Cuatro Ángeles.

La última opción de todos.

Los chicos y yo estábamos todos reunidos sentados con las piernas cruzadas arriba de las camas, cada quién con su chica. Habíamos jugado por un rato Verdad o Reto, pero el juego se tuvo que detener debido a que los chicos empezaron a poner desafíos que las chicas no quisieron aceptar, sobretodo Raini que se enojó bastante cuando Calum la desafío a darle un beso en los labios. Aunque ella claramente no lo hizo, sencillamente le dio una fuerte cachetada. Y para no tener más accidentes, dejamos de jugar.

Estábamos todos juntos viendo vídeos de Germán Garmendia, en el notebook de Rydel, que estaba completamente cargado. La verdad es que ver vídeos de un tipo tan carismático como Germán resultaba agradable y nos hacía olvidar un poco el mal rato por el que estábamos pasando. Aún no teníamos noticias de Ross y Laura, era imposible no pensar en ellos.

Los tipos de alumnos...

—¡Éste hombre sí que sabe mucho! —Calum estaba muerto de la risa. Al igual que todos nosotros.

En eso, sentí una vibración en mi bolsillo y me di cuenta de que estaba recibiendo una llamada. Me levanté de la cama dejando sola a Vanessa, ella me miró preocupada, pero sólo atiné a sonreír.

—Hola, ¿Qué novedades me tienen? —dije lo más serio posible. Ya había salido de la habitación, estaba recargado en la pared.

—Los encontramos, ahora mismo los estamos llevando a un hospital cercano para que los revisen, pero no se ven en estado crítico —respondió el encargado desde el otro lado de la línea. Sonreí de oreja a oreja, ellos estaban bien.

—¿Mañana ya podrán estar con nosotros de nuevo? —pregunté esperanzado, sonriendo.

—Eso dependerá de lo que digan los doctores, no puedo asegurar nada.

Fruncí ligeramente el ceño y suspiré. Claramente estar perdido en la nieve no era algo fácil, pasar frío y hambre durante horas debe ser algo estresante, peor para el cuerpo.

—¿Podemos ir a verlos al hospital? —pregunté esperando ansioso a que la respuesta fuese afirmativa, deseaba verlos.
—La tormenta está fuerte y ellos necesitan descansar, sería riesgoso que vengan. Sean pacientes.

—Bueno, no me queda más que agradecerles por su buen servicio y por encontrar a mis amigos. Se arriesgaron por ellos y les estoy íntimamente agradecido.

Después de dar mi agradecimiento corte la llamada. Abrí la puerta de la habitación y todos ellos seguían viendo a Germán, ahora estaban viendo un game play, donde él jugaba Ben & Ed.

—¡Puto juego! ¡Éste nivel es imposible! ¿Cómo carajos voy a ganar esto?

—Germán es genial, me encanta su modo de hablar —se carcajeaba Ratliff.

—Creo que debería hablar menos, él debería concentrarse un poco más para no perder tan fácilmente —analizó Rydel.

—Es un game play, ¿Qué gracia tendría verlo si habla poco? —fue la respuesta de Calum, que no podía despegar sus ojos de la pantalla.

—Muy interesante el tema de su conversación, pero tengo que decirles que...

Había comenzado a hablar, alguien pausó el vídeo y en eso... Calum se levanta de modo extraño, se acerca a mí y sonríe.

—¿Quieres comparar a Germán y a Lele? Porque deberías saber que ellos son pareja.

—¿Qué? —fruncí el ceño enseguida. Yo quería hablar de mis amigos y Calum saca un tema nada qué ver a flote —. ¿Qué le duele qué?

Algunos rieron ante mi respuesta, yo rodé los ojos.

—¡Qué mueres, qué mueres! —dijo Ellington con un acento un poco extraño. Algunos comenzaron a reír.