51 - Cumpliendo promesas

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Nunca agradecí tanto tener el día libre como el día después de la llegada de Enzo, no podía ni levantarme de la cama, me dolía todo, estaba re muerta y él también. Dormimos prácticamente toda la mañana, después él paso gran parte de la tarde hablando por videollamada con Oli.

Habían pasado ya 3 días desde que Enzo estaba en casa, la convivencia era bastante buena, todavía nos estábamos acostumbrando. Especialmente yo, que después de años de vivir sola tenía que acostumbrarme a vivir con alguien y compartir la cama, el baño, la cocina, ahora tendría que cocinar para dos, lavar para dos. Pero era muy feliz, esa sensación de estar con quién quería estar, de levantarme y tenerlo alado mío, de ver nuestros cepillos juntos en el baño era hermoso. Él era el más desordenado tengo que admitirlo, solía dejar la ropa tirada y dejaba las cosas desparramadas porque no sabía dónde guardarlas, pero poco a poco estaba aprendiendo dónde iba cada cosa y a guardar lo que sacaba que yo no era su empleada, era su novia.

Que lindo suena, su novia...

Estaba terminando de limpiar la cocina, de lo que habíamos ensuciado en el desayuno, que había hecho él por cierto, y calentando agua para el mate. Hoy llegaba el acontecimiento más importante para Enzo, iba a jugar su primer partido en la Premier ante el Fulham, y como titular.

— Che amor -apareció parándose atrás del desayunador ya cambiado acomodándose el pelo-

— Qué? -lo mire y volví a mirar mis manos que estaban terminando de enjuagar una taza-

— Después del partido venimos para casa no? -preguntó sonriendo y acercándose a la cocina para apagar la pava eléctrica que ya había calentado el agua-

— Si -dejé las cosas que había lavado en el secador de platos-. Por? -lo miré mientras secaba mis manos-

-sonrio y se puso a preparar el mate-. Porque ayer hablé con Cuti, y le pedí el número de un buen tatuador -me miró-

— Y eso qué? -me reí sin entender y me recosté en la mesada mirándolo mientras él armaba el mate-.

— Tenemos una promesa que cumplir no? -sonrio mirándome-.

— Ahhh cierto -me reí-. Y ya pensaste qué nos vamos a hacer?

— Tengo una idea si, pero no sé dónde -probo el primer mate y guardo el frasco que tenía la yerba en el lugar. Que rápido aprende...-

— Yo quería en la muñeca, pero vos no tenes lugar -me reí mirando sus brazos-

— Ya te hiciste uno en la muñeca -se río-. Yo tengo espacio para uno chiquito -me dió un besito y me dió un mate-

Me había hecho un tatuaje del mundial en la muñeca porque tenía ganas, tenía ganas de plasmar la emoción que sentía(¹).

— Y qué pensaste para hacernos? -acepte el mate y tomé-

— Mirá -saco su teléfono y busco una imagen para mostrarme-. Este me gustó -me dió el teléfono para que lo viera(²)-

— A ver -lo mire atentamente-. Pero ese hay que hacerlo medio grandecito igual, al menos unos 5cm amor -le devolví el teléfono-. Sino no se va a entender nada -me reí y terminé de tomar el mate y se lo devolví-

— Tengo una pierna vacía -se rio y agarro el mate y el teléfono lo dejó en su bolsillo-. Te animas a hacértelo en la pierna? -miro y se cebo un mate-

— Con los detalles de los colores? -asintio mientras tomaba el mate-. Si, me gusta si -sonrei-

— Menos mal porque el tatuador de Cuti viene hoy -se rio como inocenton-

— No me avisaste nada -me reí-. Pero hoy no podés, tenés fulbo -me reí cruzandome de brazos-

— Después del partido amor -me paso otro mate y se paró frente a mi para agarrarme de la cintura y dejarme en beso en la frente-. Vamos a pedir unas pizzas y nos vamos a tatuar lo que vos quieras mi amor -su mano bajo a mi cadera y la apretó-. Vos te vas a tatuar "propiedad de Enzo Fernández" en esa colita hermosa -me dió una nalgada suave y se rió-

Fisio | Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora