Salvando a Laura.

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Estaba completamente acorralada, dos chicos sujetaron mis brazos y los otros dos mis piernas, para que no pudiera patearlos ni golpearlos. Realmente tenían un plan, me pusieron de espalda. Uno de ellos, él que iba a llevar a cabo el acto sexual, me tapó la boca con su mano, para que yo no pudiera gritar, para que no pudiera hacer nada. Estaba completamente perdida, ellos eran más fuertes que yo, y también me ganaban en cantidad. Eso sí que era horrible.

En ese preciso momento, la puerta de la piscina se abrió. Y pude ver a Riker, que me miró fijamente, después vio la situación e hizo ambas manos puños. Todo era realmente extraño, yo me quería morir, me estaban faltando las fuerzas.

—¿Qué haces aquí? —preguntó el chico al que yo denominaba "violador", acercándose a Riker —No deberías estar aquí.

—Ustedes deberían saber que lo que iban a hacer es una tontería —dijo Riker, tan sereno y tranquilo como siempre. Él era una persona tranquila, nunca se enojaba. Me encantaba esa forma de ser tan especial y única —Si saben lo que les conviene deberían irse.

—¿Qué harás sino nos vamos? —mi violador estaba retando a Riker, sonrió al ver que Riker se quedaba callado. Esto sí que era algo completamente irónico.

—Yo soy Riker Crow —dijo, y todos empezaron a transpirar, todos sabían la influencia que Riker tenía, como que entre todos se miraron —Supongo que ya saben que puede pasar.

—¡Al carajo con lo que dijo Lynch! —gritó uno de ellos, soltando mi pierna. Todos asintieron y se fueron corriendo.

—¡Laura! —Riker corrió a verme, y yo simplemente me aferré a él, abrazándolo con todas mis fuerzas. Porque necesitaba sentir apoyo, necesitaba sentir que no estaba sola, y necesitaba olvidar lo que estuvo apunto de suceder.

—¡Riker! —lo abracé aún más fuerte y empecé a sollozar en silencio. Él acariciaba mi cabello, con suma delicadeza.

De un momento a otro, Riker me separó un poco de él, y tomó mi mentón con su palma. Nuestras miradas se cruzaron, fue una sensación muy agradable, entre lágrimas me ruboricé y me sentí una completa tonta. Riker secó mis lágrimas con su dedo pulgar, eso fue un detalle increíblemente tierno.

—Al final nunca me diste la receta de algún dulce —dijo de pronto, para cambiar de tema.

—Supongo que lo olvidé —respondí levantando los hombros.

—Me lo puedes decir en el camino —respondió levantándose, y ayudándome a mí también.

—¿En el camino a dónde? —pregunté siguiéndolo.

—Iremos a tú casa —respondió obvio —No puedo dejarte solo, menos con lo que acaba de pasar ahora.

—Muchas gracias —respondí con la mayor sinceridad posible.

—...—

Riker y yo subimos a su auto, y en el camino le dí una de las mejores recetas del mundo. La receta de ¿cómo preparar donas? Sí, sé que es una comida que engorda, pero es deliciosa. Además, él quería empezar con algo complicado, algo como un pastel. Entonces mejor ir con algo pequeño. Lo curioso es que Riker grabó mi voz durante todo el camino, porque dijo que así no olvidaría ningún detalle. Eso me pareció muy raro, pero al mismo tiempo muy dulce.

Entonces, cuando llegamos a la puerta de mi casa...

—Riker, gracias por estar conmigo —sonreí ampliamente —Te debo mucho.

—No digas eso, simplemente estuve en el momento indicado. Las cosas son así, en ocasiones la vida es complicada. Pero... ¿qué hacías ahí?

—Realmente había recibido una nota, y bueno... —me rasqué la nuca, no podía dar más detalles. Si supiera que fui corriendo hasta la piscina porque la nota estaba firmada por él, creo que me estaría humillando a mí misma.

Cuatro Ángeles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora