Capítulo 19: Tía Emmie

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Maratón 2/5

—He conseguido un empleo en la panadería—me dice Herkus mientras se sienta frente a mí entregándome mi café con leche—

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—He conseguido un empleo en la panadería—me dice Herkus mientras se sienta frente a mí entregándome mi café con leche—. Sé que no nos vamos a quedar mucho tiempo pero no sé si mis ahorros van a alcanzar y no quiero dejarte a ti todo el peso de los gastos.

—Puedo pagarlo, Herkus, no es problema para mí.

—Pero si para mí, soy tu novio no un parásito.

Su comparación me hace reír y acomoda un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Bueno, si tú quieres, está bien.

—No me has contado como te ha ido ayer con tu amiga.

—Oh, genial—dejo el café y me cierro la chaqueta por el viento frío— hablamos hasta tarde recordando los viejos tiempos. Fue muy agradable volver a verla.

—¿Y...uhmm... Supiste algo sobre...ya sabes— carraspea sin poder decirlo —ese tipo con el que estás…?

—Ni lo digas—lo corto—, algo supe, pero tranquilo no debes ponerte nervioso, que no voy a verlo ni quiero hacerlo.

—No estoy nervioso, solo me preocupa tu salud mental y física, estar en esta ciudad te ha bajado la alegría que venías teniendo —acuna mi mejilla en su mano—. No veo la hora de irnos de aquí para que estés bien.

—Yo también.

Me besa y me dejo llevar, necesito a mi novio y que me haga sentir querida. Lo tomo de la mano y lo adentro a la habitación cerrando la puerta del balcón para que no entre más frío. No tengo que preocuparme por los niños porque salieron con Freya. Desvestí a mi novio mientras él me besa y lo empujo a la cama. Se apoya en sus codos para observar como me quito la ropa y el brillo de sus ojos me remueve el interior, necesito sentir algo de él y dejar que la imagen oscura del otro hombre se borre de mi cabeza de una vez por todas.

No dejo de pensar en ese hombre desde que Emmie me contó un par de cosas sobre él. Me da mucha curiosidad, ella dice que no es ni la mitad de nuestra historia y no es cierto, no sé nada de nuestra historia pero mi pensamiento sobre que me abandonó en cuanto se le presentó la oportunidad sigue vigente. Me da rabia y enojo no saber, pero no sé si quiero saber nada. Solo quiero dejarlo atrás, divorciarme e irme.

Sacudo la cabeza por otra vez perder mi mente en la rabia que le cargo al hombre que no conozco y aún así atormenta mi cabeza. Me concentro en el hombre que tengo abajo, el hombre que si me quiere y que después que le haya contado la parte más trágica de mi historia, no se alejó, no huyó y no me miró con lástima. Se quedó para quererme aún con mis cicatrices, aún con mis problemas y aún sigue aquí queriendo casarse conmigo a pesar de que ya lo estoy con otro tipo.

Aún no estoy preparada para mostrarle todas mis cicatrices y siendo que es de día debo cerrar las cortinas y apagar la luz para que se vea lo menos posible, incluso aún con la camiseta puesta para tapar la cicatriz de la cesárea de los mellizos. Dejo de besar su cuello para poder posicionarme sobre su erección y deslizarme hacia abajo para introducirla en mí. Él suelta un gemido y el látex del preservativo roza mis paredes internas.

Ni Que Fuera Por El Destino [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora