Rydel se encontraba cuidando al pequeño Auggie. La verdad es que la rubia estaba fascinada con él niño. Ambos estaban jugando, Rydel se encariño rápidamente con Auggie. ¿Y cómo podría evitarlo? Ese niño era encantador.
Ellington los estaba mirando, pero no de cerca. Prefería mantenerse un tanto al margen. La sonrisa no se borraba de su rostro, ya que Rydel era una hermosa persona y parecía amar a los niños. Fue en ese momento en el cuál Ellington se dio cuenta de que ella algún día sería una hermosa madre. Su sonrisa se ensancho aún más ante el pensamiento.
—Sé nota que tú chica te tiene fechado —dijo Ross golpeando el hombro de su amigo.
—No tienes idea de cuánto —respondió suspirando, enamorado. Ross sonrió ampliamente, porque se le acababa de ocurrir una idea para molestar a su amigo.
—Sólo ten cuidado, no vaya a ser que ahora se le ocurra querer ser madre a Rydel —eso hizo que Ellington diera un salto, realmente no había pensado en ello de ese modo. Él quería formar una familia con ella, pero no aún —. Ya sabes que para tener hijos se necesita una cama, toques y...
—¡Ya cállate maldito pervertido! —Ellington puso su mano en la boca de Ross para poder callarlo antes de que siguiera hablando, el tema lo estaba alterando.
—¡Bueno, pero no te enojes! —Ross levantó sus manos en gesto de inocencia, ganándose la mirada fulminante de Ellington —. Simplemente te estoy hablando de una realidad. Ya sabes que las mujeres aman a los niños, y mucho más si son propios —Ross puso cara de pensativo, porque se le ocurrió una forma de alterar a su amigo aún más. Seria gracioso —. Y ya me imaginó cómo serían los niños, recuerda como eras tú cuando eras un niño.
Ellington comenzó a recordar el pasado, momentos de su infancia y las travesuras que había hecho. Algunas livianas, cosas de niños y otras ya un poco más fuertes.
—¡Debo buscar mejores amigos! —dijo él castaño mientras se alejaba con una cara de seriedad increíble. Ross no pudo evitar reír a carcajada limpia ante eso.
Pasaron unos veinte minutos, y luego Mary se posicionó de nuevo en el centro del Gimnasio, para seguir con esas competencias. Después de todo, por eso estaban ahí.
—De acuerdo, ya que los competidores pudieron descansar por un rato, vamos a seguir con el evento —dijo Mary mirando al público —. Ahora veremos qué sigue.
Mary sacó otro papel, para que el evento continuará. Riker moría de ansiedad, sabía que podían empatar o él podría tomar la delantera. Mientras que Ross se sentía tranquilo, para él esto era como un juego.
—¡Baloncesto! —comunicó Mary sonriente —. Él primero en encestar tres veces gana —explicó ella.
En ese momento Ross se puso nervioso, ya que nunca había hecho algo como eso. Aunque no podía ser tan difícil, ¿cierto?
Mientras Riker sonreía. Amaba ese deporte, lo había practicado en más de una ocasión, sólo por diversión. En eso, vio a su oponente y se dio cuenta de que se veía afligido, eso lo hizo sentirse aún más seguro.
Mary se aleja del escenario y decide sentarse un rato, sus piernas ya no soportaban más.
—¿Estás bien? —preguntó Ross acercándose a ella. Mary le sonrió de lado.
—Sólo estoy un poco cansada. Ya sabes que mis piernas no están muy buenas
—explicó Mary. Ross asintió comprendiendo el punto. Él sabía mejor que nadie que su prima tenía las piernas malas.—Siéntate un rato, mientras tanto yo iré a buscar dos pelotas para el evento —dijo Ross desordenando el cabello de su prima, ella simplemente rió. Ross se dio cuenta de lo infantil que era su prima, aún.
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Cuatro Ángeles.
FanfictionLaura es una adolescente con pocos recursos. Ella trabaja en el negocio familiar: una Pastelería. Su vida dará un giro radical al ser aceptada en el Colegio más prestigioso de todos. Al ser pobre, todos le harán la vida imposible. Y sin quer...