61 - Buenos días platinado

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Enzo estaba completamente dormido, boca arriba, con un brazo detrás de su nuca y el otro sobre su pecho. Recorrí su cuerpo desde su pecho hasta su entre pierna que se notaba bastante, nada nuevo, lo de todas las mañanas. La mayoría de ellas se despertaban los dos.

Me mordí el labio al ver lo exitado que estaba, seguramente había tenido algún sueño. Me acerque a él y le di un besito en los labios y después empecé a besar su cuello, lentamente. Mi mano derecha bajo de su pecho a su entrepiernas, acariciandola sobre la sábana. El soltó un suspiro y se le formó una sonrisa en la cara.

- Buen día platinado -susurre sobre su cuello-

- Buenos días bombón -de mordió el labio con una sonrisa, sin abrir los ojos-. Alguien se levantó toquetona hoy...

- No es mi culpa, apenas me desperté me encontre con un enorme bombón necesitando de atención y me tente -mordi el lóbulo de su oreja y metí mi mano bajo la sábana par acariciar todo su largo-.

- Se acordó del trato y se despertó temprano -se rio y se mordió el labio para abrir los ojos, bajo su mano a mi cola, me dió una nalgada y la apretó-. Está muy ansioso morocha...

Solté una risita y le comí la boca abrazándolo por el cuello. Sus manos fueron a mi espalda y las bajo lentamente a mi cola para pegarme más a él. Yo coloque una de mis piernas sobre su cadera para sentir su bulto mientras el apretaba mi coma para pegarme más a él, nos reímos mientras seguíamos besándonos.

- Date vuelta mi amor -gimio en mis labios mientras yo movia mis caderas para rozarlo-. Quiero cucharear ya -se rio y mordió mi labio-

-me reí-. Si mi amor -le comí la boca y baje mi mano a su bulto para acariciarlo-. Mmm que rico -susurre sobre sus labio y el se rió-

- Dale nena hermosa, haceme caso -me dió una nalgadita mordiendose el labio-

Me reí y me di vuelta y él se puso a acariciar mi cola con suavidad, pero después me dió una nalgada fuerte haciendo que me pique la piel.

- Enzo! -me reí y lo mire por sobre mi hombro-

- Qué? -me miro desafiante y se recostó sobre su codo derecho para besarme-

- Bruto -me mordi el labio y pegue mi cola a su bulto-

- Qué decís? -susurro en mi oído-. Si te encanta que sea bruto -movió su cadera para adelante simulando una embestida, moviendo todo mi cuerpo. Me reí y me mordí el labio-

Se pegó a mi espalda y beso mi cuello, sentía perfectamente como su bulto rozaba mi cola. Su brazo derecho paso por abajo de mi cuerpo para cruzar por mi pecho y agarrar mi teta izquierda y empezar a masajearla. Solté un suspiro y una risita, causando una sonrisa en él mientras seguía devorando mi cuello. Si mano izquierda bajo por mi vientre hasta mi muslo, para abrirme de piernas y acariciar mi vulva con suavidad, aunque se notaba perfectamente que estaba mojadita. Apoye mi pie en una de sus piernas dándole más lugar para acariciar.

- Mmm -jadee sonriendo al sentir que me dió una palmadita en mi vulva-. Ya te estaba esperando -me sujete de uno de sus brazos-

- Así me gusta -susurro en mi oído y corrio un poco la braguita y volvió a acariciarme con toda su mano-. Que mojadita estás mi amor -movio su cadera simulando una penetración y soltó un gemido-

- Que duro estás amor -movi mi cadera para sentirlo otra vez, tiré mi mano hacia atrás y saqué su miembro para empezar a masajearlo con ella-.

Estaba muy exitado y yo también. Se incorporó un poco más para poder besarnos, y mientras lo hacíamos, yo baje un poco más su boxer y él bajó mi braguita dejándola a la altura de mis tobillos para que pueda abrir mis piernas.
Solté su pene y subí mi mano por sus muslos, mientras el movía su cadera para rozar mi vulva con todo su largo, a propósito cerré mis piernas pero él seguía moviendo su cadera, prácticamente masturbándose con mis piernas.

- Abrí las piernas -acaricio mi cola con la mano izquierda, mientras la derecha seguía abrazándome por el pecho, jugando y apretando mis tetas-

-me mordi el labio y le di un besito para abrirlas, apoyé mi pie en su cadera para tener algo de apoyo-. Cuchareame toda Fernández -susurre sobre sus labios, entre besos-

El simplemente sonrió, metió la mano derecha abajo de su almohada para sacar un forro y me lo dió para que se lo ponga yo. Después volvió a meter su brazo derecho por debajo de mi cuerpo para sujetarme y acariciar mis pechos.
Sonreí y le puse el condón sin problemas con mi mano izquierda. La derecha la tenía por sobre mi cabeza para estar más cómoda. Se posicionó en mi entrada y entró lentamente abriendo mis paredes completamente húmedas y calientes.

Los dos gemiamos rozando nuestros labios mientras él se movía, yo no podía hacer mucho pero lo intentaba, simplemente acercaba lo más que podía mi cadera a su cuerpo.

Sus brazos rodearon por completo mi cuerpo abrazándome fuerte mientras sus embestidas me hacían jadear y mantener la boca abierta. Sus labios y los mío se rozaban en un juego de seducción hermoso que me volvía loca. Me roban besitos con una hermosa sonrisa de satisfacción en la cara, mientras me hacía jadear. Una de sus manos bajo para acariciar la parte de atrás de mi pierna que estaba elevada, la yema de sus dedos apenas rozaba mi piel, eso me produjo tal escalofrío y cosquilleo en el cuerpo que mi reacción instintiva fue soltar una risita y cerrar las piernas.

- Qué pasó vida? -susurro en mi oído de forma provocativa-. Te hice cosquillas? -sonrio mientras sus caderas seguían moviéndose y su respiración empezaba a acelerarse más-

- Ajá -jadeo entre suspiro de placer cerrando los ojos-.

Sonrió satisfecho por lo que provocaba en mi y volvió a abrazarme, pegando mi espalda a su pecho. Sus caderas se movían cada vez con más desesperación y podía escuchar perfectamente como entraba y salía de mi. No dejaba de suspirar, putear y susurrar me cosas al oído que solo me producían escalofríos, mi amor, hermosa, te voy a romper toda, cómo me encantas, que rica que sos, cómo me calentás, entre otras cosas, eran las frases que salían de su boca con su voz ronca y todo agitado, y llegaban a mi oído.

Sus embestidas se hicieron más desesperadas y bruscas por lo que me tuve que agarrar de sus brazos con una mano y mantener mi temblorosa pierna izquierda elevada con la otra. Minutos después sentí que llegaba al orgasmo cuando mis paredes empezaron a apretarlo dentro de mi, cosa que lo volvió loco, llegamos los dos al orgasmo con segundos de diferencia, yo primero y él después.

- Ay mi vida -gimio en mi oído moviendo su cadera para llegar al fondo de mi y quedarse quieto mientras los músculos de su pelvis se contraían liberando todo su semen, contenido por el condón-. Mi Maggie hermosa -me dió un beso en la nuca abrazandome más fuerte-

- Ah Enzo -gemi apretando mis piernas sintiendo cómo empezaban a temblar más-. Mi amor -suspire soltado una risita de satisfacción-

- Cómo me encanta cucharear con vos -susurro sonriendo y lentamente saliendo de mi-

-me reí y con mis manos acariciaba sus brazos que seguían rodeando mi cuerpo y pechos-. Me encanta que me cucharees -se rio y me dió un besito-. Te amo mi cuchara grande -susurre sobre sus labios-

-se rio y mordió su labio-. Y yo te amo a vos, mi cuchara chiquita -me dió un beso más largo, lento y suave-

Nos reímos de nosotros mismo, a veces me sorprendía a mi misma lo cursi que podíamos ser, y nos quedamos así abrazados, en la posición que estábamos, para calmarnos y tranquilizarnos un poco. Simplemente disfrutando de el rico mañanero que habíamos tenido y de lo satisfechos que habíamos quedado.

Media hora después nos duchamos cada uno en su turno, y nos fuimos a desayunar con el resto que estaba empezando a llegar.

A las 17hs empezaba el primer entrenamiento, y teníamos que esperar a que todos llegaran, aunque ya faltaban 2 o 3 nada más. Así que durante el resto de la mañana y la tarde nos pasamos tomando mate, hablando, ellos jugaban al truco y yo cebaba el mate, jugaban al pool, a la play, hasta que estábamos todo y llegó la hora de volver a trabajar, que era lo que más me emocionaba ya, moría de ganas de volver a trabajar con los chicos.

Fisio | Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora