La fuente cerca del museo

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Prólogo: Estabas en una relación con Matt, pero decides terminar ya que aún sigue enamorado de Elektra. Sin embargo cuando llegas a Londres, conoces a cierto británico nervioso que empieza a tomar un lugar especial en tu corazón.

Les advierto desde ya, si hay algún error, es porque lo escribí en la madrugada con un ojo abierto y el otro cerrado, lo revisé y todo, pero de todas formas se me tiene que haber pasado algo, así que por favor no me juzguen y disfruten 😢💖
lady__sarcasm

Matt y tu se mudaron juntos a un pequeño departamento en Hell's Kitchen, sin embargo con el paso del tiempo podías notar que seguía sintiendo cosas por Elektra.

Ambos trataron de hacer funcionar las cosas después de que hablaras con él al respecto, pero las cosas no mejoraban, al contrario, iban de mal en peor.

Por eso mismo preferiste hacerte un paso al costado y alejarte de él.

Ambos se querían muchísimo, pero no era suficiente ya que sus sentimientos por ti no se comparaban con los que tenía por ella.

Después de unas semanas conseguiste que en tu trabajo te trasladaran a un museo en Londres donde trabajarías en administración reemplazando a una mujer de la cual al parecer habían muchas quejas, y terminaron por despedirla.

—————

Ya habían pasado un par de semanas desde que habías llegado a Londres.

Alquilabas un pequeño departamento que por fortuna no estaba muy lejos del museo. La gente de tu trabajo era agradable y al parecer todos agradecían que "Donna", como te habían dicho que se llamaba, se hubiera ido y llegaras tu.

Sin embargo no tenías conocidos tan cercanos, y no te gustaba llegar a tu departamento en las noches ya que aún te estabas acostumbrando nuevamente a estar sola, y los recuerdos con Matt plagaban tu mente si no te mantenías ocupada con algo.

Por eso mismo preferías comprar algo para comer y te ibas a sentar a una fuente que estaba cerca del museo para cenar.

Tenías un vaso con un té caliente y habías comprado en un restaurante que te gustaba comida individual para llevar.

Estabas sentada en el borde de la fuente cerca de un hombre que cada vez que ibas, le veías con pintura por todo el cuerpo e inmóvil. Mucha gente solía dejar dinero, al igual que tú.

Estabas comiendo en silencio y concentrada en tu cena, que no notaste cuando un hombre se te acercó.

H-hola... disculpa  lamento molestar...–Dijo acercándose algo inseguro, una mano sujetando su bolso que colgaba de su hombro y otra sosteniendo un pequeño paquete de comida.

–Oh... hola...–Le saludaste con una pequeña sonrisa, levantando la vista y tragando lo que tenías en la boca.

No sé si me recuerdes... p-pero soy Steven Grant, d-de la tienda de regalos en el museo. Tu... t-tu eres mi jefa.–Te dijo con una pequeña sonrisa, jugando con ambas manos con el paquete de comida.

–¡Oh claro que si! ¡Te recuerdo! Tu eres el chico que siempre habla de Egipto y quiere ser guía turístico, ¿cómo olvidarte?–Le dijiste con una gran sonrisa.

Al escucharte, a Steven se le iluminó el rostro e inhaló profundamente al comenzar a emocionarse, dejando sus manos cerca de su corazón.

¡Entonces si me recuerdas! Dios, creí que haría el ridículo... e-es solo que te vi desde lejos y-y pensé en acercarme y saludar pero no sabía si me recordarías, la mayoría de las personas en el museo que trabajan ahí ni si quiera pueden recordar o decir mi nombre correctamente. Y-y ya estoy hablando mucho, lo siento, de verdad lamento interrumpirte.–Dijo apenado dándose cuenta de lo mucho que había empezado a hablar.

–Oh no te preocupes, la verdad es que estaba comiendo sola y ya. ¿No te gustaría unirte? Digo... si no tienes nada que hacer.–Le dijiste con una pequeña risita.

¡Me encantaría!–Exclamó sin dejar de sonreír, sentándose frente a ti y dejando su bolso en el suelo junto a él, comenzando a sacar su burrito vegano del paquete.–Yo también suelo venir a cenar aquí, o cada vez que puedo y hablo con Crawly porque realmente tampoco me gusta llegar solo a mi departamento ni tampoco conozco mucha gente o tengo mucho amigos o amigas por aquí, o en cualquier lado.–Rió ligeramente.

–Sí... entiendo eso, tampoco me gusta llegar y estar sola, además que tampoco conozco a nadie aquí.–Reíste llevando comida a tu boca, y Steven le dio un mordisco a su burrito.

¿Y no vives con nadie? Quiero decir... ¿tal vez alguna compañera de habitación? ¿O tal vez un novio o novia?–Te preguntó mientras masticaba lo que tenía en la boca.–¡Quiero decir! N-no quiero incomodarte... me pasé del límite, ¿no es así? ¿Estoy despedido? Creo que si lo estoy... oh dios, de verdad lo siento, yo no—. Comenzó a hablar rápidamente y muy apenado.

–Tranquilo, no estás despedido.–Reíste tomando un sorbo de tu té, para luego dejarlo nuevamente en el borde de la fuente.–Y sobre si tengo novio o novia... no... no tengo, hace poco salí de una relación y de hecho esa es una de las razones por la que vine a Londres. Él no podía superar a alguien de su pasado, así que decidimos que lo mejor sería distanciarnos. Después surgió la oportunidad para que viniera a Londres, y la tomé.

Generalmente no solías compartir mucha información acerca de ti, pero había algo en Steven que se te hacía fácil revelar información acerca de ti, y que extrañamente te hacía sentir muy cómoda con ello.

Oh... lo lamento, no tenía idea... y-y tal vez suene algo atrevido, p-pero creo que tu ex perdió una gran oportunidad contigo, por lo que he visto y con lo poquito que te conozco, se nota que eres grandiosa, y muy hermosa¡p-pero no lo digo para faltarte el respeto! E-es solo que pienso que eres muy linda, pero te prometo que no lo digo como pervertido porque no lo soy.

Reíste ligeramente bajando la vista con las mejillas sonrojadas ante sus palabras, y Steven soltó una risita avergonzado viendo hacia el burrito en sus manos.

–Gracias... hace tiempo que no... q-que nadie me hacía reír, o me hacía un cumplido así.–Le dijiste con una sonrisa, levantando la vista hacia él.

Es una pena, porque de verdad eres maravillosa, y-y deberías tener a alguien que se encargue de recordártelo cada vez que lo olvides.–Te dijo con una sonrisa y brillo en sus ojos.

–Tal vez sea solo cosa mía, ¿pero percibo que me está coqueteando, Señor Grant?–Le preguntaste con una sonrisa juguetona.–¿No lo estará haciendo porque soy su jefa y quiere un ascenso?

¡¿Qué?! ¡No! No claro que no, e-enserio pienso que eres muy hermosa, prometo que no es por... p-por el ascenso, enserio.–Se apresuró en decir algo nervioso, provocando que rieras.

Pendejo te está coqueteando de vuelta, solo está jugando.–Le dijo desde el espacio mental.

Oh...–Dijo en voz baja, antes de volver a levantar la vista hacia ti para verte con una sonrisa.–A-aunque si me dieran un ascenso tampoco me quejaría.

–Tal vez podríamos discutir eso con una café un día de estos.–Sugeriste con una sonrisa y tomando un sorbo de tu té.

E-eso me encantaría... ¿aunque no pensarían mal de que salga con mi jefa?

–No si no se enteran.–Respondiste con una sonrisa.

Steven sonrió bajando la vista con las mejillas sonrojadas, provocando que rieras ligeramente mientras volvía a comer.

La conoce desde hace... ¿cuánto? ¿Un par de semanas? ¿Y ya consiguió una cita?

Ay mi pendejo... crecen tan rápido...–Dijo soltando un falso sollozo.

Moon Knight IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora