Capítulo №57

391 42 22
                                    


—¿Te escondes de mí?

—¿Qué? —inquiero confundido.

—Es que no sé nada de ti, parece secreto de estado saber cómo estás o dónde vives... —reclama un poco nerviosa.

—No es un misterio, July —me defiendo—, estoy viviendo normalmente, salgo poco a la calle tampoco tengo mucha vida social y es por eso que nadie sabe nada de mí. Estoy haciendo lo que siento correcto, no es como que me oculte de ti.

Se me queda viendo durante unos segundos y sé que está maquinando más preguntas, no me cree. Este mismo reclamo me han hecho llegar Phill y Sharon. Y se supone que estamos separados, que esto es lo que corresponde, pero con ella nunca nada es como debería y lo sé.

—¿Quieres mi dirección? —ofrezco para calmarla.

—¿Para qué quiero tu dirección? si ni siquiera puedo hablarte por teléfono, me has bloqueado.

—Se supone que así debía ser ¿no? —consulto—, si no nos hubiésemos quedado en la casa como estábamos.

—¿Y qué haces aquí? —pregunta algo tímida, se acomoda el cabello nerviosa y revolea sus ojos en todas direcciones.

—Voy a encontrarme con alguien, hace bastante no pruebo un poco de Ron y me han suspendido el medicamento por hoy.

—¿Con una chica? —replica molesta—, ¿vas a acostarte con alguien?

No sé si es que soy un poco lento por los efectos de las drogas acumuladas en mi cerebro, o es que todo a mi alrededor pasa muy rápido.

—No —explico—, es mi entrenador, ya debe llegar, no duermo con nadie —aclaro.

Sus hombros bajan y se pone colorada, es increíble lo rápido que trabaja su cabeza.

—Disculpa —suelta demasiado a avergonzada, baja su cabeza y se sujeta la frente.

Sé cómo se siente, yo también me siento igual pero no dejo que me domine, si no toda esta mierda que he pasado y lo que he sacrificado no serviría de nada. Habría renunciado a ella por un rato de horrible soledad.

—¿Quieres beber algo mientras espero? —invito amable.

—Marian me espera —avisa y señala a la rubia, quien me saluda con la mano.

En el mismo recorrido por el bar no paso desapercibidos a Jesse y Jane. ¿Acaso no hay otros bares en la ciudad?

—Sólo serán unos minutos —prometo.

La castaña clava sus ojos en los míos y me analiza, está tensa y algo enfadada, lo veo en su semblante.

—No, no quiero —Se niega sorprendiéndome, me deja sin habla y lo sabe, porque muerde su labio inferior—. Si quisieras tomar algo conmigo me invitarías formalmente, me llamarías o visitarías, estás aquí para beber algo con otra persona y me invitas porque estoy aquí. Invitación por descarte, creo que si me hubieses ignorado me sentiría menos insultada.

—Yo no, yo —tartamudeo tratando de explicar.

—Yo yo yo yo —Se burla furiosa—. Pásala bien.

Se da la vuelta y va hacia su mesa. No estaba invitándola por descarte, es verdad que no la he visto, pero eso no significa que realmente no quiera beber algo con ella o saber cómo está. Estoy en medio de una paleta de colores, o es blanco o negro, porque si me voy al gris todo se va al carajo como recién.

Tomo asiento en una de las pequeñas y altas mesas y espero a Tyron, no puedo creer que el encuentro se haya puesto así, esperaba otro tipo de reacción. Dice no estar enojada conmigo pero así se ve, ¿hubiese estado mejor que sigamos como estábamos, en ese ambiente tóxico para ambos o como ahora? Yo la veo genial, mucho mejor de lo que estaba, yo también me siento bien, y no porque esté separado de ella, sino porque puedo ocuparme de mí mismo sin preocupaciones y ella igual. Tal vez no fui claro en cuanto a mis intenciones.

Sempiterno Caos #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora