Respiro hondo, toso y hago todas las monerías que el doctor exige para dejarme libre. Me revisan el ojo, el cual está horrible, tiene un color violeta de muerto y también tengo unas cuantas venas reventadas en el globo ocular. Me quitan los puntos del brazo y por fin dejan vestirme. Ahora que me mantengo parado por un buen rato, siento dolor en el tobillo que me quedó incrustado entre los pedales del auto.
—Vida normal —dice el doctor mientras anota—, ejercicio sano, las costillas deben sanar con flexibilidad, pero nada de peso o esfuerzo bruto.
—¿Puedo trabajar? —consulto y Sharon, que está en el rincón, chasquea la lengua disgustada.
—Claro que puedes, aunque te recomiendo que te tomes esta semana libre, ropa cómoda, y sexo con cuidado.
—No creo que tenga sexo —murmuro mientras acomodo mi cabello.
—Ya sabes —me regaña—, te veo en quince días.
Salgo de la habitación tan rápido como puedo, con Sharon vamos hacia la recepción y firmo los papeles del alta. Si hay algo que detesto son los hospitales y al parecer mi bajo estado de ánimo era por eso.
—Han llamado del seguro —comenta Sharon en el camino a casa.
—¿Y?
—No cubren tu choque, es más, debes pagarle al que te chocó.
—Maldita sea. ¿Y mi auto?
—Está destrozado, el mecánico dice que conviene que lo vendas.
Cierro mis ojos y suspiro llamando a la paz. ¿Quién mierda me mandó a conducir en ese estado?
—Lo venderé —anuncio—, hablaré y que lo vendan por lo que vale, es su estado, con eso le pagaré al tipo.
—¿Comprarás otro?
—Sí, pero debo vender el apartamento junto al de July. No tengo tanto dinero, y más con todos estos días parado, estoy perdiendo dinero.
—Tranquilo, puedes pedir un préstamo al tesorero.
—No —me niego—, fui un pendejo, debo aceptarlo.
—No usarás la moto, ¿verdad? —consulta y por su tono ya sabe la respuesta.
—Sí —afirmo—, ¿en qué crees que me moveré?
—¡¿Acaso crees que te dejaré subir a una moto, quieres morirte?! —inquiere furiosa.
«Buena pregunta».
Suspiro, no dará el brazo a torcer, y la verdad es que tampoco quiero causarle más problemas a nadie, detesto ser una carga. No digo más nada, sabe que ganó, que deberé ir a pedir un préstamo y comprar el auto ya. Pero eso es lo que menos me importa ahora, tengo demasiadas cosas en mi pobre cabeza aturdida.
—En el apartamento dejé cargando tu nuevo teléfono, está todo organizado, la limpieza, comida, todo.
—Todo menos yo —comento en voz baja.
—Encontré el bolso de Julieta en el sofá, ya se lo llevé a su hermano —comenta y de sólo oír eso entro en estado de pánico.
—Tobías no sabe que estuvo conmigo.
Pienso en voz alta recordando, tampoco sabía que July había dejado sus cosas en casa. En realidad no recuerdo nada luego de eso.
—Le dije que lo dejó en las escaleras —aclara.
—Me siento como un cobarde.
—Lo eres.
—¿La has visto? —pregunto, giro mi rostro para verla y ella no desvía sus ojos del camino.
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Sempiterno Caos #3
RomanceLa relación entre Ethan y Julieta ha llegado al punto más tóxico, y el hilo se ha cortado. Ambos toman rumbos diferentes e intentan alejarse para así poder lamer sus heridas. Aunque a veces la distancia no lo es todo y ellos los saben, sus caminos s...