~ Dos meses después ~
Los mellis ya tenían cuatro meses, y eran los bebés más hermosos del mundo. Eran súper risueños y no quedaban quietos, llevaban sus manitos a la boca, o cualquier cosa, podían levantarse si estaban de espalda, generalmente levantaban la colita hasta apoyarse en sus codos, Enzo y yo estábamos cada día más enamorados de los mellis, y verlos hacer esos primeros movimientos era hermoso, no podía esperar a que empezarán a gatear.
Pero no todo era color de rosa, Enzo y yo llevábamos mucho tiempo sin tener intimidad, si nos dábamos besos, dormíamos abrazados pero yo empezaba sentir que él ya no sentía deseo por mi, o que lo buscaba en alguien más y pensar eso rompía mi corazón.
Terminé de cambiar el pañal de Ian y lo hice dormir para volver a bajar a la sala donde estaba Enzo esperándome con la cena, pizza.
- ¿Se durmieron? -preguntó dejando el control de la tele en la mesita junto a su vaso cuando vió que me acerqué y sonrió-
- Si, por fin -me reí. Me senté en el sofá a su lado y sentí su brazo rodear mis hombros y abrazarme. Suspiré-. Enzo, te puedo preguntar algo -lo mire sentandome indiecito mirándolo-
- ¿Qué pasa amor? -me miro extrañado, acariciando mi cabello-
- ¿Te sigo gustando? -lo mire algo tímida, jugando con mis dedos-
Honestamente, tenía miedo de su respuesta
- No entiendo. -me miro confundido y sonrió-. ¿A qué te referís?
- Que si te sigo atrayendo físicamente, ahora que estoy toda fofa y llena de celulitis y estrías del embarazo -lo miré mordiendome el labio-
- Ay mi amor -sonrio negado y apoyo sus manos en mis piernas, acariciandolas-. ¿Cómo me vas a preguntar eso bebota? -me miró a los ojos-. Vida, hace cuatro meses diste a luz a dos bebés hermosos, nuestros bebés, y estás hermosa. -apretó mis muslos y se mordio el labio-. Estás tremenda como siempre, y me encantas, más que antes todavía. -se acercó acariciando mis muslos-. Todos los días me levanto y te miro y no entiendo cómo es que después de parir dos hijos te veas tan bien, tan comible como te ves -susurro sobre mis labios sonriendo-. Si tú duda es que si te sigo deseando como antes de que nazcan los mellis, si, te deseo incluso más que antes -mordio mi labios y me comió la boca-
- ¿Estás seguro? -lo mire a los ojos cuando nos separamos del beso- ¿Incluso así toda fofa cómo estoy? -acaricie su mejilla-
- Si morocha -sonrio y subio sus manos a mi cadera-. Te veo y se me alteran tanto las hormonas que me dan ganas de hacerte tres o cuatro hijos más -se mordió el labio y besó mi cuello-. Te amo, te deseo todos los días un poco más -sus manos bajaron a mi espalda baja, sus dedos acariciaban y rozaban mi cola, mientras seguían sus besos en mi cuello-. Las ganas acumuladas de garcharte toda que tengo no te hacés una idea nena -susurro en mi oído con esa voz tan sensual-
- Entonces hacelo -suspire mordiendome el labio al sentir sus besos-. Porque yo no aguanto más, necesito que me rompas toda Fernández -lo tome de las mejillas e hice que me mire y él sonrió y se mordió el labio-
- No sabes cómo te extraño mi nena hermosa -me comió la boca, su lengua se metió en mi boca sin previo aviso, provocandome una risita nerviosa en mis labios y a él también-
Nos comimos la boca con desespero, un beso húmedo, lleno de baba pero al mismo tiempo lleno de amor y deseo. Me dejé caer sobre el sofá jalandolo hacia mi para que se acueste entre mis piernas.
Sus manos fueron directo abajo de mi remera para acariciar mi cintura empezado a levantar mi remera. Yo me puse a acariciar su cabello cuando sus besos bajaron a mi cuello y me dejó un chupón, haciéndome reír y suspirar. Sus manos subieron mi remera hasta quitármela y se mordió el labio al ver mis pechos dentro del sostén, empezó a besar la piel de mis pechos que sobresalía del corpiño, me dejó un chupón sobre ellos y me reí mordiendome el labio.
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Fisio | Enzo Fernández
Fanfiction- Pensé que solo querías coger conmigo - Obvio que quiero eso, estás tremenda y me volvés loquito. Pero no quiero solo eso con vos...