Moon Knight III

Un cuento de hadas

Prólogo: Durante una cita, Steven te entrega una carta importante para él y sus otros dos compañeros.

dominoydeadpool

–¿Será que si hicimos bien en dejar que el pendejo británico se encargara de esto?–Le preguntó Jake a Marc, ambos en el espacio mental mientras Steven estaba junto a ti.

–Cierra la boca, claro que hicimos bien. Steven podrá ponerse nervioso, pero ya nos aseguró de que tenía algo planeado.

Steven solo rodó los ojos sin prestarles atención, mientras estaba sentado junto a ti sobre la manta en la azotea del edificio que vivían, una manta alrededor de ambos y abrazándote a su lado mientras veían la luna y las estrellas.

–Las estrellas hoy se ven mucho más que otros noches... ¿Khonshu no tendrá algo que ver con esto?–Le preguntaste con una pequeña risita.

–No tengo idea de qué estás hablando, querida. ¿Quién es ese tal "Khonshu"?–Respondió con una sonrisa, haciéndote reír ligeramente.

Steven había preparado una cita en la azotea con comida preparada en casa, una botella de vino, velas, e incluso puso pétalos de rosas sobre la manta junto con un ramo de tus flores favoritas.

Sin embargo podías notarle algo nervioso y tenso, más de lo que era común en él.

Mientras veían las estrellas, Steven no podía dejar de pensar en la carta que quería entregarte.

Los tres habían puesto mucho esfuerzo en aquella noche. Steven escribió la carta, Marc compró todo lo que iban a necesitar, y Jake preparó la comida.

–¿Steven estás bien?–Le preguntaste con suavidad.

–Si— ¡digo no! ¡Q-quiero decir si! Si, querida, estoy bien. Yo solo... e-es que... b-bueno... hay... hay algo que quiero entregarte...–Comenzó a hablar nervioso buscando en la pequeña canaste que habían llevado con la comida.

–Ay no... ya la cagó.

–Dale tiempo, tu también estarías así si fueras tú quien tiene el control.

Steven sacó un sobre con una pegatina de corazón sellándolo, y te lo entregó.

–¿Qué es?–Le preguntaste con una sonrisa tomando el sobre en tus manos.

–Un obsequio... d-de los tres. Aquí... a-aquí está escrito todo lo que no podemos atrevernos a decirte a la cara. Creímos que si escribíamos lo que sentíamos, sería mucho más fácil de que lo entendieras, y-y así también puedes guardarlo si quieres.–Te dijo con una sonrisa y jugando con sus manos.

Una gran sonrisa se formó en tu rostro, y abriste el sobre dejándolo a un lado para leer la carta.

–Es hora de la verdad... o todo o nada.

–Guarda silencio.

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"Querida... no hay palabras para describir las maravillas que nos haces sentir.

Eres la mujer más hermosa, divertida, inteligente y encantadora que jamás podríamos haber imaginado. Eres la mujer que los tres tanto deseábamos sin saberlo, y estaríamos dispuestos a hacer cualquier cosa por ti.

Escalaríamos una torre por ti así como Flynn Rider lo hice por Rapunzel.

Podríamos escucharte cantar y enamorarnos de tu voz cada día más como Eric con Ariel.

Te ayudaríamos a perseguir tus sueños y ayudarte como Naveen con Tiana.

Si desaparecieras, estaríamos dispuestos a encontrarte así como el príncipe azul con Cenicienta.

Y siempre haríamos de tu vida un cuento de hadas todos los días hasta que la vida se nos vaya de las manos, si aceptaras casarte con nosotros".

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Mientras leías, los ojos se te habían llamado de lagrimas mientras mantenías una mano sobre tu boca.

Cuando llegaste al final, frunciste el ceño confundida y levantaste la vista para ver a Steven nervioso sosteniendo una pequeña caja con un anillo sencillo con tres diminutas y hermosas piedras en él.

–Entonces... ¿te gustaría que tuviéramos nuestro propio cuento de hadas con final feliz?–Te preguntó con el nerviosismo evidente en su rostro.

Soltaste una pequeña risita asintiendo con la cabeza sin poder hablar, extendiendo tu mano hacia él para que deslizara el anillo.

Steven sonrió y besó tu mano, para que luego te acercaras y le abrazaras mientras sollozabas con fuerza.

–Esto fue hermoso...–Le susurraste al oído con la voz temblorosa.

–Me alegra que hayas dicho que si, creí que tal vez podrías negarte.–Rió alejándose de ti y secando las lágrimas de felicidad de su rostro.

–Jamás podría negarme a una cosa así con ustedes.–Reíste ligeramente acercándote para besarlo.

–¡¡¡LO HICIMOS!!! ¡¡¡LA DAMA SE VA A CASAR CON NOSOTROS!!! ¡¡¡EL AMARRE FUNCIONÓ!!!–Gritó feliz y celebrando desde el espacio mental.

–Solo porque estoy feliz no te voy a decir nada por lo del amarre.–Le dijo Marc con una voz contenta viendo la escena desde el reflejo de la botella de vino.