Seguía perdida en todo éste colegio, la verdad es que era tan grande que me confundía mucho. ¿Por qué? Porque realmente era como un castillo, estaba buscando mi primer salón, caminando por un campo donde había árboles, flores, pasto, y sobretodo: bancas. Había muchísimas bancas por todas partes. De un momento siento una guitarra, con una hermosa melodía, era algo hermoso. Me quede estática al ver que la melodía provenía de uno de los cuatro idiotas, pero del que para mí es el menor estúpido: Riker.
Él estaba tocando, muy concentrado, pero de un momento a otro se detuvo, al alzar la vista nuestras miradas se cruzaron.
—¿Se te perdió algo? —preguntó, y para mí sorpresa no parecía enojado
—¡Disculpa! No quería molestarte, tocas hermoso, no deberías detenerte
—Sinceramente prefiero tocar sólo para mí. Ahora dime ¿qué buscas?
—Busco el salón de tercer año medio. ¿Sabes dónde está?
—Sólo sigue derecho, entras por esa puerta, subes la escalera y ya.
—Gracias por el dato. ¡Tocas hermoso!
—Y niña... cuídate... —después de decir eso volvió a tocar su hermosa melodía.
—Ya está todo listo, esperemos aquí hasta que ella aparezca
—Entendido Ross.
Estaba entrando al salón, donde mi mochila ya estaba en un puesto cualquiera, la había dejado ahí apenas llegué, porque las dos rubias antipáticas me indicaron cuál sería mi salón, de hecho: ellas mismas habían llevado mis cosas. Y apenas entré, me dí cuenta porque. Habían escrito cosas en mi mesa, y en el pizarrón decía: "La heroína está con nosotros"... no me molestó. Pero después fijé bien mi mirada y mi libro de Inglés estaba en el suelo. Intenté tomarlo, pero por alguna razón, me dí cuenta de se movió. Seguí intentando, hasta que llegué al medio de todo el colegio. ¿Qué significaba esto?
—¡Nos volvemos a ver "heroína"! —gritó Ross, desde arriba de la escalera. Levanté la vista y... ¡BAM! ¡Estaba llena de harina!
—¡Ahora si te ves mejor! —gritó uno de mis compañeros
—¡Nunca vi a alguien tan hermosa como tú!
—¡Esperen! —Ross volvió a gritar, a todo pulmón —¡Aún falta esto! —me tiró un huevo, gracias a él todos empezaron a hacer lo mismo.
Mi papá había planchado el uniforme durante toda la noche, y yo sabía que su brazo estaba malo, por lo que salí corriendo y gracias a ello, ellos siguieron gritando, gritaban cosas horribles, me hicieron sentir una mierda. De tanto correr, llegué a un edificio, que parecía estar abandonado. Al llegar al cuarto y último piso grité a todo volumen, tenía mucha rabia, mucha pena pero no lloraría. No le daría en el gusto a ese tarado.
—¡Te odio Ross Lynx! ¡Eres un idiota! ¡Los odio Cuatro Ángeles! ¡Son unos tarados! —grité con todas las fuerzas que tenía. En eso sentí un ruido, y la puerta de una de las habitaciones se abrió, y pude ver a Riker. ¡Oh, no!
—Lynch.
—¿Qué dices?
—Si vas a insultarlo, por lo menos hazlo con respeto. Es Lynch, no "Lynx"
—Oh... —Él me miro fijamente y se dio cuenta de mi aspecto, sacó una servilleta de su asiento y comenzó a limpiar mi cara, como si fuese una niñita pequeña
—Tienes mucha harina y muchos huevos. Está como para cocinar un hot-cake. Bueno... ¿así se cocina? —asentí —¿Sabes prepararlos? —volví a asentir —Dime la receta —yo se la dije, mientras él se agachaba y de su mochila sacó un uniforme deportivo —Cambíate en esa puerta, de donde yo salí. Y vuelve a clases. ¿Sí?
—Entiendo, gracias Riker.
—¡Esa broma fue épica! —Ratliff aplaudía
—La mejor de todas —Calum reía —Lástima que Riker se la perdió.
—Riker siempre duerme a está hora, ¡es un tonto! ¡Se perdió algo épico! —Ross reía a todo pulmón —Seguramente esa chica ya no volverá.
Apenas volví al colegio, todos estaban almorzando, así que sauqe mi almuerzo, que era arroz con un pedazo de vienesa, nada de otro mundo. Pero mientras comía, apareció la rubia de los rizos...
—¡Apesta! ¡Igual que tú! —empezó a echar colonia a mí comida
—¡Detente! —grité, algunas me miraron —¡Sino te detienes esa colonia terminará en tú nariz!
—¡Indecente! ¡No deberías tener permitido comer aquí!
—Pues lamento decirte que ¡no porque TÚ lo digas significa que YO te haré caso! ¡No eres mi jefe!
—Lo sé. Si lo fuera no estarías aquí, ¡gallina!
—¿Gallina yo? Pues al menos no soy una estúpida millonaria consentida que se pone vestidos cortos, con los que haces el loco. ¡Uy! Tenía que decirlo.
—¡Eres una...
—¡No, Liv no hagas nada! —la rubia de lentes la detuvo enseguida. Me iba a golpear
—¡Maddie! —en ese momento se sintieron gritos y pude ver como los chicos volvían a entrar. Riker me vio y sonrió de oreja a oreja, nuestras miradas se toparon, como siempre. Ross frunció el ceño, e ignorando a todas las demás se acercó a mí.
—¿Qué haces tú aquí?
—Es una cafetería, obviamente estoy comiendo
—¡Deberías estar llorando!
—¿Llorar por ti? ¡Nunca te daría ese gusto!
—¡No durarás mucho aquí!
—Tienes razón. ¡Me aburriste! —tome mi plato, me iba a ir, pero él me hizo una sancada y caí al suelo, toda mi comida se cayó al suelo, todos empezaron a reír, pero yo no, tampoco lloré —¿Sabes algo? Para estar en último año eres un ¡idiota! ¿Acaso crees que por hacer esto las personas te van a respetar o siquiera querer? Pues no. Al contrario, tienes admiradores, pero es porque las personas son demasiado estúpidas y siguen al que más fama o poder tiene. En éste caso tú vendrías siendo el Rey, y todos tus seguidores unos estúpidos. Que quizás ni siquiera sienten algo por ti, más que miedo —dicho eso, me retire.
Todo el salón se quedó callado, después de unos minutos murmuraban cosas que nadie podía entender.
—¡Esa chica es una...
—Ross, no digas nada —Riker defendió a Laura de inmediato —Es nueva, no sabe lo que hace
—¡Me las va a pagar!
—¿Con lo de hoy no fue suficiente Ross? —preguntó Calum
—¡No! Seré su peor pesadilla, aprenderá a respetarme a partir de hoy mismo.
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Cuatro Ángeles.
FanfictionLaura es una adolescente con pocos recursos. Ella trabaja en el negocio familiar: una Pastelería. Su vida dará un giro radical al ser aceptada en el Colegio más prestigioso de todos. Al ser pobre, todos le harán la vida imposible. Y sin quer...