Ni Que Fuera Por El Destino [#2]

Capítulo 15: Buena Racha

—¿Por qué se fue?—pregunta Fred, sentándose en el sillón.

Estábamos almorzando en su casa Zander, Harvey, Dominic y yo, pero Harvey recibió una llamada de su abuela y se fue casi corriendo sin decir nada.

—No sé, sabes que el abuelo Gilbert no está muy bien de salud— le dice Zander.

—Nunca ha estado bien— le recuerdo— y nunca lo habían llamado con tanta urgencia, algo les habrá pasado.

Me preocupa, pero dejo pasar el tiempo, es algo de su familia y yo no tengo porque meterme, más tarde le enviaré un mensaje para preguntarle qué ocurrió.

Pasamos el tiempo con Fred contándonos sobre un gigantesco proyecto que tiene en la empresa. Está muy emocionado, muchas cosas le están pasando en su vida y me siento muy feliz por él. Al menos uno de nosotros puede obtener todo lo que quiere.

En la tarde llega Lula con bolsas de compras y es Zander quien la ayuda a cargarlas hasta la cocina ya que su esposo no está presente.

—Hola chicos— nos saluda y se lo devolvemos. Al regresar se apoya en el sillón y masajea su vientre—. ¿Necesitan algo?

—No, descuida— le digo mirando su barriga. Estoy feliz por ella, pero mirarla así solo me recuerda lo que yo no pude disfrutar.

—Estás cómo una bola— dice Dominic honestamente. Yo suelo ser bastante directo pero en una competencia, Dominic gana por mucho.

—Oh, bueno, lo tomaré como un cumplido para no ofenderme—nos sonríe amablemente.

—¿Crees que herede el cabello rojo?— pregunta curioso—. Habría otro niño o niña pelirroja, como mis sobrinos.

—Esperemos que herede todo de ella— comento—. Imagina que salga un mini Fred.

—Oh Dios, por favor, no— se lamenta Zander haciéndonos reír, escuchamos los pasos de nuestro amigo por las escaleras así que seguimos molestando—. No soportaría a otro Fred.

—Sería igual de molesto. Podría unirse al club de Noah.

—¡Los escuché! —entra a la sala con los ojos entrecerrados— no pueden quejarse de mí, yo los soporto a ustedes y a sus hijos hace años. Me toca—su expresión cambia cuando mira a su esposa y se acerca a ella—. Hola, Naranjita.

—Hola, Gordito— se besan y los demás nos miramos asqueados.

—¿Qué apodos son esos?— murmura Dominic—. Tal vez el mío no fue original pero ¿Esto? Es una falta de respeto a los apodos.

El apodo de Fred va con ironía porque él es igual de delgado que un fideo con cabello, hace ejercicio y tiene sus músculos pero la delgadez no se le va ni aunque coma como si estuviera en una competencia de quien traga más.

Zander y Dominic hablan del apodo que le habían puesto a sus chicas, que no son originales pero iba con "sentimiento".

—¿Harvey no vino?— pregunta ella mientras abraza la cintura de su marido.