Capítulo №28

153 29 3
                                    

Me siento como si me despertase de una borrachera, de esas que no sabes lo que has hecho y qué es real o no. Pero en lugar de resaca, siento las mariposas revoloteando en mi estómago. Esa hermosa sensación de que todo está bien, de que levantarte de la cama vale la pena.

Al abrir los ojos me encuentro con la imagen más prometedora que hace mucho no veía. Su rostro no tiene expresiones, parece un bebé. Me levanto un poco poniéndome de costado y así pudiendo verlo mejor, ahí, expuesto y vulnerable. Es tan perfecto y hermoso. Con mi índice delineo su mentón y bajo por su cuello, llego a su pecho y hago siluetas en sus tatuajes. Me acerco un poco más y apoyo mi cabeza en su pecho buscando oler su aroma. Es una droga.

—¿Buscas aprovecharte de mí tan temprano? —pregunta avisándome que despertó.

—Buenos días —repongo y sonrío abrazándolo por la cintura.

—Sí que lo son.

Pasa su brazo derecho por mi espalda y me apretuja más a su cuerpo. Entrelazo nuestras piernas y cierro mis ojos disfrutándolo. Su calor bajo las colchas es tan reconfortante.

—Este es mi lugar favorito en el mundo —confieso y beso su hombro.

—¿La Costa? —pregunta Et.

—Tu pecho —replico y me enderezo para verlo a los ojos—, tus brazos, siempre fueron mi lugar favorito, sea aquí o en cualquier otro lugar.

Hace una pequeña mueca y sonríe, tal vez mi comentario le ha gustado pero lo incomoda que sea tan cursi. Lo conozco.

—La verdad no sé qué responder a eso —confiesa y ríe—, no puedo competir contigo.

—Si dices que me amas me conformo —bromeo y lo abrazo más fuerte, acurrucándome y haciendo pequeña.

—No quiero que te conformes —replica dulcemente mientras acaricia mi espalda—, te lo diré más tarde cuando no lo esperes, prefiero demostrarlo.

—Eso fue tan hermoso que duele —confieso con seriedad.

—No tiene que doler —replica y me levanta para que lo vea a los ojos—, tiene que gustarte, hacerte sentir bien...

Hiperventilo pero es imposible no llorar o querer hacerlo. La imagen de Ethan con tan hermosas palabras salidas de su corazón son lo que siempre quise, y tal vez es temor o sorpresa, pero me resultan fuertes y emocionantes a tal punto que quiero abrazarlo y llorar de felicidad. Soy dramática por naturaleza. Los ojos se me nublan y Et sonríe enternecido mientras limpia las gotas.

—Te dije que no quiero que llores —pide—, quiero verte reír, amo cuando ríes.

Comienza a hacerme cosquillas, pero lo peor es que las cosquillas hacen que llore de la risa. Así que no surte efecto y terminé frustrando a Ethan.
Desayunar viendo al mar no tiene precio. No nos hemos esmerado en preparar nada, simplemente abrimos paquetes de madalenas de chocolate rellenas de dulce de leche y preparamos café con leche. En realidad lo hice yo para que Ethan no queme la leche.

Otra buena vista que tengo es tenerlo enfrente solamente en bóxers. Dios estaba de buen humor cuando lo creó, o tal vez tiene buenos genes de Alexis —quien es muy guapo—, pero de Lilian también, Et se parece más a su madre, su cabello castaño muy claro, su piel blanca como la leche y sus ojos tan verdes como el agua. Yo parezco una amazona a su lado, soy toda de color tierra.

—¿Qué haremos hoy? —consulta muy interesado.

«Quiero hacer el amor todo el día», pienso.

—No sé —Me encojo de hombros y bebo de mi taza—, podemos bajar a la playa y almorzar ahí, luego podemos ir al centro por la tarde.

Sempiterno Caos #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora