Capítulo №5

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—Como caballero diría que tú —contesta y su mirada baja al suelo—, pero también sería de cobarde, y creo que es hora que hable con propiedad.

A pesar de que se esfuerza para verse fuerte, su voz es temblorosa y sus ojos se ven demasiado cristalinos, como si fuese a llorar, o tal vez es el viento. Llego a cuestionarme si Ethan tiene sentimientos.

—Te escucho —aviso y doy el pase libre.

Me abrazo a mi chaqueta y mantengo recta, dispuesta a escuchar las palabras de Ethan, dispuesta también a conocerlo, siento que estoy viendo a otra persona, como si hubiese cambiado o, tal vez es mi forma de verlo. Suspira y se sujeta el estómago, calculo que por el dolor de sus fracturas. Luego posa sus ojos en los míos y parece pensar.

—Siento no haber ido a tu cumpleaños —comienza—, siento haberte dejado de lado por problemas que no son míos, siento que hayas llegado y visto a ese ser asqueroso que habita en mí —Sus lágrimas comienzan a caer y es casi imposible que las mías tampoco lo hagan—, siento haberte dicho todo eso que dije, porque no es verdad, siento que por mi culpa hayas perdido al bebé, porque hoy amaría a ese bebé como te amo a ti...

—Cállate —espeto y limpio mis ojos nublados—. No te atreves a victimizarte por un hijo que no querías.

—Siento ser yo —continúa como si no me hubiese escuchado—, siento que te hayas enamorado de mí —Niego y bajo mi cabeza no queriendo oír pero toma mi rostro entre sus manos y hace que lo mire a los ojos, se ven como manantiales—. Y también siento que esto se haya terminado.

Y eso termina por romperme algo dentro, porque es verdad, se terminó. Y aunque estoy tan furiosa con él, no pensé que lo diría, que él asumiría la culpa y haya tomado por sentado mi decisión. Es casi como si hubiese pasado por sobre mí.

—Yo siento haber perdido años amando a alguien como tú —agrego y en su rostro aparece una mueca de dolor.

—Yo también siento que hayas perdido tiempo conmigo, espero que sepas que sí te amé, lo hago y lo voy a hacer siempre.

Niego con desespero y me quiero apartar, pero me sujeta por los hombros y me abraza. Mi rostro se hunde en su cuello, y además de aspirar su aroma y sentir su calor, me tomo el momento de sentir el consuelo que necesitaba, ese abrazo que me faltó al perder a mi bebé, porque nadie lo comprendería más que él.

—Me lastimaste —acuso—, me quitaste todo, Ethan —termino y me aparto para mirarlo a los ojos.

—Lo sé —confiesa—, y estoy aquí para asumirlo, para pedirte perdón, para decirte que te amo, y que por eso me correré de tu camino, te dejaré ser feliz porque conmigo nunca no lo serás.

—Nunca te esforzaste por nada, ni por mí, ahora comprendo por qué antes también me cansé.

—Hiciste bien en dejarme —responde y seca sus ojos—, me lo merecía, me merezco todo porque soy una mala persona, pero no te merezco a ti, y no sé si algún día lo haré.

—No estoy interesada en averiguarlo —admito.

—¿Algo que quieras decirme? —consulta—, ¿un insulto?

Por extraño que parezca, siento que no debo decirle nada más, él sabe perfectamente lo que ha hecho y estoy conforme con sus palabras y posición. En ningún momento se libra de la culpa y me parece lo más correcto.Tampoco me da lugar a decirle todas las porquerías hirientes que estaban en mi mente, su posición de no llevarme la contraria, asumir todo y darme la razón es muy difícil cuando te preparas para una guerra. Me recuerda a la frase: "dos no pelean si uno no quiere", cuánta sabiduría.

Sempiterno Caos #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora