La sorpresa de Enzo de llegar a casa había sido hermosa. Estás semanas en las que habíamos hablado poco era porque estaba haciendo los papeleos pertinentes que una transferencia requería.
Pasamos la tarde hablando y tomando mate. Acomodamos su ropa junto con la mía entre besos y coqueteos, hice un mini tour por el departamento. Cuando se hizo más de noche nos sentamos en la sala a cenar una pizza que habíamos pedido mientras veíamos tele. Yo me recosté contra su pecho, mientras él me abrazaba por los hombros, acariciando mi brazo.
— Extrañaba esto -susurre mientras veía la tele-
— Yo tambien -se rio y beso mi cabeza, sentí su mano acariciar mi espalda por debajo de la remera, haciendo que mi piel se erice-
-levante la vista y bese su mentón-. Hermoso -susurre y me levanté para ir a la heladera a buscar una cajita de bombones-. Mira lo que todavía tengo -me reí y me senté alado de él-
— Fuaaa mi amor -sonrio mirándome-. Pensé que ya habías comido todo -se rio mirándome-
— No todo -me reí y me senté en su regazo, a horcajadas sobre él, sintiendo sus manos en mi cadera-. No tenía con quién compartirlos -hice puchero mirándolo mientras abría un bombón-.
-sonrio y se mordió el labio-. Ahora ya estoy acá morocha -me dió una nalgada-
-mordí la mitad del bombón y le ofrecí la otra, él la acepto tomándola con su boca, rozando mis dedos con sus labios mientas nuestras miradas se mantenían en el otro. Escondí mi cara en su cuello, cuando termine de comer el bombón me puse a besar su cuello-. Seguís siendo el bombón más rico -susurre entre besos-
-suspiro y apretó mi cola pegandome a él-. Vos tenés el bombón más rico -susurro tirando su cabeza hacia atrás, dándome más espacio para besar-.
— Vamos amor, no me aguanto más -me levanté de su regazo y lo jale para que se levanté y empezar a caminar-
Él pegó su cuerpo al mío, dejandome sentir su bulto creciente en mi cola mientras caminábamos. Me acorraló contra la pared y pegó más su bulto a mi cola fingiendo una embestida haciendo que suelte un gemido mientras besaba mi cuello. Volteó mi cuerpo quedando frente a frente y me comió la boca tomándome del cuello con una mano. Con su otra mano levantó una de mis piernas para colgarla en su cadera y se pegó a mi haciéndome sentir su muy notable miembro entre las piernas, jadeando los dos en el beso.
Mierda, este hombre emana sexo de sus poros...
— Te voy a hacer mierda mi amor -susurro sobre mis labios con la voz ronca y una sonrisa picarona. Que hombre por favor!-
— Haceme lo que quieras bebé -le volví a comer la boca pasando mis brazos por su cuello-
Una sonrisa de satisfacción se formó en sus labios mientras nos besábamos, tomó mi otra pierna y la levantó para que las dos quedarán enrolladas en su cintura. Mientras nos comíamos la boca lentamente, pero con pasión y algo desespero, caminó hacia la habitación. Me bajo dejando que mis pies tocaran el suelo y se separó del beso mordiendo mi labio y estirando un poco.
Metí mis manos por debajo de su remera y empecé a subirla para quitársela, mientras mis dedos sentía su piel erizarse ante ese contacto, levantó los brazos y pude quitarle la remera con rapidez para dejarla caer el piso. Me tomé unos segundos para admirar su cuerpo, marcado, suave, lleno de tatuajes.
— Hace un mes que no admiro está obra de arte -me mordí el labio pasando la yema de mis dedos por su pecho, pectorales y abdominales-
— Mi amor... -susurro cerrado los ojos ante mi tacto-.
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Fisio | Enzo Fernández
Fanfiction- Pensé que solo querías coger conmigo - Obvio que quiero eso, estás tremenda y me volvés loquito. Pero no quiero solo eso con vos...