Que obediente (OSCAR)*

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Prólogo: Perdiste una apuesta contra Oscar y ahora tienes que llevar un juguete vibrador entre tus piernas durante toda la ceremonia de los premios como castigo.

Marianito161
hellbot1313
Advertencia: juguete sexual (vibrador) usado en público, negación de orgasmos, doble orgasmo, sexo oral (mujer recibiendo), fingering, sobreestimulación, masturbación, humillación (?), burlas, elogios.

–Esto fue una pésima idea.–Dijiste con los dientes apretados y de brazos cruzados.

–Tú fuiste la que perdió la apuesta, mi vida. No yo.–Rió Oscar ligeramente  acercándose para dejar un beso en tu mejilla donde ibas junto a él en el auto, antes de apretar el botón del control en su mano.

Llevaste tu mano a su pierna y apretaste con fuerza sintiendo como el juguete en tu entrepierna comenzaba a vibrar poco a poco.

Oscar tomó tu mano en la suya que estaba en su pierna y comenzó a subir la intensidad, acercándose a tu oreja para susurrarte.

–Más te vale no hacer tanto ruido o el chófer te va a oír.–Habló en voz baja, para después morder ligeramente la zona y besar tu mandíbula, mientras dejabas caer la cabeza hacia atrás en el asiento.

Oscar iba subiendo la intensidad de las vibraciones haciendo que tus piernas temblaran ante la proximidad de tu orgasmo, y cuando ya te ibas a correr, apagó el aparato, dejándote completamente frustrada.

Soltaste un pequeño gruñido molesta y volteaste la cabeza hacia él para verlo enojada, a la vez que Oscar reía ligeramente.

–Ya llegamos.–Les dijo el chófer antes de bajarse y abrirles la puerta.

–Compórtate si no quieres que hablen de ti en las noticias.–Te susurró antes de meter el control en el bolsillo de su pantalón y bajarse para después tomar tu mano y ayudarte.

Habían sido invitados a una entrega de premios, por lo que debían pasar por la alfombra roja frente a todos los paparazzis y cámaras ahí presentes.

Oscar te llevó de la mano y caminaron juntos con sonrisas en sus rostros para llegar al medio y posar.

De reojo notaste que llevó su mano al bolsillo, e inhalaste profundamente al sentir que el aparato comenzaba a vibrar en tu entrepierna.

Poco a poco fue subiendo la velocidad, divirtiéndose al verte tratar de mantener la compostura.

Se acercó a ti y dejó un beso en tu mejilla para después hablarte al oído.

–Lo estás haciendo muy bien... si sigues comportándote como una buena chica, entonces puedo darte tu recompensa en casa.–Te dijo con una sonrisa y voz coqueta.

Le dirigiste una rápida mirada con una sonrisa para disimular, mientras que tu orgasmo se aproximaba.

Oscar pareció notarlo con tan solo verte, algo que nadie más captó, y volvió a apagar el apartó por segunda vez en la noche.

Un sonido de frustración dejó tus labios mientras caminaban para salir de ahí, cuando Pedro se les acercó.

–¡Mi pareja favorita! ¿Cómo están?–Exclamó mientras que las cámaras y paparazzis tomaban fotos de él abrazándolos a ambos.

–Bien, bien, amigo mio. ¿Vienes con nosotros?–Le dijo Oscar mientras caminaban hacia dentro del lugar donde se realizaría el evento.

Los tres se quedaron juntos mientras Oscar seguía torturándote al dejarte al borde del orgasmo y luego apagar el vibrador.

Se lo llevó así toda la noche, que para ti pareció una eternidad. Hasta que al fin llegó el momento de irse a casa.

Volvieron a subirse en su coche y el chófer comenzó a conducir hasta su hogar, mientras que Oscar encendió el aparato una vez más.

–Prometo que ésta será la última, y si logras controlarte, entonces te voy a dar tu recompensa.–Te susurró al oído, subiendo al máximo.

Estabas haciendo tu mayor esfuerzo por controlar tus gemidos.

El camino hasta su casa pareció hacerse infinito, y el hecho de que Oscar subía y bajaba la intensidad no lo hacía nada fácil.

Apenas llegaron, se bajaron rápidamente del coche y entraron en la casa.

No desperdiciaste tiempo y subiste las escaleras como pudiste a su habitación, con Oscar siguiéndote detrás riendo con ligereza ante tu comportamiento.

Te quitaste tu traje/vestido lo más rápido que pudiste, al igual que tus zapatos y te deshiciste de tu ropa interior para recostarte en la cama con las piernas abiertas.

–Alguien está impaciente...–Rió suavemente al verte cuando entró en su habitación.

–Por favor termina con esto...–Le dijiste agitada, aferrando ambas manos a la almohada debajo de tu cabeza.

Oscar se quitó la chaqueta del traje para luego subir las mangas de su camisa.

Tomó el control y se sentó frente a ti para ver tu entrepierna, y encendió el aparato para ponerlo al máximo de una sola vez.

Soltaste un gran gemido y arqueaste la espalda, abriendo aún más tus piernas y llevaste directamente tu mano derecha a tu clítoris mientras que la otra apretaba tu pecho.

–Eso es... sigue así... yo sé que quieres correrte. Llevas toda la noche así, obedeciéndome y siendo tan buena para mi... te lo mereces...–Susurró haciendo que tus paredes se apretaran alrededor del pequeño juguete.

No duraste mucho hasta que el orgasmo arrasó contigo con ferocidad y te corriste con gran intensidad en el juguete.

Oscar palmeó su miembro erecto por encima de su pantalón, viéndote mientras mordía su labio inferior con su vista fija en tu entrepierna.

Poco a poco fue bajando la intensidad del aparato, hasta que lo apagó y lo quitó suavemente de ti.

Tu respiración estaba agitada y tenías los ojos cerrados.

Soltaste un fuerte gemido y arqueaste la espalda al sentir su lengua entrar en contacto con tu intimidad después de haber limpiado tus muslos, mientras comenzaba a succionar tu clítoris e incertaba dos dedos en ti.

–O-oscar... es mucho...–Le dijiste agitada, apretando su cabello con tus manos.

–Eres una mujer fuerte... estoy seguro de que puedes darme otro más. Hazlo por mi...–Te dijo sin apartar su cabeza de tu entrepierna y comenzó a succionar nuevamente con fuerza y rapidez.

Sus dedos se movían dentro de ti y su lengua no dejaba de lamer tu parte más sensible.

En poco tiempo tus piernas comenzaron a temblar y otro orgasmo con mayor intensidad que el anterior arrasó contigo, haciéndote arquear la espalda y prácticamente gritar su nombre.

Oscar siguió lamiendo hasta que le jalaste del cabello para apartarlo de ti, y llevó sus dedos a su boca para limpiarlos antes de dejar besos por todo tu cuerpo y subir hasta llegar a tu boca.

Te besó con gran intensidad mientras desabrochabas sus pantalones y liberabas su miembro para tomarlo en tu mano y comenzar a moverla con rapidez a lo largo de éste.

Oscar comenzó a gemir en tu boca, sintiendo tu mano moverse en él, y moviendo sus caderas en ella para crear mayor fricción.

No pasó mucho hasta que se corrió en tu mano y abdomen, escondiendo su rostro en tú cuello mientras respiraba agitado.

Apartaste tu mano de su miembro y él colapsó encima de ti, ensuciando su camisa, pero realmente no le importaba.

Ambos se quedaron así por unos minutos, hasta que Oscar se recostó a tu lado y te atrajo hacia él para abrazarte dejando besos en tu cabeza y donde fuera que pudiera alcanzar.

–Eres maravillosa mi amor... te amo...–Susurró besándote con cariño.

Reíste ligeramente dejando un beso en su hombro, y abrazándolo de vuelta.

–Yo también te amo, corazón.

Moon Knight IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora