Después de abrir los paquetes, ambas chicas siguieron trabajando.
Laura esa tarde atendió a unos diez clientes, o incluso más. Habían hecho bastantes pedidos, tal parecía que la fama de la Pastelería había aumentado desde que ella había ingresado al famoso Colegio Santo Tomás y bueno, también tenían mucho que ver esos Cuatro Ángeles.
—Laura, creo que ya deberíamos cerrar la pastelería —dijo Raini, mientras limpiaba una de las mesas que un niño de diez años había ensuciado, gracias a su helado. Parece ser que conversar es más importante que comer —. Ya es algo tarde, y a está hora no habrá clientes —explicó.
—Tienes razón, mejor cerremos y comencemos con nuestros preparativos —estuvo de acuerdo Laura. Ella se dirigió a la puerta, giró el cartel y lo colocó donde dice: "Cerrado". Luego le puso pestillo a la puerta y terminó —. Subamos.
Ambas subieron a la habitación de la castaña. La habitación estaba completamente ordenada, a excepción de la cama, que tenía algunos cuadernos, libros y apuntes.
—¿Materias muy complicadas? —preguntó Raini viendo ese desorden.
—Algo así —respondió Laura —. Es que a medida que vas creciendo, la materia se pone más complicada —Raini asintió, estando de acuerdo —. Y si estás en un colegio tan prestigioso como el mío, las materias son aún más complicadas. Muchos trabajos, tareas, pruebas... es todo un desafío —levantó sus hombros.
—Tengo suerte de no estar en un colegio así, no creó poder con tantas cosas —Raini suspiró.
Laura recordó el Colegio Santa Margarita. Antes estaba ahí, junto a su mejor amiga. Era un colegio sólo de mujeres, no era malo, tampoco exigente. Más que nada, era un colegio y ya. De cierto modo, era agradable, aunque las Profesoras eran unas malditas, ninguna era simpática.
—Mejor comencemos a arreglarnos y así seguimos hablando del colegio —Raini sacó a Laura de sus pensamientos —. Mi cabello es hermoso, porque está lleno de rulos. El tuyo es lindo, pero con rulos te ves como esas princesas de películas.
Laura rió. Vio como su amiga conectaba su rizadora a la corriente, era obvio que le harían rizos.
—¿A qué princesa me parezco? —preguntó en modo de broma.
—A Bella, de La Bella y La Bestia —respondió sin rodeos. Laura se sorprendió de esa respuesta tan rápida, pensó que tardaría más pensándolo.
—¿Gracias? —respondió dudosa —. No sabía que tenías tú respuesta tan clara.
—Soy una chica precavida, por eso también traje esto —Raini abrió su cartera y de ella sacó una bolsa con dibujos de algo que decía "Miraculous", Laura intentó leer esa palabra pero en su mente sólo podía decir "Mira-Culos", sus ojos se abrieron debido a la impresión y tuvo que contener las risas. Además, eran dibujos que parecían infantiles, sólo el nombre daba risa —. ¿Ves? Traje maquillaje y pinches. Tengo de todo un poco —mencionó orgullosa.
Después de un largo rato, Raini rizó toda la cabellera de Laura. La dejó impecable. En su bolsita tenía algunos pinches, entonces le colocó un pinche de mariposa plateado a Laura, se veía bastante bonito. Le puso aros colgantes, sin ningún detalle y Laura ya llevaba puesto el collar que le regaló Ross. Cuando terminó con esos detalles, ella tomó la mitad de su cabello con un pinche en forma de corazón, era un poco grande, pero se veía bien, llamativo. Sus orejas fueron adornadas con aros de corazón con algunos colgantes más pequeños y un collar de perlas, llamativo.
—Vaya, tú sí que tienes muchas joyas lindas —comentó Laura un poco sorprendida.
—Aunque no lo creas, todo esto me lo ha enviado Calum —admitió. Los ojos de Laura por poco y se salen de su rostro —. Él quiere que seamos novios y me envía cartas junto a joyería. He intentado devolverlos, pero no me deja. ¡Es tan tierno! Pero es un idiota.
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Cuatro Ángeles.
FanficLaura es una adolescente con pocos recursos. Ella trabaja en el negocio familiar: una Pastelería. Su vida dará un giro radical al ser aceptada en el Colegio más prestigioso de todos. Al ser pobre, todos le harán la vida imposible. Y sin quer...