En ese momento, escuché una voz burlona y levanté la vista completamente enojada. La tarde ya había caído y el cielo estaba algo anaranjado, listo para anochecer. Al encontrarme con esos ojos de color avellana, inmediatamente fruncí el cejo. Al encontrarme con ese engreído rubio, porque era algo que me pareció sacado de una película.
—Creo que te dejé sin palabras. —dijo Ross mientras gueñía uno de sus ojos y sus amigos se colocaban al lado de él, saludándome con una sonrisa de satisfacción en sus rostros. Yo estaba que me ponía a gritar en ese momento.
—Hola, "Heroína". —saludó Calum con una sonrisa de maldad. —Creo que con esto aprenderás que nadie se debe meter con Ross Lynch.
—¡Imbéciles! —grité con toda mi rabia. Estaba apunto de lanzarles uno de los baldes donde se encontraba la carnada. Pero Vanessa me detuvo. En ese momento Sabrina empezó a saltar con completa rabia, se sentía sumamente enojada igual que yo. Pude ver por el rabillo de mi ojo que todos se reían de nosotras.
—Laura, lo mejor que podemos hacer es volver a tierra firme. —dijo Raini tomándome por los hombros.
—Raini tiene razón, así no podrán molestarnos de nuevo. —secundó Vanessa.
—Tienen razón, gracias. —respondí sentándome. Entre las cuatro comenzamos a remar, y mientras remábamos nos dimos cuenta de que ese barco cada vez se veía más difuso debido a la distancia. Suspiré con satisfacción, si Ross pensaba que arruinaría mis vacaciones sólo por localizarme se equivocaba, él no era nadie para interferir en mi vida, menos en mis decisiones. Creo que es un tarado que se cree lo mejor de lo mejor.
Después de remar por unas dos horas (o tal vez un poco más, creo) llegamos a tierra firme. Tierra firme era un puerto. Pero apenas bajamos nos encontramos con el barco donde estaban todos los demás, todos los estudiantes del Colegio Santo Tomás. Sabrina y yo abrimos la boca con horror, porque estábamos completamente sorprendidas, ellos nos siguieron sin que nos diéramos cuenta.
—¿Por qué se preocupan tanto por ellos? —preguntó Raini. —Sólo son estudiantes, no pueden ser tan terribles.
—¡Es porque tú no los conoces! —respondió Sabrina, que se veía completamente alterada. —Lo que pasa es que ellos son terribles, son personas muy malas.
—Ella tiene razón. —secundé. —Son tan terribles que son capaces de arruinar vacaciones ajenas. —suspiré.
En ese momento pude ver como Ross se acercaba con maldad hacía nosotras. Sabrina retrocedió unos pasos y se quedó detrás de Vanessa, que es la más alta entre todas nosotras. Sabrina se veía realmente mal, muy sorprendida. Yo me quedé parada, pero cruzada de brazos.
—¿Qué te parece vernos aquí? —preguntó Ross sonriendo de oreja a oreja.
—Me parece que eres demasiado infantil. —respondí cruzándome de brazos. —También eres bastante egoísta, ya que trajiste a todo el colegio a éste lugar, que es tan pero tan aburrido.
—Que tú digas eso, no significa nada para mí. —respondió de modo frío. —La verdad es que nada se compara a ver tú reacción al vernos. —Ross empezó a reír, y sus amigos también.
—Fue muy gratificante ver tú cara de espanto y sorpresa. —dijo Ellington mirándome con gracia.
—La verdad es que tanto tú como tú amiga se veían realmente divertidas, son tan raras. —dijo Calum a modo de burla.
—No hay nadie más raro que todos ustedes juntos. —respondí mientras me cruzaba de brazos. Me dí la vuelta, golpeando a cada uno con mi cabello. Sentí cuando escupieron mi cabello, pero de un momento a otro sentí que alguien me tomaba del brazo. De inmediato me detuve y me dí vuelta, encontrándome con Ross.
—No te vayas. —dijo mirándome con paciencia, porque la verdad es que se veía bien cansado. Yo simplemente suspiré. Él sonrió por un segundo, después vio a sus amigos y ellos como que entendieron la indirecta y se alejaron. —Quiero hablar contigo. —dijo mirándome fijamente.
—¿De qué quieres hablar? —pregunté seria. —Que sea rápido, porque tengo que volver a la casa de mi tía.
—No volverás a casa está noche. —Ross sonrió de manera seductora, me miraba con esa sonrisa. Pero yo simplemente fruncí el ceño.
—¿Acaso crees que por qué tú me das una orden iré así como así? —pregunté y negué con la cabeza. Él frunció el ceño enseguida, enojado. —Tú no eres mi jefe.
—Lo que pasa, querida gruñona es que hoy en la noche hay una fiesta que organiza el colegio. —explicó mirándome. —Desde que elegimos el lugar de vacaciones, reservaron un lugar más o menos bueno para una fiesta escolar.
—¿A qué quieres llegar? —pregunté cansada. —No me interesan las fiestas, realmente no veo la diversión en esas cosas. Las personas simplemente se emborrachan y también pasan otras cosas. —expliqué. Nunca he ido a una fiesta de estudiantes, pero sí he visto películas, y sé que son terribles. Los adolescentes son un caso serio, porque hacen muchas cosas que no deberían. No se saben medir, y tampoco se saben cuidar.
—Quiero que vayas a la fiesta, como mi invitada especial. —se separó un poco de mí, y dio una vuelta. Cuando quedó frente a mí, simplemente me guiñó el ojo. —¿Qué dices? ¿Lista para llorar de la emoción?
Ross me miraba con una cara de sorpresa, esperando mi reacción. Se veía ansioso, y yo lo único que hice fue reírme en su cara. ¿Acaso pensaba que yo cedería y lloraría? ¡Dios mío! Es un engreído de primera.
—Disculpa, rubio. —dije deteniendo mis risas. —Pero realmente ves demasiadas películas. Las chicas no lloramos por ineptos que no valen la pena. Yo nunca en mi vida iría a un baile con alguien como tú. —Ross abrió sus ojos de par en par debido a la sorpresa. —Y si me disculpas debo volver con mis amigas.
Después de decir eso, pude escuchar los aplausos de Raini y Sabrina. Pero también escuché las maldiciones de Ross y como sus amigos lo abrazaban. Tal parece que nunca vio eso venir.
—¡Te felicito amiga! —dijo Raini. —Tú siempre has sido una chica fuerte, y me alegra que no te derritas por nadie.
—Nunca aceptaría cosas de alguien que me ha tratado mal. —respondí segura de mis palabras. Pero en ese momento vi que Vanessa miraba embobada a una dirección, y después de eso, su ceño se frunció, se veía completamente triste en ese momento. —¿Qué pasa, Vanessa? —pregunté acercándome. Pero pareció que no me escuchó. Entonces decidí darme la vuelta, y al ver en su dirección, mi corazón se aceleró de inmediato.
—Hola. Hace días que no publicaba otro capítulo, es que la verdad no había tenido ganas de escribir, porque con todo el asunto de el esguince que tuve, no podía salir y me sentía horrible. Todavía tengo el pie malo, pero ya por lo menos me volvieron las "ganas" y se me ocurrió escribir. Espero que el capítulo les guste. Les aviso que ya tengo el próximo capítulo escrito, y lo subiré hoy, en la noche. Es que ahora me voy a ir a comer helado. Y bueno... ¿recuerdan que les pregunté si querían un capítulo donde haya sexo? Pues... llegué a la decisión de que eso pasará. Y antes de lo que se imaginan. En fin... ¡muchas gracias por todos sus votos! La verdad es que me sorprendí, porque son muchísimos o.o.
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Cuatro Ángeles.
FanfictionLaura es una adolescente con pocos recursos. Ella trabaja en el negocio familiar: una Pastelería. Su vida dará un giro radical al ser aceptada en el Colegio más prestigioso de todos. Al ser pobre, todos le harán la vida imposible. Y sin quer...