Moon Knight III

"Yes to Heaven" (MARC)

Prólogo: O.s inspirado en la canción de Lana del Rey con el nombre del título, espero les guste y me haya quedado bien 😊

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Siempre habías estado ahí para Marc.

Siempre habías tratado de alegrar su mundo sabiendo lo difícil que era vivir con su madre y lidiar con la pérdida de su hermano.

Y sin embargo si habían veces en las que él no quería hacer algo, tu lo hacías de todos modos con la esperanza de hacerle reír.

Tratabas de ayudarle a que su miedo desapareciera, que le diera una oportunidad para estar en paz, sin embargo era difícil.

Pero siempre tenías un ojo puesto en él.

Tu mente siempre estaba en él.

Incluso después de que se fue al ejército y tu te quedaste ahí en Chicago.

Incluso después de años sin saber nada de él.

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Venías caminando por las oscuras calles de Chicago de vuelta a la casa donde vivías mientras la lluvia te tenía empapada y temblando, abrazándote a ti misma.

Habías comprado un vestido rojo nuevo para la cita a la que irías aquella noche. Te hiciste un lindo y sencillo peinado en conjunto de un maquillaje ligero pero que le combinaba a tu prenda de ropa nueva.

Y sin embargo te dejó plantada.

El vestido que tenía una falda algo elevada para que se viera mejor ahora estaba caída y empapada, tu cabello mojado y desarmado, y tú maquillaje esparcido por todo tu rostro mientras temblabas miserablemente.

Lo único que deseabas era poder llegar a tu casa, darte una ducha de agua caliente y ponerte tus pijamas más cómodas y que parecían de vagabunda, ordenar una pizza y beber vino toda la noche viendo tu serie favorita por enésima vez envuelta en una manta.

Cuando te acercaste aún más a tu casa, pudiste divisar a un hombre sentado en las escaleras fuera de tu puerta bajo la lluvia, agua corriendo por sus rizados cabellos mientras veía hacia sus manos y jugaba con ellas, con un bolso junto a él.

Frunciste el ceño conociendo muy bien esa silueta a pesar de haberle visto por última vez hace más de diez años atrás, poco antes de entrar en tus 20's.

–¿M-marc?–Preguntaste haciéndose notar por tu forma de hablar el cómo temblabas de frío.

Marc levantó la vista y te vio frente a él, poniéndose inmediatamente de pie.

–T/N... hola...–Dijo sorprendido de verte a pesar de haberte estado esperando fuera de tu propia casa.–Ha pasado tiempo...

–Sí... lo he notado.–Reíste ligeramente ya sin importarte estar bajo la lluvia.–¿Cuánto llevas aquí afuera?

–Ah... un poco, no mucho. Llegué hace unas horas a Chicago y quise venir a verte. Una vecina tuya dijo que habías salido así que pensé en esperarte.–Te dijo con una pequeña sonrisa mientras jugaba con sus manos.–Espero no te moleste. Quiero decir... han pasado más de diez años, es entendible si no quisieras verme después de tanto tiempo.

–Siempre es agradable verte, Marc. No importa cuánto tiempo pase.–Le dijiste con una sonrisa dando unos pasos hacia él.

Marc tragó el nudo en su garganta soltando un suspiro por su nariz, e inmediatamente te atrajo hacia él para abrazarte con fuerza sin importarle cómo te veías de desordenada y probablemente como una loca.

Escondió su rostro en tu cuello y tu le abrazaste envolviendo tus brazos alrededor del suyo.

–Lamento haberme ido sin ti...–Te susurró al oído.

–Tranquilo... te prometí que siempre estaría aquí para ti cuando volvieras.–Le aseguraste con una sonrisa, alejándote un poco para acariciar sus mejillas y él dejando sus manos en tus caderas.

–Una vez... u-una vez me pediste que... q-que te dijera que si a que me trajeras el cielo, que te dijera que si a ti.–Rió ligeramente recordando tus palabras antes de irse.

"Si te vas, siempre te voy a esperar aquí. Pero aún así te lo voy a pedir... no te vayas, Marc. Quédate. Puedes quedarte conmigo, o podemos irnos juntos. Pero por favor, dime que si. Puedo traerte el cielo si así lo quieres, solo dime que si... por favor", eran esas palabras las que se repetían todos los días en su mente desde el día en que se fue.

–Si... si, lo recuerdo.–Reíste avergonzada por la elección de palabras de tu "yo" adolescente, cubriendo tu rostro con ambas manos.–Fue ridículo... la verdad fue vergonzoso.

–¿Y qué pasa si ahora te digo que si?–Te preguntó ignorando tu comentario.

Frunciste el ceño quitando ambas manos de tu rostro y levantaste la vista hacia él, mientras que la lluvia ya no era tan fuerte.

–¿A qué te refieres?

–¿Qué pasa si me di cuenta de que nunca debí irme? ¿Que mi lugar era aquí... a tu lado?–Dijo en voz baja y sus lágrimas mezcladas con la lluvia.

Una sonrisa se formó en tu rostro y llevaste tus manos para acariciar sus mejillas, acercándote para dejar un beso en su nariz y luego en su mejilla antes de abrazarlo.

–Te tardaste en descubrirlo, Marc Spector.–Le susurraste al oído de forma juguetona.

–Mejor tarde que nunca, ¿no?–Respondió de vuelta riendo ligeramente y abrazándote con fuerza.