Tokens ¬ I'm in love with you – Elizabeth Riordan

Rafael despertó por el hormigueo que se extendió desde su hombro hasta las yemas de sus dedos. Sus labios se curvaron hacia arriba cuando Liliana dormía tan cerca de él que podía olerla, sentir el latido pacífico de su corazón e incluso, como la calidez se esparcía por todo su cuerpo.

Se olvidó que tenía el brazo entumido y se dedicó a observar cada detalle en su rostro. A memorizarlo para grabarlo en su mente y no olvidarse de él jamás. Deseaba que no despertara y lo captara embobado. Se pegó más a ella, sin una doble intención, sino que para estar sentirla de otra manera.

Con cuidado de no despertarla, quitó su brazo que estaba debajo de su cabeza y lo estiró para tratar de despejar el entumecimiento. La jaló con delicadeza hacia arriba para que pudiera acostarse con mayor comodidad sobre la almohada, aunque eso provocó que ella comenzara a removerse.

Pestañeó varias veces y Rafael se dio cuenta, entonces, comenzó a acariciarla por toda su espalda para tratar de relajarla y que volviera a dormir, pero solo ocasionó lo contrario. Las caricias la estaban haciendo despertar.

—Duérmete, Lili.

—¿Qué hora es? —murmuró adormilada y abrió un ojo para verlo, aunque, se le pegaba por el sueño.

Rafael volteó levemente a su mesa de noche y agarró su viejo reloj para comprobar la hora. Pasaban más de las 12 y concordaba con el hecho de que no se podía escuchar nada más que sus respiraciones y los ronquidos de Carlos desde su habitación.

Él se quedó en el cine por dos horas, que era la duración de la película. Paseó por las calles principales de Culiacán, con las manos hacia atrás, como si estuviera juzgando a las personas que caminaban por ahí. O eso es lo que ellos pensaban por la intensidad de su mirada.

Cuando terminó su simple paseo, encontró un puesto de elotes preparados y se sentó en una banca a que pasara una hora más. No quería arriesgarse a llegar antes y encontrarse con un escenario no apto para él. La idea de irse a un hotel cruzó por su mente, sin embargo, seguía siendo su casa.

Grande fue su alivio cuando llegó al piso y no encontró nada raro, más que el sillón que se desacomodó un poco y la puerta de Rafael estaba cerrada por completo. Él sonrió de medio lado.

"Ya era hora", pensó.

—Casi las dos —regresó su vista a ella y mostró sus dientes al instante—. Feliz cumpleaños.

Rafael se juntó más a ella con la intención de besarla y suspiró cuando los brazos de Liliana rodearon su cuello, pegando su piel con la suya. Sus senos con sus pectorales. Su corazón en el lado opuesto al suyo. Ambos latiendo al mismo ritmo.

—¿Por qué cuando me besas me electrizas? —se preguntó al momento de romper el beso y la miró directamente a los ojos.

—No sé, supongo que tenemos mucha energía guardada —arrugó su nariz y Rafael la besó al instante con un ataque de risa trabado en la garganta.

—Se suponía que debías decir algo romántico —pegó su frente con la suya y negó con la cabeza.

—Oh, bueno... —tartamudeó—... Tal vez es porque tenemos mucha química, yo no puedo dejar de temblar cuando me tocas.

—¿Así?

Su mano recorrió desde su hombro hasta su espinilla, rozando parte de su tobillo. Recordó esa alucinación que llegó a tener varios años atrás, en los que la desesperación de su mente por verla una vez más le hizo creer que esa experiencia era real.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora