Me visto con un vestido azul ajustado que resalta mis curvas y aprieta mi trasero. Le doy la espalda al espejo para ver la curvatura, «¡Amo tu trasero!», sonrío recordando a la persona que solía decirme aquello. Me calzo los zapatos de plataforma plateada y Megan sube a la cama para abrocharme el collar en el cuello mientras yo me pongo máscara de pestañas.—Estás como una estrella—comenta ella haciendo que la mire—. Blidante y maravidosa.
—Tú eres mi estrella— beso su nariz y la acción me da un pequeño y breve sacudón en el corazón. Lo ignoro y termino de maquillarme tomando mi bolso y saliendo de casa cuando Herkus me avisa que ya está afuera.
—Hermosa como siempre— me dice abriendo sus brazos para recibirme y besar mi sien.
—Gracias. ¡Que se metan a la cama a las nueve!— le digo a Freya y ella sacude sus manos como si ya lo supiera. Subo al auto alquilado y partimos para la reservación en el restaurante.
No solemos ir a comer afuera por dos razones, primero preferimos comer en casa mirando una película todos juntos. Y segundo, cada vez que vamos a comer el saldo de Herkus no da para pagar a todos pero no quiere que yo les pague a los cinco, así que comemos en casa para ahorrarnos disputas. Así llevamos una buena convivencia y nuestra comunicación como pareja fluye como nunca.
Sentados uno frente al otro pido nuestra cena y conversamos hasta que la traen degustando un exquisito platillo turco. Lo que más me gusta de viajar es probar las comidas típicas de cada lugar, algunas me gustan más, otras menos, pero ya puedo decir que mi paladar ha degustado de cientos de comidas del mundo. Y aún me faltan muchísimas más.
En un momento de la noche mi novio toma mi mano notándose un poco nervioso. Me da un beso y me mira con una sonrisa torcida.
—¿Estás bien?
—Si, solo estoy muy feliz de tenerte— le da un trago a su bebida —y a los niños, claro.
Se levanta de su silla para sentarse a mi lado. No suelta mis manos y comienzo a ponerme nerviosa sin saber qué es lo que prosigue.
—Suéltalo de una vez— digo impaciente.
Ríe y asiente armándose de valor.
—Quiero que vivamos juntos— suelta y mi corazón se detiene—, te quiero, June y estos meses contigo han sido los más felices de toda mi vida y quiero seguir siendo feliz a tu lado si me lo permites.
Me deja sin palabras, no sé cómo reaccionar a esto, no me lo esperaba en lo absoluto.
—Herkus, no solo se trata de mí, lo sabes.
—Si, si, quiero vivir con los niños y con Freya también. Todos juntos como una familia. Creo que es momento de llevar nuestra relación al siguiente nivel.
Mi inseguridad me hace separar las manos de las suyas y beber un trago de mi jugo. No había pensado en esto antes y me tomó de sorpresa. Me gusta Herkus y la paso genial con él, obviamente me encantaría que podamos estar más tiempo juntos, levantarme en la mañana y verlo durmiendo a mi lado. Pero, como dije, no soy solo yo y mis deseos son callados por las necesidades de mis hijos. A Aedan le agrada Herkus y sé que puede acoplarse a vivir con otra persona, al contrario de su hermana quien nunca a sido fan de mi novio, ni siquiera cuando éramos amigos y si ella no se siente cómoda con él yo no voy a hacerla vivir con alguien que le desagrada.
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Ni Que Fuera Por El Destino [#2]
Teen FictionLIBRO 2- Trilogía COMPLICACIONES Incertidumbre. Confusión. Decepción. Y cansancio. Todo ello ronda en el pecho de Aaron Larken. La vida los golpeó fuerte y ahora no les queda más que seguir como pueden. Aaron tuvo que remontar su vida con sus hijos...