Tercer libro dedicado a estos tres maravillosos hombres.
🌑Oneshots de nuestros tres loquitos favoritos, Steven, Marc y por supuesto Jake. Con algunas apariciones especiales de nada más, y nada menos que Oscar Isaac Hernandéz Estrada. Y ahora tambié...
Jake y tu hacía bastante tiempo que querían ir a la playa, aunque fuera solo por un rato y así disfrutar los dos solos.
Ambos estaban trabajando bastante, y cuando tenían tiempo libre, era el turno de Marc o Steven de tener el control, por lo que no se habían visto tanto como les hubiese gustado.
Por eso mismo Jake organizó un día y se fueron en su taxi a la playa más cercana que encontraron.
Instaló una gran sombrilla y pusiste una toalla grande en la arena donde te sentaste, y mientras Jake se quitaba su playera.
–¿Ve algo que le gusta, mi dama? ¿Quiere que le baile?–Te preguntó con una sonrisa pícara y moviendo sus caderas de una forma sensual, con sus lentes de sol puestos y lanzando la playera junto a ti.
–No gracias, aquí no.–Reíste tomando su prenda de ropa para guardarla, mientras él se sentaba junto a ti y le entregabas el protector solar.
–¿Por qué no se quita la ropa uste' también? Creo yo que después de una larga semana de trabajo y sin verla me merezco que ande solo en bikini pa' mi y que se me siente aquí en las piernas.–Te dijo con una sonrisa, posando su mano en tú muslo y dándole un suave apretón con su rostro cerca del tuyo.
Tu solo rodaste los ojos mientras te quitabas la playera, y Jake hacía un silbido mientras la dejabas a un lado viendo tu bikini con diseños de pequeños taxis.
–A la verga... mami uste' si se ve sexy y deliciosa.–Dijo mordiendo su labio inferior y llevando sus manos para apretar tus pechos.
–Okey, basta. Estamos en un espacio público con más gente y niños.–Reíste apartando sus manos de ti, tomando el protector solar y empezando a esparcirlo en tus brazos y piernas.
–Ay dama los chamacos tiene que saber cuando dos personas se aman.
–Sí, pero no de una forma tan explícita. Ahora has algo productivo y ayúdame a esparcir protector solar en mi espalda.–Le dijiste entregándole el embase y haciendo a un lado la trenza que llevabas puesta, a pesar de saber que no era buena idea que Jake hiciera eso por ti. Sin embargo no tenías a nadie más a quien pedirle, y los otros dos prometieron dejarles el día.
–Ésta es mi parte favorita...–Murmuró con una gran sonrisa de niño emocionado echando un poco de la crema en su mano para dejar el embase a un lado.
Realmente no había mucha gente en ese lugar, y la que había estaba bastante lejos muy para la conveniencia de Jake.
Con cuidado desarmó el nudo de tu bikini en tu cuello y espalda, pero fuiste rápida y lo sujetaste contra tus pechos.
–¡Jake Lockley!–Exclamaste con las mejillas sonrojadas y sujetando la parte de arriba de tu bikini.
–¿Qué? Uste' dijo que le echara protector solar y los nudos me molestaban.–Te dijo con la mayor inocencia que podía tener, dejando un beso en tu hombro mientras esparcía la crema.
–Jake vuelve a atar los nudos en éste instante.–Trataste de sonar seria, pero la verdad es que no podías contener la pequeña risita que se te escapaba.
–¿Y eso pa' qué? Mis manos le pueden tapar las chichis bastante bien.–Dijo acercándose aún más a ti para quitarte el bikini y reemplazarlo con sus manos en tus pechos y apretarlos mientras los tapaba.
–Dios qué voy a hacer contigo...–Murmuraste dejando caer tu cabeza hacia atrás y apoyando tu espalda en su pecho, mientras Jake reía ligeramente sin quitar sus manos de tus senos.
–Mis manos tapan más que un bikini.
–¿Si? ¿Y qué hago cuando quieras ir a meterte al mar?
–Ay dama uste' ande así si la gente de por allá ni la ve.–Te susurró al oído dejando besos en tu cuello.
Tu solo rodaste los ojos y tomaste tu bikini para volver ponértelo sin escuchar las protestas de niño pequeño de Jake.
(.....)
Estabas en la toalla sentada bajo la sombra con tus piernas pegadas a tu pecho y tus lentes de sol puestos, cuando viste a Jake acercarse desde el mar.
Tenía sus rizos mojados al igual que el resto de su cuerpo que brillaba con el sol, y pasó una mano por su cabello para peinarlo mientras caminaba hacia ti con una sonrisa.
–¿Ahora sí quiere que le baile?–Te preguntó con su distintiva sonrisa pícara, mientras tú le observabas mordiendo tu labio inferior.
–¿Por qué no vinimos a la playa antes?–Le preguntaste sin poder apartar la vista de su tonificado cuerpo.
–No sé, pero admita que ésta ha sido la mejor idea que he tenido.–Dijo arrodillándose en la toalla y acercándose a ti.
–Sí... la verdad si...–Respondiste con una sonrisa mientras se acercaba a besarte, y pronto te recostó en la toalla haciéndote soltar un chillido al sentir su cuerpo mojada contra el tuyo mientras dejaba besos en tu cuello y te hacía cosquillas.
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