Ahora estoy en casa, tuve un largo día laboral. El Restaurante se llenó bastante durante la tarde, pero a partir de las seis de la tarde, es el turno de otro empleado. Subí con mi familia, mamá y papá estaban sentados en la mesa.
—¿Tienen algún problema? —pregunté al ingresar.
—Pasa que las ventas han bajado un poco, si esto sigue así, la pastelería tendrá que cerrar —explicó mi padre.
—¡Pero es la pastelería de la familia! —me quejé, la pastelería no puede cerrar, ha sido de los Marano por generaciones, gracias a ella, ganamos ingresos.
—Laura, no hay modo de pagarle a Raini y a Germán si las ventas bajan —me explica mi madre —. Tranquila mi amor, todo tiene una solución.
Suspiré. Ahora me sentía muy mal y no quería ir al viaje de la nieve, tengo que ayudar a mis padres, no podría disfrutar del viaje sabiendo cómo se encuentran, con tantos problemas.
—La directora dijo que tendremos otro paseo, está vez a la nieve —le conté a mis padres —. Pero puedo aprovechar esos días para buscar otro empleo, ya que en la biblioteca no ganó tanto.
—Hija, ve al paseo y disfruta de la nieve —dijo mi madre acariciando mi cabello —. Nosotros somos los adultos, nosotros resolvemos los problemas.
—Eres joven, debes disfrutar de la vida —mi padre apoyó a mi madre.
—Pero...
Ahora me arrepentía de haber hablado, definitivamente ahora insistirán en que vaya a divertirme.
—Iremos a pegar algunos volantes, donde pondremos el nuevo menú —me dijo mi padre —. Arma tus maletas mientras tanto, ya volveremos, cuida a Auggie.
Mis padres se fueron, yo me metí en mi habitación. Saqué una maleta negra y en ella puse algunas poleras, algunos chalecos y el único par de botas que tengo, que son de color negro. Ya tenía todo listo, el cepillo dental lo pondría después.
—¡No me dejes solo!
Sorpresivamente, Auggie entró en mi habitación y abrazó mis piernas con mucha fuerza.
—Escuché que te vas, ¡No quiero que te vayas de nuevo! —dice con la voz quebrada.
—¡Auggie! —le digo con ternura, es un niño adorable —, Te prometo que cuando vuelva, te traeré regalos.
—¿Regalos? —pregunta con un brillo especial en sus ojos. Se sienta en mi cama y yo asiento.
—Sí, te traeré algo lindo —le digo con una sonrisa, sentándome a su lado.
—Espero que con tú brillante colegio, puedas arreglar las cosas y ayudar a mami y papi —Auggie suspira, su sonrisa desaparece y sus ojos pierden el brillo.
—No sabes cuánto desearía arreglar las cosas, y que puedas tener un futuro mejor. Pero... La vida no es un cuento de hadas, las cosas no se resuelven de un modo tan fácil —le expliqué levantando los hombros.
—Tú eres como una Princesa, la Princesa más linda de todas —Auggie me da un beso en la mejilla.
—Y tú eres él niño más lindo de todos.
Auggie y yo nos levantamos y empezamos a jugar en la casa, corríamos cómo locos. Luego bajamos a la pastelería, donde tomamos un pie de limón. Uno para cada uno. Puede que las cosas estén mal, pero nunca hay que negarle un dulce a un niño.
—...—
Los días pasaron rápido. El Jueves decidí no ir al colegio, ese día fui a la Biblioteca y le pedí a la señorita María Gabriela que me de un adelanto de mi paga, ella conoce mi situación, así que con gusto aceptó. Todo ese dinero, se lo di a mis padres. También, saqué a Auggie. Lo llevé al parque. En el parque jugó en todos los juegos, le encanta columpiarse y corrió, porque un perro lo persiguió. Auggie se divirtió mucho, así que no me arrepiento de haber faltado a clases, ¿De qué me puedo perder en un día? No creo que de mucho, ya que mañana iremos al paseo a la nieve. Mañana veré al bromista odioso de Ross...
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Cuatro Ángeles.
Fiksi PenggemarLaura es una adolescente con pocos recursos. Ella trabaja en el negocio familiar: una Pastelería. Su vida dará un giro radical al ser aceptada en el Colegio más prestigioso de todos. Al ser pobre, todos le harán la vida imposible. Y sin quer...