Ni Que Fuera Por El Destino [#2]

EXTRA: Sin complicaciones

Escena del capítulo 44

Salí del departamento de mi prima y no pude evitar pulsar el botón de un piso más abajo. Cuando la encontramos en el pasillo con mi hermano sentí que había pasado un millón de años desde que la volví a ver, aunque no fuera cierto y apenas habían pasado unas cuantas semanas. Es que el tiempo pasa lento cuando no veo a Emmie.

Toqué la puerta esperando que no me echara de su casa. No habíamos terminado bien, tampoco mal, solo dejamos de hablar. Sé que siguió con su novio…¿Pablo? Y yo no dejé de pensar en ella desde entonces. Nunca he dejado de hacerlo.

La puerta se abrió y me sorprendí al ver salir primero a mi hermano. Hubo una época en la que a Jasper le gustó mucho Emmie, eran buenos amigos y solían pasar mucho tiempo juntos. Tienen casi la misma edad así que siempre ha congeniado mejor con él, Jasper y June son casi la misma persona solo que uno es doctor y la otra es una descerebrada, pero dejando eso de lado son muy parecidos, no me sorprende que Emmie se lleve bien con la versión con pene de su mejor amiga. Sé que nunca pasó nada entre ellos, ni siquiera un beso, Jasper me lo diría, guardar secretos no es lo suyo. Cuando ambos empezaron la universidad se distanciaron y a mi hermano dejó de gustarle -y empezaron a gustarle todas-, pero aún así me incomoda verlo salir de su casa como si nada.

Él trae su ambo celeste sin arrugar y ella viene detrás igual que estaba vestida antes, con un pantalón azul y una camiseta de tirantes, ya no tiene el abrigo que antes traía.

—Harv—Jasper también se sorprende al verme. Ya le había contado que no había funcionado con ella— Ya me iba— miró a Emmie sobre su hombro—. Te llamo después.

Le guiñó un ojo, le dio un beso en la mejilla, y palmeó mi hombro, se subió al ascensor y me sonrió desde adentro: lo estaba haciendo a propósito.

—¿Necesitas algo?— preguntó Emmie, estaba inquieta.

—Solo pasaba a saber cómo estabas— me apoyé en el marco de la puerta y como ella ya lo estaba del otro lado quedamos cerca. Había olvidado lo hermosa que se ve. No, mentira, no lo había olvidado absolutamente para nada.

—¿Yo?

—Si, tú.

—Pues, estoy bien comparado con June.

—Mi prima tiene una vida complicada, ¿Eh?— asintió y miré dentro de su casa. No hay rastros de su novio— ¿Puedo entrar?

—¿Es necesario?— cruzó su brazo delante de la puerta como barrera para impedirme el paso.

—No, realmente.

—Entonces, podemos charlar desde aquí.

—¿Tienes miedo?

—¿A qué le tendría miedo, según tú?

—A ti y tu autocontrol— jamás ha sido alguien que sepa controlarse, le atraigo y nunca se privó de eso. Y yo tampoco. Pero desde que me corrió de su vida ha cambiado, realmente lo terminó todo. Es más, ni siquiera sé qué hago aquí, prometí dejarla en paz.