53 - Es nuestra

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Las semanas pasaban y la convivencia era cada vez mejor, teníamos alguna que otra discusión por algún desacuerdo, pero lo solucionabamos bastante rápido y lo charlamos, que era lo principal. La comunicación era lo más importante para nosotros.

Seguíamos en busca de una casa, habían varias que nos habían gustado, yo me había casi enamorado de una a las afueras pero no quise decir nada porque después de todo teníamos que tomar la decisión juntos. Teníamos que decidirnos los antes posible porque teníamos que traer a Oli porque tenía que empezar la escuela. Además sabía que Enzo la extrañaba un montón, le hacía muchísima falta, aunque hablarán por videollamada casi todos los días un buen rato, no era lo mismo.

Enzo se había adaptado por completo a su nuevo equipo, a su grupo de compañeros que lo habían tratado muy bien. El inglés? Bueno, eso había que mejorarlo un poco, poco a poco estaba aprendiendo con un profesor.

Estaba en la cocina empezando a hacer el desayuno, hoy no trabajábamos hasta medio día, así que podíamos disfrutar de un desayuno tranquilo los dos ya que era bastante temprano.

- Che, che, che -entró medio apurado a la cocina-. Dejá eso -me sacó el cuchillo de la mano-

- Qué pasa? -lo mire sin entender-

- Hoy no desayunamos acá -sonrio con sus manos en mi cadera me subió a la mesada para pasarse entre mis piernas y besarme-

- Por? -me reí cuando nos separamos del beso, apoye mis manos en sus hombros-. A dónde vamos a ir?

- Tengo una sorpresa preparada para vos -beso mi cuello-. Te olvidaste que fecha es?

-pense unos segundos-. Es 14 de febrero pero no pensé que tenías algo planeado para hacer -me reí y lo miré-

- Si, vamos a ir a desayunar afuera -lo tome de las mejillas-. Querés?

- Obvio que si -lo bese despacio, disfrutando de sus labios-. Buenos días cielo -susurre sobre sus labios-

- Buenos días amor -sonrio y me volvió a besar-. Anda a cambiarte y vamos dale -me dió una palmadita en mis muslos y se separó para que pudiera bajar-

- Bueno -le di un último besito y me bajé de la mesada y me fui a la pieza a cambiarme, impulsada por una nalgada de su parte como era de costumbre-

Me puse ropa cómoda y abrigada porque hacia mucho frio. Jean, polera, sweater, abrigo, gorrito y Adidas blancas de siempre. Él estaba terminando de preparar el mate cuando volví a la cocina.

- Listo -lo abrace por la espada-. Vamos? -me aleje un poco cuando empezó a girar su cuerpo-

-sonrio y me dió un besito en la nariz una vez quedamos frente a frente-. Primero tengo que taparte los ojos -sonrio agarrando un pañuelo que tenía en el bolsillo-

- No me gusta eso, sabes que me pone nerviosa -me reí mirándolo-

- Tranqui gorda, confía en mí -giro mi cuerpo tomándome de los hombros-. Cerra los ojos -suspire y me hice caso, puso el pañuelo sobre mis ojos y lo ató atrás de mi cabeza-. Ahora sí vamos -paso su brazo por mi cintura para guiarme al caminar-

Estaba algo nerviosa, no sabía a dónde me iba a llevar. Por suerte ya había podido sacar la licencia y ahora podía conducir. Nos subimos al auto y el empezó a manejar, estaba súper ansiosa de saber a dónde me iba a llevar. Él agarró mi mano derecha y la beso para tranquilizarme y siguió manejando sin soltarla.

El viaje paso bastante rápido entre música y charla. Trate de sacarle información sobre la sorpresa pero no pude. Sentí que paró el auto.

- Llegamos -tenia un tono de voz como súper emocionado-

Fisio | Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora