Una situación (SANTIAGO)

1.2K 127 31
                                    

Prólogo: Mientras Santi y tu duermen, tu cuerpo comienza con el proceso natural que vives todos los meses.

Tissaiajushiro
Advertencia: menciones de sangre, llegada del período.

Santi cuando se despertó por la mañana, por supuesto te sintió a ti recostada junto a él y abrazada a su cuerpo, con tu pierna por encima de su regazo y tu cabeza en su pecho, pero también sintió la parte de sus piernas algo... ¿mojada?

Según lo que recordaba, no tuvo ningún sueño húmedo ni tampoco hicieron nada anoche, al contrario, ambos estaban tan cansados que colapsaron en la cama y se durmieron al instante, con suerte alcanzaron a ponerse sus pijamas, que básicamente consistían en Santiago en bóxer y tu con una playera suya y tu ropa interior.

Pasó una mano por sus ojos mientras su otro brazo te abrazaba, y levantó las sábanas para ver qué es lo que tenía.

Se sentó en la cama dejándote recostada en ella, así que diste vuelta hacia el otro lado mientras él veía con el ceño fruncido la sangre en sus piernas y bóxer.

Se volteó a verte a ti y con cuidado abrió un poco tus piernas para encontrar el lugar de donde provenía ese pequeño desastre.

Por supuesto esto no era algo ajeno o asqueroso para él, ¿cuántas veces no había tenido la sangre de otras personas encima suyo? Sin embargo ésta era la primera vez teniendo TU sangre en él.

No llevaban saliendo más que un par de meses, y aún habían cosas que faltaba que sucedieran en su relación. Como esto.

Santi algo dudoso comenzó a moverte con suavidad para despertarte, pensando muy bien en sus palabras para no hacerte sentir incómoda.

–Mi amor... mi amor despierta.–Te susurró mientras tu te volteabas para quedar recostada en tu espalda, ofreciéndole una sonrisa adormilada

–Buenos días...–Le dijiste pasando ambas manos por tu rostro.

–Buenos días... oye... no quiero... no quiero molestarte ni hacerte sentir incómoda pero... pero al parecer tienes una "situación" aquí...–Te dijo algo cuidadoso y tratando de sonar lo más suave posible.

Al escucharlo frunciste el ceño y te sentaste en la cama, pronto el sueño que tenías dejando tu cuerpo al igual que tú alma al ver el desastre que acababas de hacer en su cama.

–Oh dios...–Dijiste llevando una mano a tu boca y viendo aterrada las sábanas, tus piernas e incluso las de Samtiago manchadas con tu sangre.

–¿Estás bien? ¿Te duele algo?–Te preguntó con voz suave mientras tu te levantabas lo más rápido que podías de la cama.

–Lo siento tanto, Santi. No quería, te juro que no quería hacer esto, perdóname. D-dejame cambiar las sábanas, lo siento tanto—. Comenzaste a hablar rápido y asustada, acercándote a la cama para intentar sacar las sábanas pero Santiago se te acercó y tomó tus manos en las suyas.

–Hey, hey... tranquila... no pasa nada, es solo un poco de sangre, es todo.–Te dijo acariciando tus manos en la suya izquierda y la otra la llevó a tu mejilla.

–¿"Solo un poco de sangre"? ¡Santiago mira lo que hice! ¡Hay sangre en ti también! Dios que asco... lo siento mucho... déjeme limpiarte.–Dijiste igual de acomplejada, alejándote de él para ir al baño a buscar una toalla y limpiarlo, pero Santi sujetó tus manos para no dejarte ir.

–¿"Asco"? ¿Asco por qué, mi vida?–Te preguntó con el ceño fruncido y confundido, ofreciéndote una pequeña sonrisa.–Esto es normal, es algo natural de tu cuerpo, ¿por qué debería darme asco?

–P-porque tienes sangre en tus—

–¿Y eso qué importa? Se puede limpiar, las sábanas se lavan, no es el fin del mundo, todo esto tiene solución.–Te dijo con una sonrisa y tratando de sonar lo más delicado posible.–Hagamos esto, tú ve y date una ducha, te llevo algo de ropa y mientras yo saco las sábanas y voy a la tienda para traerte lo que uses en días así porque honestamente no tengo nada de toallas higiénicas o tampones, y me gustaría que tuvieras aquí una reserva en caso de que esto vuelva a ocurrir, ¿okey?

–Pero—

–Perfecto, me alegra que estés de acuerdo.–Te dijo dejando un beso en tu frente, para después guiarte hasta el baño y cerrar la puerta para que tuvieras privacidad.

Soltaste una pequeña risa pasando una mano por tú rostro antes de empezar a desvestirse y meterte a la ducha.

Moon Knight IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora