17 - Previa

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Lunes 28 de noviembre, día de entrenamiento y preparación para el partido del miércoles contra Polonia.

Yo estaba feliz de volver a trabajar, de volver a ver a los chicos entrenar y prepararse para ese gran partido.
Después de la ducha me puse el uniforme, calza tipo biker, camiseta celeste del cuerpo técnico, ambos con los logos y colores de la selección y pelo atado en coleta alta.

Los chicos todavía estaban dormidos al parecer, eran las 7:15am recién, porque en la cocina no había nadie, solo estábamos despiertos, el cuerpo técnico y los de la cocina. Me prepare mi mate y agarre dos facturas con crema pastelera para desayunar. Mientras hablábamos con Scaloni sobre quienes estaba al 100% para ser titulares ante Polonia.

Poco a poco fueron apareciendo los chicos. Durante la mañana serían ejercicios de máquina, en el gimnasio, y los correspondientes masajes que necesitaban. Y recién después de las 18hs irían a entrenar a la cancha, por el tema del clima, recién a esa hora anochecía. Fue una mañana atareada, los chicos estuvieron trabajando a full, y nosotros los fisios también. Enzo no tuvo ni tiempo de hacerme ningún comentario, solo nos mirábamos a cada rato y compartíamos miradas cómplices. Verlo entrenar en el gym era un deleite para la vista, bueno, ver a cualquiera de los chicos era un deleite para la vista, no podía sera más afortunada con mi trabajo.

Para las 12:30 ya estábamos todos almorzando, hoy el menú eran pastas varias a elección de cada uno y también las salsas, era tipo un bufet así que podías elegir lo que querías.
Agarre mi charola y me puse en la fila.

— Que vas a comer? -susurro cerca de mi oído una voz que reconocía-

— No sé -me reí y lo mire-. Hay mucho para elegir -sonrei y volví a mirar la comida-. Vos?

— A vos -susurro, me reí-. A la siesta...

-me reí y me serví un par de sorrentinos y un par de ravioles-. La siesta es sagrada Fernández -lo mire-. Y no la cambio por nada -le saque la lengua u me serví salsa blanca y algo de queso rallado y aparte ensalada de tomate y zanahoria-

— Entonces me voy a dormir con vos -el se sirvió ravioles y salsa de carne molida, queso rallado y ensalada de lechuga y tomate-

— Mientras me dejes dormir -me reí y agarre una botella de agua y los cubiertos para ir a sentarme-

Nos sentamos a comer con el resto de los chicos, la pasta era mi comida favorita siempre así que estaba disfrutando mientras escuchan a los chicos hablar y hacer chistes.
Cuando el almuerzo termino me despedí de los chicos y me fui a la pieza, me lavé los dientes, me peine, hice mis necesidades, me lave las manos y salí. Mire a la cama encontrándome con Enzo acostado con sus brazos debajo de su nuca.

-me reí- Me parecía que había escuchado el ruido de la puerta -me saque la zapatilla sentada a un lado de la cama-. Así que seguís teniendo la llave de mi habitación?

— Sip -estiro uno de sus brazos para que me acueste alado de él-

— Todas las veces que dijiste que querías venir, podrías haber entrado sin mi autorización? -me reí mirándolo y acostandome a su lado sobre su brazo-

— Si -se rio y con su brazo hizo que me acerque y me beso-. Pero tampoco soy tan acosador -se rió-

— No te creo -me reí y me recosté en su pecho y levanté la vista para verlo-

— Me autorizas a venir cuando quiera? -senti que acaricio mi espalda-

— Mmm no sé -me reí-. Depende para que -me acomodé mejor en la cama para dormir-

— Venir a despertarte por ejemplo -me miró sonriendo-. Con besitos y mimos -mordiendose el labio, sentí una de sus manos en mi cola-

— Déjame que lo consulto con la almohada -me reí y le di la espada para dormir-

Fisio | Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora