—¡July! —Mis ojos se cierran pero lo oigo. Me levanta y lleva en brazos, mi cabeza cuelga y cuesta aún más respirar—. ¡¿Qué tienes?! ¡¿Qué sucede?!
Cuando me deja en el asiento trasero de su auto es que puedo respirar mejor, pero los mareos persisten. Es exactamente igual a aquella vez en el trabajo del café. Es la misma sensación de que me moriré.
—No puedo respirar —suelto mordiendo las palabras.
El auto está en movimiento, los constantes golpes indican que va a prisa. Intento no llorar porque eso me tapa la nariz y lo hace peor, fijo mis ojos en el exterior y también evito verlo conducir. No sé cómo voy a hacer ahora que Et ya no quiere estar conmigo, que todo lo he hecho se fue al caño. Esto es un daño colateral, no lo provocamos ni él ni yo y, sin embargo, estamos pagando los resultados.
Es una pesadilla, estoy tan cansada y agotada. Deseo que todo cambie, que todo se transforme. No por Et y su deseo de dejarme, sino por ser feliz yo como persona sin depender de otra. Le deseo lo mismo a Et, realmente quiero que sea feliz, y no puedo creer que tenga este razonamiento prendida a un tubo de oxígeno.—Fue un ataque de pánico —comenta el doctor.
—Es el segundo que tiene —contesta Tobías.
Trato de esconderme detrás de la mascarilla y evito la mirada de mi mamá, de Tobías y de Ethan. No quiero nada de esto, no quiero que sientan lástima o se compadezcan, porque cuando se sepa la noticia de que Et me dejó eso pasará.
—¿Y cómo está? —consulta Et, está sudando más de la cuenta, no le hace bien estar aquí.
—Está bien —responde el doctor con mucha tranquilidad—, ya saben que esto es algo para cuidar, pero estará bien. En unas horas la dejaremos ir a casa. Lo que sí —agrega—, Julieta está deshidratada, anémica y muy por debajo de su índice metabólico, está desnutrida. Le daré medicación y dieta, deben vigilarla.
—No es necesario —me quejo apartando la mascarilla y volviéndola a poner dónde estaba.
—Claro que sí —espeta Tobías—, por dejarte sola mira cómo estás —Mira de reojo a Et y nuevamente a mí—, ¿estabas en un campo de concentración?
—No pude hacer que coma —interviene Et muy cohibido por Tobías—, ella, ella —tartamudea por los nervios...
—Me doy cuenta, tu estado se ve genial, proteínas no te faltan para entrenar tanto, pero el de mi hermana es deplorable, estabas demasiado ocupado contigo mismo para ocuparte de ella...
—¡Basta! —reprendo a mi hermano molesta—. Esto es mi responsabilidad, deja de culpar a los demás por eso, yo soy la estúpida que me descuido, que me dejo a la cola de todo. Y no necesito a nadie, yo me pondré bien sola.
No miro la expresión de nadie, mi vista está en mis manos y ahí quiero dejarla. Estoy tan furiosa conmigo misma, me odio tanto por ser tan tonta, inmadura e ilusa.
—Vendré a hacerme los controles —prometo.
—Eso espero —presiona el doctor—, de lo contrario te internaré y haremos todo aquí.
—Vamos a dejarte descansar —avisa mamá y besa mi frente—, papá va a venir en la mañana.
—No era necesario.
—Claro que lo es. Brenda te envía saludos.
—Gracias.
Mamá y el doctor salen de la habitación, Ethan espera en un rincón, se come la uñas y mira cual animal asustado, Tobías por el contrario merodea como un tiburón y se resiste a abandonar el lugar.
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Sempiterno Caos #3
RomanceLa relación entre Ethan y Julieta ha llegado al punto más tóxico, y el hilo se ha cortado. Ambos toman rumbos diferentes e intentan alejarse para así poder lamer sus heridas. Aunque a veces la distancia no lo es todo y ellos los saben, sus caminos s...