Vuelta a casa, Pastel y Choque...

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Durante esa noche, todos disfrutaron de pasar tiempo con sus parejas. Bailaron, conversaron, jugaron, ríeron, lo pasaron de maravilla. Incluso hicieron brindis, apostaron algunas cosas y capturaron muchos recuerdos con diversas fotografías. Fue la fiesta perfecta para despedir uno de los mejores viajes de todos. Todas las chicas se sentían felices. Los chicos también, sólo que no del todo, por cosas que pensaban, y cierto Rubio se sentía inseguro, porque sabía lo que vendría ahora.

En la mañana, todos despertaron alrededor de las siete de la mañana, ya que volverían a casa. Se utilizaron cinco aviones, está vez, las chicas fueron sin los chicos, querían un poco de tranquilidad, y ellos también. El viaje estuvo bien, sin mayores complicaciones. Al llegar a destino, después de una larga cantidad de horas, Vanessa quiso ir con Laura, y Laura se lo permitió.

Las chicas llegaron a la casa de la castaña, y los padres de está la recibieron con mucho amor, mucho cariño y muchos abrazos. La habían extrañado mucho, ya que siempre estaban todos juntos, era raro separarse aunque fuese por poco tiempo. Su hermano no la saludó, ya que se encontraba en clases.

Las chicas fueron a la habitación de la castaña, Vanessa la ayudó un poco a desempacar. Aunque por dentro se sentía muy inquieta.

Luego de unos veinte minutos, llegó Raini. Las chicas la saludaron felices, abrazándola.

-Laura... No te quiero molestar, pero me gustaría pedirte un favor -comenzó nerviosa la morena alta -. Me gustaría mucho que me enseñes a hacer un pastel.

-Vanessa, Laura no puede hablar por ahora -le recordó Raini, mirándola seriamente. Está asintió y se vio desanimada -. Pero si quieres, yo te puedo ayudar. Llevó tanto tiempo trabajando en esto, que sé bien cómo preparar dulces.

-¿En serio lo harías? -preguntó Vanessa sonriendo de nuevo.

-Para eso están las amigas.

Laura sonreía mientras veía cómo sus amigas conversaban. Ella también ayudaría, podría comunicarse con lápiz y papel, nada le impediría pasar un buen día junto a sus amigas.

-Me gustaría que el pastel incluya manjar, frutilla y nueces -comentó Vanessa, que parecía haber recordado algo en ese preciso momento.

-Eso parece algo muy específico -comentó Raini, Laura asintió y ambas sonrieron de modo cómplice -. ¿Es tú pastel favorito? -preguntó de modo pícaro, ella ya suponía la respuesta, pero quería oírla de la sonrojada Vanessa.

-De hecho... es el pastel favorito de Riker.

Con la respuesta de Vanessa, Raini y Laura hicieron un baile de la "victoria" por llamarlo de algún modo, consiguiendo avergonzar aún más a su tímida amiga, que simplemente estaba más roja que un tomate. Hablar de Riker le resultaba bastante incómodo, pero no le importaba. Lo importante ahora era demostrarle que estaba enamorada, y que quería estar con él. Dicen que el camino más fácil para conquistar a un chico, es conquistando su estómago.

Mientras las chicas hablaban de repostería, los chicos se encontraban reunidos en casa de Ross. Su madre no estaba y por eso deberían aprovechar. Ninguno tenía que desempacar o arreglar sus habitaciones, puesto que para eso le pagaban a los múltiples empleados.

En éste preciso momento, se encontraban hablando de las competencias de "Él mejor chico". Ya había quedado en claro que los que competirían serían Ross y Riker. Los demás estaban de acuerdo, mientras que los competidores se sentían bastante seguros de sí mismos, esto sería interesante.

Tenían ciertas cosas listas, sólo faltaba elegir otras que también eran importantes. El lugar ya había sido decidido, los jueces, por ahora serían: Calum, Ellington y una "Sorpresa" que será imparcial, al igual que los demás, ninguno podía tener favoritismo.

Laura estaba viendo cómo Raini ayudaba a Vanessa. Veía a Vanessa y su cara de concentración, observaba todo y hacía lo que le indicaban con una paciencia que le sorprendió bastante, era evidente que esto le importaba muchísimo. Sonrió sin querer, era bastante evidente el amor que ella sentía por Riker. Eso la hizo sonreír otro poco, se sentía bastante bien al saber que dos de sus amigos eran el uno para el otro. Una idea cruzó su cabeza y sonrió. Sacó una hoja de papel, escribió algo en ella y se la entregó a Raini. Está la leyó y sonrió de modo cómplica.

-Sigue tú sola, yo ya vuelvo contigo -comunicó Raini sonriendo. Vanessa asintió y siguió con la elaboración del pastel.

Raini sacó su celular y le envió un mensaje a cierto rubio, sin poder dejar de sonreír. El plan de su amiga había sido bastante bueno.

Cierto Rubio recibió el mensaje y sintió mucha curiosidad. Sin pensarlo dos veces se despidió de sus amigos y fue al lugar indicado, le dijeron que vaya dentro de unas tres o cuatro horas, nada específico. Pero no pudo resistirlo, prefería esperar ahí en vez de llegar tarde, la curiosidad lo mataba.

Iba a entrar a la Biblioteca, pero antes de hacerlo chocó con alguien y cayó al piso, al igual que la otra persona. Se iba a incorporar, pero sintió una voz femenina que llamó su atención.

-¿Es que ya no saludas? -preguntó aquella voz que se le hacía bastante conocida, bastante familiar.

¡Siento mucho la tardanza!

Sé que es horrible tener que esperar para leer una historia que te gusta, que te atrapa... La verdad es que no había tenido tiempo para escribir porque he estado estudiando bastante, y bueno, con eso las horas se hacen más cortas.

Pero bueno, les prometo que el próximo capítulo será más largo. Además, ahora hay qué esperar para saber: ¿Con quién chocó Riker? ¿Será un nuevo personaje, o un personaje antiguo? Jaja, ya sabrán.

Cuatro Ángeles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora