—Vanessa —sonreí, nerviosa —Estás viendo fantasmas donde no existe nada más que una amistad
—Laura, no tienes que aparentar —Vanessa tomó un poco de té —Soy una mujer enamorada, y sé bien lo que se siente y como se manifiesta el amor. Te puedo decir que... en tus ojos puedo ver tus verdaderos sentimientos, y lo entiendo
—Vanessa, yo no te conozco muy bien pero puedo ver que eres buena. Me gustaría hablar contigo...
—Pues hazlo —ella sonrió, y se levantó, para sentarse más cerca de mí —Soy comprensiva, y no me vendría nada mal tener una amiga de mí edad —rió
—Te entiendo, Sabrina es la única amiga que tengo hasta ahora —reí —Pero no me quejó, es una niña muy buena
—Sí, es buena, luchadora y muy inteligente
—Me doy cuenta, viviendo con las hermanas que tiene, no debe ser tan fácil... ¿no?
—¿Hermanas? —Vanessa frunció el ceño —Son sus hermanastras, es una larga historia. Pero no creo que debamos hablar de ella ahora. ¿Qué me querías decir?
—Bueno, simplemente quiero que sepas que no amo a Riker —Vanessa iba a hablar, pero me adelanté —Soy nueva en el colegio, y sólo conozco a Riker y a Sabrina. Todos los demás han sido muy groseros —suspiré —No ha sido fácil, porque es un colegio nuevo, y con la reputación que tengo sé que muchas me envidian. Pero Riker no me gusta, ni siquiera lo conozco —reconocí. Sólo he hablado pocas veces con él, no nos vemos muy seguido. Con suerte sé quién es —Lo que siento por Riker es nada más que agradecimiento.
—Gracias por ser sincera conmigo —Vanessa sonrió —Creo que aunque Riker y yo no seamos nada más que conocidos, de todas formas siento celos. Sé que no tienen un fundamento, pero así es cuando uno ama verdaderamente a alguien.
—Tienes razón. ¿Por qué trabajas aquí?
—¿Disculpa? —Vanessa parecía estar sorprendida
—Siento que tienes una gran personalidad, que puedes hablar con muchas personas. Y aquí... te estás escondiendo, te ocultas de todos. ¿Temes?
—No Laura. Simplemente, no quiero que los demás me vean. No tengo miedo, sólo que... es mi lugar
—Eres muy bonita —dije mirándola fijamente —Eres una chica preciosa. Deberías ser más segura y salir más —dije sinceramente —¿Te gustaría ir a mi casa algún día?
—Claro —sonrió —Gracias por querer ayudarme —se levantó, y tomó un lápiz y un cuaderno. Empezó a escribir algo mientras yo la observaba —Toma, aquí tienes mi número, por si quieres que sigamos en contacto
—Lo guardaré —dije metiendo el número en mi estuche —Ahora yo anotaré el mío —sonreí, y tome el lápiz, acercándome al cuaderno.—...—
—¡Ni pienses que te odio! Simplemente esa chica no sabe lo que quiere
—¿No sabe lo que quiere? ¡Patético!
—¡Sal de aquí!
—¿Por qué? Por ser realista y decirte las cosas en la cara. Creo querido amigo, que sólo estoy siendo un amigo.
—¡Un envidioso! Disfruta las cosas mientras duran, porque mañana haré que la vida de esa chica ¡sea un infierno!
—Hazlo, de todas formas la ayudaré.
—Si lo haces dejarás de ser mi amigo, y dejarás de ser parte del grupo
—¿Sabes algo Ross? ¡Eres un tonto! Estás hablando desde el fondo de tú orgullo herido, y sí, estás herido. Además hueles a licor, has tomado, para callar las penas. ¿Sabes algo? Los demás no estarán de acuerdo contigo.
—¿Qué mierda me importa? ¡Yo puedo solo! Puedo hacer todo lo que quiera, puedo vivir sin ¡todos ustedes!
—Pues... disfruta de tú soledad. Úsala para meditar las cosas, porque todo está mal.Riker se fue, dejándome solo.
—¡¿Todo mal?! ¡Si, claro! Soy adulto, sé lo que hago. Y quiero que ¡todos sufran!
—...—
Al día siguiente me desperté temprano, pero con una sonrisa. Me desperté a las cinco de la mañana. ¿Creen que es muy temprano? Pues yo también. Pero a esa hora me llamó Sabrina, me dijo que bajara de inmediato a abrir. La obedecí.
—¿Sabrina? —soné sorprendida al abrir la puerta y verla ahí —¿Qué...
—¿Cómo sé dónde vives? —asentí —Tú me lo dijiste, el primer día de clases. Cuando me contaste que Ross te visitó
—Me siento confundida, ¿qué haces aquí tan temprano?
—Nada, sólo cosas... —rió ella —No mentira, te trja esto... —me enseñó mi uniforme.
—¡GUAU! —lo tomé entre mis manos y sonreí —¡Está hermoso! ¡Muchas gracias!
—Por nada, para eso están las amigas. Te quiero, y quiero que puedas confiar en mí
—Lo hago —asentí, ella volvió a sonreír —¿Quieres entrar? Podemos... ¿desayunar juntas?
—Lo siento pero debo volver a casa. Mi familia no sabe que salí —dijo apenada —¿Nos veremos después en el colegio?
—¡Dalo por hecho!—...—
Después de eso Sabrina se despidió de mí, y como no pude seguir durmiendo, me vestí. Me veía genial con mi uniforme, pero al mismo tiempo decidí hacer otras cosas. Metí un traje de baño a mi mochila, porque hoy iniciaría las clases de natación. La próxima semana serían las de piano, porque era algo que me encantaba, y al no tener dinero, no había tenido oportunidad antes.
Salí de mi habitación, y vi que nadie había despertado, así que preparé el desayuno para todos, vi la hora y eran las seis de la mañana. Dejé todo listo. No tenía nada más que hacer, entonces decidí ir sola al colegio. No tenía porque ir con mi padre, ¿para qué darle más trabajo? Dejé una nota escrita y les avisé que iría sola al colegio.
Bajé y me encontré con Raini en la pastelería.
—¡Amiga! ¡Te ves fabulosa! —dijo Raini, abrazándome
—Gracias Raini. No me siento bien usando esto, pero sí feliz...
—¿Qué haces a está hora despierta?
—Iré al colegio, sola
—¡Increíble! Pero... ¿y si te pasa algo?
—¿Qué puede pasar? Sólo tomaré mi bicicleta y me iré. Diles que me viste —dije saliendo de la pastelería.—...—
Tomé la bicicleta y en media hora llegué al colegio. La estacioné apenas bajé, me sentía observada. Y el motivo de ello eran dos rubias odiosas.
—¿En bicicleta? ¡Ay Dios! —dijo la rubia de moño
—¡No puedo creer que te atrevas a bajar el prestigio de este colegio! ¡Eres...
—Soy única, soy diferente —me adelanté —Y creo que soy hermosa
—¡En tus sueños!
—Pues por lo menos yo soy natural. Ustedes son artificiales, y...
—Si sabes lo que te conviene te callarás
—Y si ustedes no quieren tener problemas con mamá, se callarán ahora mismo —llegó Sabrina —Creo que deberían tratar bien a mi amiga, porque yo la aprecio. Y ella no les ha hecho nada.Ambas rubias se quedaron calladas, como que muy sorprendidas.
—¿Las dejé sin palabras? —rió Sabrina —Creo que deberían ser mejores personas
—¡Esto no se quedará así! —gritaron las dos alejándose.
—Gracias Sabrina, aunque me sé defender sola
—Las conozco bien, y sé que no se detendrían sólo porque tú te defiendas. Es mejor amenazarlas con mamá.
—Pues...Sentimos aplausos detrás de nosotras, eran los cuatro ángeles; aunque sólo había tres de ellos.
—Una adulta que necesita que una niña la defienda —Ross hablaba —¡Eres tan inmadura!
—Sí, definitivamente eres patética —lo secundó Calum
—Yo creo que deberías ser más responsable y defenderte sola —dijo Ratliff
—Fíjense que me sé defender bastante bien. Y si mi amiga me quiere ayudar, ¿es problema de ustedes? ¡Claro que no! —reclamé —Deberían saber que no tengo porque darles explicaciones, no son nada mío.Todos ríeron de inmediato.
—¿Qué es tan gracioso? ¡Oh, ya sé! ¿Al fin saben escribir bien sus nombres? —dije de broma. Sabrina rió.
—Deberías guardar tus palabras, enana —Ross me fulminaba con la mirada
—Tengo una boca, y mi boca es para hablar
—Y yo tengo un grupo, y todo el poder que deseo
—Y yo...
—Laura —Sabrina me miró, negando con la cabeza —No te metas mucho con él, si sabes lo que te conviene —Sabrina me iba a dar la mano para salir de ahí, pero no la dejé.
—¡No te tengo miedo, Lynch!
—¡Deberías, torpe!
—¡Rubio teñido!
—Enana
—¡Eres un engreído!
—Deberías respetarme —dijo con aires de grandeza y mirándome despectivamente
—¿Por qué?, ¿por qué crees que eres un rey? —reí en su cara —Sólo eres un idiota con una buena vida.
—Ya te darás cuenta porque debes respetarme. Espera al recreo —sonrió con malicia. Y me enseñó sus horribles dientes.Todos ellos se fueron, con una sonrisa de oreja a oreja. Mientras yo... me sentía muy pero muy confundida.
—Laura, ahora sí que estás en un gran problema —Sabrina negó con la cabeza
—No creo que deba tener miedo...
—No, tienes razón. Yo te puedo cuidar —dijo sonriendo —Soy una niña, pero soy una niña fuerte
—Y muy linda... —dijo un chico acercándose
—¡Farkle!
—¡Señoritas!Ellos empezaron a discutir, yo me reí y me despedí. Iba a entrar al colegio, pero choqué con alguien y me detuve abruptamente. Me sorprendí al ver cómo me miraba un rubio, me sorprendí enseguida al verlo ahí, y con esa enorme sonrisa.
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Cuatro Ángeles.
FanficLaura es una adolescente con pocos recursos. Ella trabaja en el negocio familiar: una Pastelería. Su vida dará un giro radical al ser aceptada en el Colegio más prestigioso de todos. Al ser pobre, todos le harán la vida imposible. Y sin quer...