Ni Que Fuera Por El Destino [#2]

Capítulo 6: Amigos

Capítulo con spoiler de Insuperables.

Un spoiler gigantesco, enorme, colosal. No podés leer esto si no leíste Insuperables.

¿Qué quiero decir? ¿Que tenés que ir a leer todo un libro completo para leer solo este capítulo? Si, eso mismo. Chaucito.

Estaba en la fiesta que organizó Zander. Fred estaba más que agradecido por haber tenido esta idea, está bebiendo pero no tanto, moderadamente porque no sabía cuándo tendría que salir a socorrer a su esposa. Mientras yo sí bebí, Hanna y su novio estaban en casa cuidando de los niños, Amari incluida, así que no tendría que preocuparme por ellos esta noche.

La música resonaba en los parlantes, las luces parpadeaban y la gente se movía al ritmo. En nuestra mesa se estaba dando lugar un torneo de chupitos entre Robin y Jasper contra Fred y Liam -amigo de alguien-, y Jordan era el juez. Iban ganando los primeros. Dominic, Bryce, Harvey, Will, Zander y yo estábamos en los sofás bajandonos botellas sin la excusa del juego.

—¡Deberíamos hacer esto siempre!—dice el tal Liam un poco más ebrio de lo normal— ¡Pero novias ustedes tener! Y yo solo… solin… solito… como un cactus en el desierto.

—Te entiendo, hermano, te entiendo— Jasper deja su mano en su hombro y ambos se balancean al compás de la balada que suena.

—¡Pero qué les den por el culo! Que los casados siguen en juego— les replica Fred.

—En juego estará tu matrimonio si tu esposa supiera lo que has dicho— le dice Jordan llevándose una copa a los labios.

—No lo decía en mala forma, hombre, solo digo que tener esposa no te hace discapacitado, aún puedo hacer lo que siempre hago, salir, beber, ir de fiesta y divertirme.

Se tira al sillón que está frente a mí y estira sus piernas a más no poder con una sonrisa incrustada en su rostro.

—Tener a la mujer que amo, estar casado con ella y que tenga un hijo mío es la mayor felicidad que un hombre podría llegar a tener.

Lo dice frente a Zander, Dominic y yo.

Los tres lo miramos. A veces se pasa de imbécil.

—Uh, es decir...vaya, lo siento, hermanos. Es que… bueno, me hace muy feliz tener una vida con mi mujer, disfrutar de ello y tener hijos para criar con ella…

—Fred, Fred, Fred— lo interrumpe Dominic levantando su mano —amigo, hermano, compañero, estamos feliz por ti, orgullosos de lo que has conseguido y que te vaya bien. Urra por ti. Deseamos que por lo menos tú puedas vivir con tu mujer. Pero deja de refregarnos en la cara tu felicidad, ¿Quieres, ornitorrinco?

—Vale, lo lamento. Pero es que es una felicidad extrema— suspira —no tienen idea de lo maravilloso que es…

—Claramente no— lo callo— no tenemos idea que es vivir junto a nuestras mujeres, tener una vida tranquila y medianamente buena, sabiendo que una está muerta, una desaparecida y la otra presa. No tenemos ni puta idea.