Salvado en la calle (parte 2)

897 113 29
                                    

JFSY09
DowBaStan

Steven estaba detrás del mostrador de la tienda de regalos organizando una gran caja con peluches que Donna le había entregado.

El incidente contigo y ese tipo que perseguías había ocurrido hacía cosa de dos semanas más o menos, y Steven no podía dejar de pensar en ti, lo cual era absurdo, solo te había visto una sola vez y lo único que quería era pasar tiempo contigo, hablar durante horas, tal vez incluso llegar a saber la historia de tu brazo.

Y Steven se maldecía internamente por ser así, porque le llamaste la atención después de haberte visto una sola vez. Y aunque no vaya admitirlo por vergüenza, ya se había imaginado miles de escenarios contigo caminando de la mano por la calle, leyendo contigo, durante citas, etc.

¡¿Bueno y qué quieres que haga?! ¡Me dijiste que tomara el día libre y eso es lo que estoy haciendo! Me lo merezco después de que la última vez YO tuviera que resolver el desastre que USTEDES causaron. Me tomó cinco horas encontrar al cretino idiota ese.

Steven frunció el ceño al oír tu voz, y te volteó lentamente para verte entrando al museo mientras hablabas por teléfono.

Inmediatamente su corazón comenzó a latir con fuerza y una gran sonrisa se formó en su rostro, sin embargo al notar que te volteaste y le viste, entró en pánico y apartó la vista fingiendo arreglar unos caramelos en el mostrador.

–Sam escucha, tú ve con Bucky y ya luego los alcanzo, ¿si? Van a estar bien sin mi, no creo que sea necesario que cada vez que vayan a una misión tenga que siempre salvarlos de las estupideces en las que se meten. Bucky tiene más de cien años y tu tampoco eres un niño, comportense como verdaderos adultos par de imbéciles.–Le dijiste molesta pasando una mano por tus ojos antes de colgar.

Steven vio de reojo que te ibas acercando a él, y sus nervios solo comenzaron a aumentar mientras sentía que su corazón se le iba a salir del pecho.

–Hey... que coincidencia encontrarte aquí.–Le saludaste con una sonrisa y tono de voz más suave del que usabas mientras hablabas por teléfono quedando del otro lado del mostrador.

–O-oh, hola... e-es bueno verte otra vez, honestamente pensé que no nos íbamos a volver a ver— ¡n-no es que no quisiera! Claro que no, de hecho tenía la esperanza de volver a verte, y-y estoy feliz de que sea aquí en el museo y no en la calle antes de que me atropellaran, e-es solo que parecía algo casi imposible, Londres es una ciudad muy grande como para encontrarnos otra vez, ¡pero aquí estás!–Rió acomodando las cosas con manos temblorosas y hablando sin parar.

–A mi también me alegra verte, no sabía que trabajabas aquí en el museo.–Le dijiste con una sonrisa tomando un paquete de caramelos.–Mm... que curioso, es algo ilógico que vendan éste tipo de caramelos si en Egipto en esos años no comían de esto, ni mucho menos tenían éstas cosas.

–¡Exacto! ¡Al fin alguien que lo entiende!–Exclamó elevando la voz provocando que levantaras la vista hacia él para verle con una sonrisa dejando el caramelo a un lado.–Lo siento, perdón no quería hablarte así, e-es solo que aquí nadie parece entender lo absurdo que es vender éste tipo de cosas si se supone que quieren mostrar cómo eran las cosas en la antigüedad.–Se disculpó avergonzado.

–Tranquilo, te entiendo. No me sorprendería encontrar alguna que otra cosa errónea aquí.–Reíste ligeramente.

–Oh si, y aún no has visto los nuevos carteles promocionales de La Enéada que hicieron, no están todos los dioses que deberían.–Te dijo encogiéndose de hombros, provocando que sonrieras.

Moon Knight IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora