Marc es el tipo de novio que cuando le dices que estás embarazada, se asusta demasiado por todo lo que arrastra de su pasado y desaparece un par de días para pensar. Y cuando recapacita, vuelve para afrontar la situación y quedarse contigo.
BenchinConeyIsland11
🌙
○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○No sabías nada de Marc desde hacía casi ya tres días.
No sabías dónde estaba, cómo estaba, qué le había pasado, nada.
No respondía tus llamadas, tus mensajes, ni tampoco los devolvía.
El día que se fue le contaste acerca de tu embarazo, querías que fuera el primero en saber por dos razones.
Uno, estabas segura de que fue con él que pasó. Y dos, porque de los tres era quien más inseguridades y miedos tenía al respecto.
Estabas en el sillón del departamento con la televisión encendida de fondo para que no estuviera tan silencioso, mientras veías hacia el tanque de Gus II y sus hermanos, El Pez Dorado que le pertenecía a Marc, y El Matador que era de Jake. Esos tres peces que habían sido tu única compañía durante los últimos tres días lluviosos en Londres, y los cuales pensabas serían la compañía que tendrías durante tu embarazo y luego cuando tu bebé naciera.
Justo en ese momento llamaron a la puerta y te pusiste de pie lo más rápido que pudiste corriendo a abrir, y cuando lo hiciste, viste a Marc empapado de pies a cabeza, sus rizos en su frente, los ojos rojos y bolsas cerradas para que el contenido no se mojara en sus manos.
–Marc...–Dijiste boquiabierta al verle ahí, pero con una gran sensación de alivio recorriendo tu cuerpo al saber que estaba bien. No le veías ninguna herida ni tampoco tenía señales de haberse metido en alguna pelea.
–Hola...–Te saludó viéndote como si fuera un perrito al que acaban de patear.–S-sé que no hay excusa para lo que hice, a-así que te voy a decir la verdad, entré en pánico.
Me fui porque entré en pánico, pero de camino para acá encontré éstas cosas que pensé podrían—. No alcanzó a terminar cuando no pudiste seguir conteniéndote y te abalanzaste hacia él para abrazarle con fuerza y sin importar que te mojaras por su ropa húmeda.
–Me tenías preocupada...–Sollozaste en su hombro, alejándote para darle un suave golpe en el brazo.–¡No vuelvas a hacerme una cosa así en tu vida, Marc Spector!
–Perdóname mi amor, te juro que no quería que—. Volviste a interrumpirle besando sus labios con fuerza, y luego volviste a abrazarle.–Perdóname...
–Solo no vuelvas a hacer algo así, por favor... tenía miedo de que algo te hubiese pasado.–Le susurraste al oído mientras él te abrazaba con fuerza.
–Lo prometo.–Te dijo con una sonrisa y lágrimas en los ojos, dejando besos en en tu cuello y mejilla.–¿Quieres ver lo que compré?
Frunciste el ceño confundida y te alejaste para ver que tenía una sonrisa en su rostro.
–Encontré ropa para bebé muy linda y estaba en oferta, también había una mini boina, un conjunto como si fuera una exploradora en Egipto con un sombrero que le combina incluido, unos peluches, y también compré una cuna y una carriola, pero esas llegarán la próxima semana.–Dijo con una sonrisa orgulloso de sí mismo.
–¿L-le compraste...? ¿E-enserio compraste...?–Dijiste aún tratando de procesar el hecho de que Marc desapareció tres días después de saber que sería papá, y luego reapareció con bolsas llenas de cosas para bebés.
–¡Sí! ¡Y también habían peluches de nosotros! Quiero decir de Moon Knight y de Mr. Knight, ¡e increíblemente del traje de Jake también! Ese fue difícil de tener porque una señora se lo estaba llevando y tuve que pelear por él, ¡pero lo conseguí!–Dijo emocionado tomando las bolsas y entrando en el departamento mientras hablaba.
Soltaste un suspiro mezclado con una risita aliviados, y cerraste la puerta para ir a por una toalla y ropa seca para Marc mientras él te seguía con los peluches en la manos y sin dejar de hablarte.

ESTÁS LEYENDO
Moon Knight III
FanfictionTercer libro dedicado a estos tres maravillosos hombres. 🌑Oneshots de nuestros tres loquitos favoritos, Steven, Marc y por supuesto Jake. Con algunas apariciones especiales de nada más, y nada menos que Oscar Isaac Hernandéz Estrada. Y ahora tambié...