Capítulo 31: Una parte de la antigua tú

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Maratón 5/5

¿Alguna vez sentiste mucha curiosidad por algo o alguien?

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¿Alguna vez sentiste mucha curiosidad por algo o alguien?

Pero una curiosidad de tamaños demenciales. A tal grado de soñar con aquello, de pensarlo durante el día y la noche, de imaginar escenarios alternos y saber que al final de todo nunca será nada de lo que piensas porque no es la realidad, porque no sabes realmente lo que es y eso es lo que te vuelve más loco o loca. La cosa de no saber nada y querer hacerlo.

¿Qué es esa cosa desconocida que todos dicen que es una maravilla mundial? Yo también quiero ver esa maravilla. O ¿Quién es ese cantante famoso que todos adoran? Yo también quiero adorarlo.

Conozcamos lo desconocido. Si sale bien, ¡Genial! Si sale mal, genial también, así cada uno desarrolla su instinto de curiosidad, para saber a qué cosas hay que darle atención y a las cuales es mejor quedarnos en el margen dejando que cese la intriga.

Hay veces que hay que tener un pie en el fuego para saber si quema y otras es preferible quedarse atrás congelándose en el frío.

Pero yo…

Yo, hoy y ahora, elijo meter el pie en el fuego, elijo buscar en internet al famoso que todos aman, elijo viajar al lugar maravilloso para tomarle una foto. No quiero quedarme atrás sin saber viendo a los demás con una sonrisa en sus rostros disfrutando. Quiero sonreír también.

Voy a conocer, voy a saber, voy a saciar mi curiosidad y luego te contaré cómo me ha ido.

Tal vez estoy haciendo mal, pero nunca podría enterarme si he hecho mal o bien si no hago nada. Así que, voy a hacer algo.

¿Vienes?

¿Me acompañas a hacer algo desconocido para conocerlo?

~June Blair, reportera filosófica de NewNote.

"No te quedes en el umbral cuando todos te están invitando a pasar."

Le doy enviar a mi nota y dejo el portátil bien guardado antes de bajar del auto y ponerle el seguro. Tuve una inspiración mientras llegaba a casa de Emmie y no bajé del auto hasta terminar de plasmar mi idea. Cuando la inspiración llama detengo al mundo para poder tratarla.

Toco el timbre de mi amiga y tarda varios minutos en abrirme. Cuando lo hace está con una falda mal cerrada, su camisa abierta y zapatos de distintos colores puestos.

—¿Y si era un extraño? ¿Así le abrirías la puerta?— con mis manos en mi cadera la regaño, ella resopla y se va corriendo.

—¡Estoy llegando tarde a una consulta!— grita y la escucho chocarse contra la pared antes de entrar a su habitación. Cierro la puerta y noto que la casa está dada vuelta, todo está igual de desordenado que siempre— ¡El diabólico despertador no sonó!

Ni Que Fuera Por El Destino [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora