Capítulo 44: A Aaron se le salió una tuerca

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Dedicado a Yaris. Bendita seas, mujer. Gracias por leer 😍

Que no podía respirar no era una sorpresa para nadie

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Que no podía respirar no era una sorpresa para nadie. Sentí el movimiento de todos a mi alrededor, el murmullo lejano y la luz que ponían en mis ojos.

No están. Se los llevó.

Si, bien, están de paseo como me dijo, pero no dijo que estaban de paseo EN OTRO PAÍS. Madre mía, me está bajando la presión.

Sabía que esto pasaría. La cagué hasta lo más profundo. Ya toqué fondo. Nada puede ser peor que esto. Por eso desaparecieron de la nada, por eso ni siquiera me dejó hablar con ellos, porque son niños, lo hubieran dicho todo, me hubiera dado cuenta.

Me quité el tensiómetro que Jasper me había puesto y fui al balcón ignorando sus llamadas. Necesito aire. Mis hijos no están en este país, no sé dónde están y eso me mata. Sé que debo calmarme, están con su padre, no quiero preocuparme porque sé que estarán bien, él los cuidará. Sin embargo, me ahogo al pensar que no sé dónde están. No sé dónde están mis hijos.

El aire comenzó a faltarme cada vez más y aunque me agarrara del barandal y me diera aire con las manos, o aunque comenzara a soplar, el oxígeno no quería pasar a mis pulmones.

¿Dónde están? Sé que están bien, ¿Pero dónde?

Harvey llegó corriendo y me agarró de las mejillas.

—Respira, estás bien, ellos están bien. Respira conmigo.

—Se los llevó.

—Ellos están bien—repitió.

—No están conmigo— las manos me temblaban—. Me voy a morir si no están bien.

Harvey me obligó a sentarme en el único sillón de jardín que había en el balcón. Jasper llegó al instante y me puso la mascarilla de oxígeno. Comencé a sentir los pulmones aliviados, pero la angustia aún estaba ahí. Harvey pasó su pulgar por mi mejilla para quitarme las lágrimas.

—Los vamos a encontrar, ¿De acuerdo?— no podía creerle. Aaron no es tan fácil— ¿De acuerdo, June?— insistió y asentí por presión, pero realmente no lo creía.

Mil pensamientos me avasallaron. ¿Cómo había pasado? ¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo no me di cuenta? O sea, no es que tuviera un radar para saber dónde y cómo están mis hijos, pero jamás imaginé que los sacarían del país sin darme cuenta. Rápidamente me levanté y fui a la cómoda de la sala donde guardaba todos los documentos y registros de todos. Freya y sus documentos ya no estaban, los míos si, los de Herkus también, pero no los de los niños y no entiendo. ¿Cómo pudo obtener sus pasaportes? Freya no fue no estuvo aquí hace demasiado tiempo y no pudo llevárselos porque estaba aquí mismo cuando me enteré.

Solo Herkus, Emmie, Freya y yo sabíamos dónde estaban todas estas cosas. ¿Mi padre? No, no sería capaz, no tiene acceso ni ganas de hacerme sufrir así. Giro sobre mis pies para ver desconfiada a todos a mi alrededor. La persona en la que le confié mi vida y la de mis hijos me había clavado un puñal en la espalda. Nada me asegura que no vuelvan a hacerlo.

Ni Que Fuera Por El Destino [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora