19 - Argentina vs Polonia

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Me desperté a la mañana sintiendo mi cuerpo algo adolorido, especialmente mis piernas. Me senté en la cama y note que Enzo seguía a mi lado, completamente dormido, boca abajo.
Me mordí el labio al verlo, acaricié con la yema de mis dedos su espalda haciendo que se remueva un poco en la cama, pero sin despertarse.

Me levanté con cuidado para no despertarlo, tome una braga limpia, me la puse y arriba la remera que tenía Enzo anoche, tenía su perfume. Mire mi teléfono, eran las 6:43 de la mañana, era súper temprano, pero los de la cocina ya estaban trabajando para tener el desayuno listo para las 7:30am. Me puse un short abajo de la remera, fui al baño, hice mis necesidades, lave mis manos, cara, dientes, me peiné y salí de la habitación, camine rápido hasta la cocina y busqué a una de las chicas que trabajaba ahí.

— Hola -susurre entrando a la cocina-

— Señorita -se acercó una chica-. Necesitás algo?

— Si, yo quería saber si podría recibir el desayuno en la habitación -sonrei amables-.

-ella sonrió mirando mi vestimenta y se rió-. Si obvio, no hay problema

-me sonroje un poco-. Muchas gracias

— Hay algo en específico que quieras desayunar? -pregunto mientras volvió a lo suyo-

— No hace falta -sonreí-. Lo que desayunen todos está bien

— Dale -sonrio y me acercó un papel-. Escribime el número de tu habitación

— Puede ser para las 8? -me reí y ella asintió riendo divertida-

Escribí el número y le agradecí, le dejé mi equipo de mate, y volví a la habitación. Entre, me saque el short para quedarme solo con la remera y la braga. Enzo seguía dormido boca abajo, me acerqué a la cama y volví a recostarme a su lado, con mi cuerpo de costado y las piernas flexionadas.
Lentamente acaricie su espalda, siguiendo el dibujo de sus tatuajes, dejando pequeños besos cortos, segundos después él se removió en la cama y se formó una sonrisa en su cara, aún dormido.

— Buenos días -susurre y seguí dejando besos en toda su espalda y brazos-

-suspiro sonriendo-. Buenos días -su voz estaba ronca, esa voz de recién levantado-

Volteó su cuerpo quedando boca arriba, aún con los ojos cerrados. La sábana llegaba hasta su cadera, dejándome ver las líneas de su ingle. Me mordí el labio y empecé a acariciar sus abdominales y su pecho. El mordió su labio sonriendo, tomó mi mano que estaba en su pecho y la llevó a su labio para besarla.

— Que lindo te ves recién despierto -susurre y bese su mejilla-

-abrio los ojos para mirarme  y sonrió-. Vos te ves hermosa recién levantada -se acercó y me dejó un beso corto en los labios-. Encima con mi ropa -se mordió el labio-

Yo me recosté en su pecho metiéndome abajo de las sábanas.

— Qué hora es? -senti su mano acariciar mi espalda-

— Casi las siete -seguí acariciando su pecho-

— Madrugada -se rió y volvió a cerrar los ojos-

— Dormí un rato más hermoso -acaricie su mejilla mirándolo-

-abrio los ojos y bajo la vista para verme a mi, bajo su cuerpo hasta recostarse en mi pecho y me abrazo por la cintura-. No me voy a negar

Me reí y acaricia su cabeza abrazándolo también, dejé un beso en su frente y cerré los ojos, estaba muriendo de sueño también.

Nos despertamos al mismo tiempo sobresaltados al escuchar que tocaban la puerta.

— Yo voy -suspire y me levanté de la cama-

Fisio | Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora