Capítulo 53: Todos terminan igual

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Voten y comenten o el juicio de Freya male sal.

Voten y comenten o el juicio de Freya male sal

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Valió la pena tener fe.

Dios me dio un respiro y jugó las cartas a mi favor. Freya fue condenada por tantos delitos que podría enumerarlos hasta el final del día. Años por maltrato infantil, por intento y cómplice de homicidio, por negligencia médica y violencia familiar. Tenía tantas cosas en su contra que nada de lo que dijo sobre mí y mi capacidad mental pudieron salvarla. Mi abogado destruyó al suyo, me había dicho que tenía que mostrar todos mis antecedentes en el hospital y de mis años con ella para poder ganar, y aunque me molestaba que pasaran mis fotos de mano en mano, era necesario para que el abogado contrario no supiera que hacer.

Sentía la mirada de Aaron clavada en la pantalla cuando pasaban las imágenes mías en el hospital enferma y embarazada, fotos de Megan en la incubadora recién nacida cuando necesitaba ayuda para respirar. Sentí su mano temblar muy cerca de la mía.

Lo miré de reojo cuando comenzaron a hablar de mi expediente médico, no porque quisiera verlo a él para saber su reacción, sino porque no soportaba escuchar como decían la infinidad de veces que ingresé a distintos hospitales con supuestos accidentes. Ahora lo entendía con claridad, no eran puros accidentes. No era que la medicación era incorrecta y me fallaba a mitad de la noche causándome crisis respiratoria. No era simplemente que haya cosas tiradas en el suelo y yo era una boba que iba a pisarla y esguinzarme el tobillo o la muñeca. No era que se quemaba con agua caliente por accidente cuando ambas entrábamos a la cocina sin darnos cuenta.

Era ella, siempre fue ella que estuvo detrás de todos y cada uno de mis fallos. Ella provocó todo y yo no soy capaz de escuchar como repiten mi ingenuidad frente a mi familia y amigos más cercanos. No quiero escuchar como nombrar la infinita lista de medicinas que ingerí durante tres años sin siquiera yo saberlo.

Fui una idiota. Están mostrando mi idiotez en pantalla frente a las personas que amo. Pero es necesario para ganar esto.

Y gracias a Dios y todos los santos, cuando el martillo golpea el estrado tras la sentencia final y mi cuerpo aliviado cae sobre el costado derecho de Aaron. Cierro los ojos agradeciéndole a Dios por ayudarme a ganar esta batalla.

Aaron dejó su mano en mi cintura y sus labios sobre mi cabeza.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—No era necesario.

No creía que él tuviera que saber todos esos detalles que viví con ella. Pero cuando se separó y me obligó a mirarlo a los ojos supe que había sido un error.

—A mí sí me parece necesario saber cómo maltrataron a la madre de mis hijos— estaba molesto. Furioso. Pero no conmigo.

Levantó sus ojos en llamas hacía la mujer que tras el veredicto final del juez se quedó paralizada unos minutos en su silla analizando que su vida libre se había terminado justo ahora. Se levantó y lo siguiente que hizo fue señalarme con su dedo acusador jurándome lo peor.

Ni Que Fuera Por El Destino [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora