Capítulo 24: Shock

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El teléfono no deja de sonar con las llamadas entrantes de los Blair, pero que les den por el culo

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El teléfono no deja de sonar con las llamadas entrantes de los Blair, pero que les den por el culo. Me estuvieron viendo la cara, sabían lo mucho que me estaba costando sobrellevar la situación solo con tres hijos bajo mi responsabilidad y se pasaron nuestra relación por el culo. Sabían lo mucho que mis hijos, su familia, estaban sufriendo por su madre y aún así les valió madres. Se guardaron la información más importante que debíamos saber. Que ahora no vengan a tocarme los huevos que estoy furioso, shockeado y con ganas de golpear y al primero que toque mi puerta le doy un codazo en la garganta.

No les dije nada a los chicos, ¿Cómo voy a decirle que su mamá está en el país pero que no sabe que existen? ¿Cómo voy a darles esa ilusión y luego destrozarla tan rápido? No puedo y no lo haré. Primero recuperaré a mi esposa, luego le limpiaré la cabeza de las mierdas que la han llenado y cuando esté bien y recuperada la traeré a casa. Cosa que se suponía debía hacer su padre.

Le he pedido a mi abogado que decline la petición de divorcio que recibe, ni mierda me voy a divorciar de ella y que hable con Finn sobre su estado de salud. Con todo lo que hemos pasado viene ahora a pedirme la separación, pero que me chupe los huevos. ¿Acaso tengo cara de dejarla ir tan fácil? Es mi esposa, mía, no voy a liberarla como si fuera nadie. O recupera la memoria o la recupera, no hay opción. Pasamos muchas cosas como para que las olvide de la nada.

Tres años se pasó dándose la vida por quién sabe dónde, pero ahora está en casa y su vida está junto a la mía. Tenemos hijos, familia, un hogar y mascotas, no puede solo patearnos y ya.

—¿Qué pasa?—la voz de mi hija se escucha pero no dejo de caminar de un lado al otro frente al ventanal. No me volteo para que no note mi desesperación.

—Nada. Hanna pasará por ustedes en diez minutos para llevarlos al festival —aviso mirando mi reloj.

—¿No vienes?

—No, tengo que trabajar —eso no tengo que hacer, más bien encontrarme con mi abogado para que me explique cómo vamos a proseguir.

Ella no responde y giro un poco la cabeza para notar que aún está ahí moviendo su pie.

—¿Qué?

—Nada, solo es qué…creía que irías con nosotros hoy.

Me giro y la observo, trae un vestido floreado, sandalias y su cabello dorado con sus rizos naturales sobre los hombros y cayendo hasta la mitad de su espalda.

—Tal vez pase más tarde.

El timbre suena, Hanna llegó temprano y Violett va a abrir mientras voy a buscar a los otros dos. Mateo estaba caminando por el pasillo ya arreglado cuando llego al segundo piso. Noto que Violett lo vistió con un pantalón blanco y una camisa roja. Me mira y levanta sus brazos cuando paso por su lado. Lo cargo y toco la puerta de Ethan antes de empujarla y adentrarme. Está sentado en la alfombra intentando atarse fallidamente las agujetas de sus zapatillas. Lo ayudo y los cargo a los dos hasta el primer piso donde Hanna, Tyler y Violett están.

Ni Que Fuera Por El Destino [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora