Epílogo II

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~ Seis años después ~

Los años siguieron pasando, y los niños crecían. Olivia había cumplido 14 años, toda una señorita. Los mellis ya tenían 10 años, y el más pequeño, Jeremías tenía 6 añitos.

Todo iba bien entre Enzo y Maggie, normal, con sus altos y bajos, hasta hace un año. Se enteraron de que Maggie estaba embarazada otra vez, fue una noticia que puso feliz a todos. Pero apenas cumplió los tres meses tuvo una perdida y por desgracias perdieron al bebé. Enzo y Maggie estaban destrozados, habían perdido un bebé, y Maggie había perdido su segundo bebé.

Las cosas empezaron a empeorar, el duelo había ocupado todo. Empezaron a discutir más, hablaban menos, había más peleas y más roces entre los dos, poco a poco se fueron distanciando. Siete meses después de la perdida de su cuarto hijo juntos, Enzo se va de la casa, se estaban separando. Tres meses después, una mañana, Enzo le presenta el papel del divorcio. A un año de perder a su hijo también iba a perder a su esposo.

- ¿Ma? -Oli aparece detrás de Maggie, que estaba mirando los papeles de divorcio frente a ella, sobre la mesada, llevaba ahí una semana, ninguno de los dos había firmado todavía-

- ¿Qué pasa hija? -volvio en si y siguió limpiando la mesada-

- ¿Estás segura de hacer eso? -Olivia se acercó a Maggie algo tímida, ella no quería que se separaran-

- Honestamente no -sonrio con poca gracia-. Pero si es lo que tu papá quiere, lo voy a hacer -suspiro y siguió con sus quehaceres-

La mayor de los Fernández simplemente asistió y subió a su habitación. Unos minutos después la puerta principal de la casa se abrió. Entró Enzo, seguido de los tres más pequeños, habían pasado el día con su papá. Debía traerlos porque tenían escuela al otro día.

- ¡Mami! -entró gritando Ian abrazando las piernas de su mamá-

- Hola mi amor -se agachó para estar a su altura y lo abrazo fuerte-. ¿Y tus hermanos?

- Ahí vienen -sonrio quitándose la mochila de la espalda-

Detrás de él, Emma y Jere, venían corriendo tomados de las manos, Maggie no pudo evitar reír al verlos, corrían igual que su papá.

- Hola mis amores -los abrazo fuerte cuando llegaron a dónde ella estaba-. Los extrañé mucho

Les dejo un beso en la cabeza a cada uno y les dijo que fueran a cambiarse y lavarse los dientes que ya era tarde. Los niños fueron a saludar a si hermana mayor primero, y Enzo y Maggie quedaron solos en la sala.

- Todavía no firmaste -Enzo interrumpió el silencio incómodo que se había producido, mirando el papel sobre la mesa-

- No, todavía no, estaba ocupada -lo miro seriamente- Pero tranquilo, ya te lo firmo para que puedas irte tranquilo y soltero de esta casa -agarro una birome que tenía cerca y con la mano temblorosa lo firmó-

Maggie estaba dolida y algo molesta, ella estaba segura de que Enzo había encontrado a alguien más, de que Enzo ya no la amaba. Y saber que había perdido un hijo y al hombre que tanto quería destrozaba su corazón. Al firmar esa hoja estaba dejando libre al hombre que tanto había amado, con quién tenía tres hijos propios. Enzo también estaba dolido, todavía le dolía haber perdido a un hijo y se culpaba mucho por eso, pero no lo podía expresar. Sentía que Maggie había dejado de amarlo, habían pasado los primeros siete meses de la perdida del bebé discutiendo, ya no hablaban, solo peleaban porque los dos estaban en duelo. No se besaban, no sé abrazaban, no se escuchaban y la relación se había desgastado.

En el fondo de seguían amando, se amaban como el primer día pero ninguno podía admitirlo porque el duelo que aún pasaban lo tapaba todo, pero había alguien que si lo sabía, Olivia lo notaba, era la mayor de sus hermanos y ya era una señorita, podía ver qué su papá seguía enamorado de su mamá de corazón, que para ella era su segunda mamá, y veía que Maggie seguía enamorada de su papá, pero no sabía cómo ayudarlos a darse cuenta de eso.

Fisio | Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora