𝕬𝖌𝖗𝖎𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊

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Canción ideal: Wicked game - Chris isaak

—¿Qué? —alcanzó a exclamar, ya que esa fue la primera palabra que pudo decir que no fuera una grosería.

—¿No estás de acuerdo? —preguntó con algo de temor, aunque se mantendría firme en su decisión: Iris debía de conocer a su familia.

Liliana parpadeó varias veces y volvió a agarrar la cuchara para seguir revolviendo, enfocó su atención en ver como el jugo de naranja se mezclaba con el agua.

—Solo estoy sorprendida —murmuró—. No esperaba que esa reunión se daría tan pronto. ¿Tú les dijiste que vinieran?

—De por sí ya vendrían, cada verano vienen para hacerme compañía —Rafael dejó el cuchillo y se acercó a ella para detener sus manos y así poder tomarlas—. Liliana, necesito que me escuches.

Inmediatamente, ella alzó su cabeza para observarlo y acatar la acción que le pedía. Llegó a alterarse por la idea de que él organizó esa reunión sin consultárselo, eran un equipo y si querían funcionar, debía de existir comunicación entre ellos.

—Te escucho.

—No quiero que Iris crezca pensando que está sola, tú y yo conocemos muy bien ese sentimiento —él observó como ella asintió, compartían la soledad y fue esa una de las razones por las que congeniaban—. Quiero que sepa que tiene una abuelita de mi lado, que tiene tías que la querrán demasiado y un primo con quien jugar. En caso de que algo me pase a mí o a ti, quiero que tenga a alguien que la cuide.

—No digas eso, nada nos pasará.

—Sabes a lo que me refiero.

Liliana comprendía lo que quería decirle. A pesar de que les tenía un gran aprecio a los papás de Martina, ellos no estuvieron ahí de la manera ideal. Desde el momento en que quedó huérfana, se enfrentó con el mundo sola.

Nadie estuvo para darle la mano como ella requería.

Y sabía que no podía volver a cometer ese error.

—¿Estaremos seguras?

Rafael apretó sus manos y las llevó a su espalda, de tal manera que él pudiera abrazarla. Acomodó su cabeza sobre la suya y simplemente agradeció la disposición de Liliana al dejarse hacer.

—Lamento haberte hecho tan insegura, pero mi vida será destinada a protegerlas, Liliana. Iris necesita crecer con más personas a su alrededor, que más personas tengan la oportunidad de conocerla y ver lo grandiosa que es.

—Solo tengo algo de miedo —confesó y jaló un poco su playera de tirantes.

—Puedes sentirte segura conmigo.

Lo admitiría solo para ella misma, pero lo que Rafael decía era cierto. La última vez que se sintió así de segura fue con doña Juana y antes de ella fue él. Incluso se llegaba a sentir insegura en los brazos de Martina, aún le daban miedo sus opiniones fuertes.

Con él parecía ser todo diferente y no encontraba razón.

—¿Por qué? —susurró demasiado bajo para evitar que Rafael escuchara.

Se mantenía repitiendo a sí misma que solo era la nostalgia, no sentimientos genuinos. Era su mente la que trataba de engañarla, en conjunto con su corazón, que la querían tirar abajo y volver a caer. Liliana se aferraba a la idea de no volverse a enamorar.

La última vez que lo hizo casi la destruyeron, entonces el miedo y la ansiedad de que la historia se repitiera no la dejaban actuar como ella quería.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora