Laura estaba muy débil, sus ojos estaban apunto de cerrarse, intenté apresurarme para no empeorar la situación. Aunque hay que ser realistas, esto estaba mal, realmente mal.
Caminando lo más rápido posible, llegué a la puerta de la cabaña. Fue difícil, debido a que en la nieve los zapatos se atoran, y cargar a Laura me pone nervioso, el frío realmente te congela.
Abrí la puerta y di una rápida mirada al interior mientras me adentraba a la cabaña. Había una cama de dos plazas, sin pensarlo dos veces cerré la puerta con una patada y recosté a Laura en el sillón, lo más rápido posible.
—No te duermas, te prometo que todo estará bien pronto —le dije. Ella asintió y me dio una sonrisa. Podría asegurar que ella no entendía nada de lo que estaba pasando y eso me hizo sentir mal por ella.
Abrí la cama, me di cuenta de que era abrigada, porque tenía polar, un buen material. Volví a cargar a Laura, pero me di cuenta de que su ropa estaba congelada, y posiblemente mojada. No podía dormir así, podría ser aún peor.
La senté.
—Necesito que te saques la ropa —dije en tono serio. Ella enarcó una de sus cejas —. Laura, no te puedes acostar con la ropa helada y húmeda, te enfermarás.
—Tengo... frí... o —susurró ella y vi que tocó su gargante. De acuerdo, ella estaba congelada, no podía ni siquiera hablar. Esto sí que estaba mal.
—¿Quieres que te ayude? —pregunté, necesitaba desvestirse y sino podía hacerlo por su cuenta, yo lo haría.
Ella me miró fijamente, sus ojos se mezclaron con los míos y no pude evitar sonreír ampliamente. Sé que no es el mejor momento, pero verla me hace ser feliz.
Lentamente, asintió.
Rápidamente corrí a mi mochila y saqué las cosas que había metido, gracias al cielo puse ropa de Laura, un chaleco será útil al igual que la parca que llevo puesta.
Le saqué la parca, sentándola con cuidado. Le saqué el chaleco que llevaba y su camisa no estaba tan húmeda, así que se la dejé puesta, entonces le puse el chaleco que había tomado de su armario. Al estar lista, la acosté en la cama, ella temblaba.
Fui al baño, donde había una toalla y sin pensarlo dos veces, la mojé. Gracias al cielo el baño tenía agua caliente, sino hubiese gritado de rabia. Lleve el paño a la frente de Laura, y lo dejé ahí, ella tembló un poco.
—¿Aún tienes frío? —pregunté mirándola con el ceño fruncido.
—Mu... cho —respondió entre dientes. Definitivamente, tendría que taparla aún más.
Me saqué la parca que llevaba puesta y con ella tapé a Laura, ella se removió un poco, pero consiguió sonreír.
Observé alrededor. Encontré una mesa con cuatro sillas, un refrigerador, un perchero y una chimenea, tenía leña dentro. Sonreí, con eso podría calentar aún más el lugar. Abriendo los cajones, busqué algún fosfóro, lo encontré en el tercer cajón, con el encendí la chimenea.
—Ahora entrarás en calor —dije complacido, es la primera vez que consigo hacer algo por mi cuenta. Nunca he cuidado de alguien enfermo, pero he visto como mis empleadas cuidan de mí, eso es lo que estoy haciendo con Laura. Sería genial preparar una sopa, pero eso ya es un poco más complicado.
—Sí... —su voz aún suena cortada, eso me asombra. ¿Cuánto se demora una persona en entrar en calor? Parece que no es tan sencillo como parece.
¿Qué puedo hacer? ¿Por qué soy tan inútil? Nunca he hecho nada por mi cuenta, siempre me han mantenido. Ojalá Laura estuviera con alguien que sabe más de la vida, alguien útil.
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Cuatro Ángeles.
FanfictionLaura es una adolescente con pocos recursos. Ella trabaja en el negocio familiar: una Pastelería. Su vida dará un giro radical al ser aceptada en el Colegio más prestigioso de todos. Al ser pobre, todos le harán la vida imposible. Y sin quer...