Notas.

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Después de irme de esa subasta, tuve que tomar una micro para poder volver a casa. Me demoré un poco en llegar, ya que quedaba lejos. Se me hizo tarde. Cuando llegué a casa, todos estaban durmiendo, así que entré sin hacer tanto ruido.

Abrí mi puerta, y entré a mi pequeña habitación. Observé con una sonrisa mi guitarra. Era tan linda, era mediana, pero hermosa. Abrí mi armario y la puse debajo de mi ropa, no quería que nadie la vea, que nadie la toque. Es sólo mía. Y algo de Ross, ya que él fue quién me la regalo, fue tan atento de su parte, no lo puedo creer. Nunca en la vida he tocado guitarra, pero voy a aprender, sólo por Ross, es como un favor personal, o algo así.

Me senté en mi cama, y empecé a pensar un poco. Recordé el día en el que llegué a ese colegio, por primera vez. Como estaba tan concentrada, como entregué la orden, y cómo salvé a ese chico de morir. Después de eso todos los diarios y noticieros hablaban de mí, cómo si fuese una "Heroína". ¿Por qué nunca los detuve? Si lo hubiese hecho, nunca hubiese llegado a ese colegio. Pero... Si nunca hubiese llegado, nunca habría conocido a Riker, tampoco a Ross. ¿Qué sería de mí vida sin ellos? Todo sería aburrido. Admito que al principio Ross me caía muy mal, y yo también a él. Sólo me molestaba y me hacía bromas pesadas, horribles. Eran cosas realmente espantosas. Pero... ¿Cuándo se detuvo todo eso? Cuando pensó que "me enamoré de él", no sé como su estúpida cabeza pudo llegar a formular esa idea, eso sí que es raro. Desde ese día ha bailado conmigo, no me ha hecho bromas. Aunque sigue siendo engreído, pero pienso que esa es su naturaleza, que le va a costar un mundo cambiar, y que posiblemente nunca cambie. Pero también, debo admitir que ha sido dulce. Hizo que todos cantarán una canción de Disney para mí. ¿Quién hace eso?

Bueno... Si Ross se porta mejor conmigo, ¿Por qué debo seguir a la defensiva con él? No creo que las cosas funcionen de ese modo. Ahora seré una mejor persona, y lo trataré mucho mejor, es una promesa.

—...—

Me encontraba en la tienda, ya que no tenía ganas de cerrarla aún, ya que sólo aquí podía estar sola, pero no tan sola. Los libros son una gran compañía, ya que existe una gran variedad de tramas, personajes, autores. Todo es distinto, y ya que incluso vivo sola, me gusta sentirme de cierto modo, acompañada.

Me iba a preparar un café. Cuando veo un papel blanco en el suelo, lo tomó entre mis manos, y veo que dice: "Ve mañana al colegio Santo Tomás, te estaré esperando".

¿Acaso la nota era de Laura, o de Sabrina? Porque que yo sepa, ambas tienen mi número. ¿Por qué no me llamaron? Esto no tenía sentido.

—...—

Estaba en mi habitación, escuchando música con mis audífonos. Era tarde, pero no quería dormir, ya que mañana tenía que trabajar, pero de todas formas... El trabajo no es tan importante, si alguna vez llegaba tarde, Laura me disculpaba, y sus padres también.

De pronto, la música se detuvo, porque me llegó un mensaje.

—"Mañana te estaré esperando en el colegio Santo Tomás, no faltes. Es algo importante".

No tenía guardado ese número, por lo que... No sabía quién era. Tal vez mañana no iría, ¿O sí iría? No lo sé. Tal vez es una de las amigas de Laura, y Laura le dio mi número. Tal vez era algo importante.

—...—

—¿Rydel, estás bien?

Ratliff me acababa de llamar, por lo que atendí. Eran las dos de la mañana, no estaba durmiendo. Soy fanática de las series de Ánime. Por eso, estaba viendo una, es muy buena, se llama Nana, tiene buenas canciones también. En fin, le contesté por si era algo importante.

Cuatro Ángeles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora