Seguía pensando en todo lo que ella me dijo y en todo el revoltijo que me causó en las entrañas, pero eso no evitó que escuchara lo que pasaba en la puerta.
Me levanté de inmediato y aparecí a unos metros para ver a Juniper petrificada delante de la puerta con dos personas adelante.
Entonces se rió.
—Padres dice—se giró, con mucha risa y los señaló —¿Oíste?— muy graciosa se giró hacia ellos y aunque estaba de espaldas sentí como borró la sonrisa simpática —muy chistoso, linda broma. Ahora vayan a molestar a otro.
Me acerqué a la puerta. A su lado pude ver mejor a esas personas. Es un hombre moreno, un poco más alto que yo, es delgado y poca musculatura, su cabello es corto, casi inexistente. A su lado una mujer también más alta que Juniper, pero no que yo. Su piel es más clara, tiene rizos -como Ethan -y sus ojos son grises.
—No es una broma, señora. Solo queríamos conocerlos. Tuvimos poco tiempo con ellos y cuando nos enteramos que…
Juniper salió de la casa, ya nada graciosa. Salí tras ella y cerré la puerta detrás de mí por si los chicos decidían aparecer en ese momento.
—¿Ahora quieren venir a conocerlos? ¿Después de dejarlos como bolsas sucias? No, gracias, ellos están bien y no necesitan de nadie más que de sus padres que somos nosotros. Quiero que se vayan de mi propiedad y no se les ocurra volver a poner un pie adentro o se van a ir con la policía.
El hombre no se inmutó y la mujer levantó las cejas ofendida.
—Bien. Pero esto no acaba aquí.
—Ni acaba ni empieza. ¡Afuera de mi propiedad!
Ambos retrocedieron, para nada contentos.
—¿Dónde están los de seguridad que no vieron a este par entrar?
—Les dejaste la tarde libre.
—No me dejes tomar decisiones de seguridad.
—Anotado.
Nos quedamos en la puerta hacer que los vimos desaparecer y entramos a la casa. Juniper corrió al parque para asegurarse que los niños estaban ahí y cuando volvió caminó de un lado al otro nerviosa. Yo tengo la mente en blanco. No me esperaba que nada de esto pasará justo ahora que las cosas estaban bien.
—¿Y ahora qué?— me preguntó, sus manos estaban temblando.
—Ahora nada. No pasará nada. Se irán y no regresarán— dije, pero ambos sabíamos que no era cierto.
Esto no puede ser solo una visita esporádica. Siempre quieren algo, no estamos acostumbrados a las nuevas y buenas personas. Pero si algo sí sabemos y podemos asegurar es que no vamos a dejarnos vencer. Nadie nos va a venir a tocar nada que nos pertenezca, mucho menos nuestros hijos que son nuestra prioridad.
Apoyé mi mano con el brazo estirado sobre el marco del ventanal, Juniper estaba a mi lado de brazos cruzados y preocupada mirando como Ethan, Mateo y Aedan corrían la pelota de un extremo del parque al otro.
—Nadie va a tocarlos— aseguré.
—Nadie va a tocarnos— repitió quitando la preocupación y reemplazándola por confianza.
Si tienen tiempo puedo mostrarles la lista de las personas que intentaron hacernos daño y no lo han conseguido.
Somos los Larken Blair, no van a tirarnos tan fácilmente.
FIN.
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Ni Que Fuera Por El Destino [#2]
Teen FictionLIBRO 2- Trilogía COMPLICACIONES Incertidumbre. Confusión. Decepción. Y cansancio. Todo ello ronda en el pecho de Aaron Larken. La vida los golpeó fuerte y ahora no les queda más que seguir como pueden. Aaron tuvo que remontar su vida con sus hijos...