Su mirada no está aquí, sino en otro lado, perdida, sorprendida y quizá asustada. Tal vez es demasiado pronto, tal vez la he fregado poniéndola en esa comprometedora situación, y yo pensando que es lo que más le gustaría a Julieta.
—No hoy, no mañana —aclaro torpemente—, no es como que debamos apresurar, yo sólo quiero saber si quieres...
—¡Sí!—acepta sobresaltada—, por supuesto que sí, Et.
Suspiro aliviado.
—Confieso que me asusté —admito río nervioso.
Aún sostengo el anillo en mi mano, Julieta se encuentra a escasos centímetros de mí y sonríe ampliamente, su mirada está cargada de lágrimas y no puedo dejar de sonreír, tanto que me duele la mandíbula.
—Acepto casarme contigo —responde mirando a mis ojos y toca mi rostro—, sí por mí fuera nos casamos mañana mismo.
Le coloco el anillo lentamente rogando que sea de su talla, y respiro aliviado al ver que entra justo. Agradezco que Julieta sea tan despistada y desordenada, eso me facilitó tomar uno de sus anillos y más o menos sacarle la medida.
Las palabras sobran en un momento como este, los suaves labios de Julieta sobre los míos alcanzan para sellar cualquier pacto que se realice esta noche. De a poco siento el nudo de mi estómago disolverse, esto me traía mal, muy nervioso. Por suerte la mayoría creía que es por el ascenso en la empresa, pero realmente era por este pequeño instante. El cual, podría salir increíblemente bien y feliz como ahora, o podría resultar en una catástrofe que acabe conmigo.Sé que no es la propuesta más romántica y detallista que suele gustarle a las mujeres, pero yo soy así, tan áspero como el champagne que bebemos. Creo que la esencia de la propuesta es la noche, nuestro mejor momento, en una situación ordinaria como las que acostumbramos. ¿Para qué hacer algo asquerosamente tierno que no acostumbraría? Esto es sincero, real y auténtico. Nosotros nos conocimos en noches como estas, de fiestas, apartados, con bebidas y cigarros, dispuestos a embriagarnos uno del otro... Esto es sólo un paso más sin dejar de ser nosotros mismos.
—No puedo creerlo —dice ella al mirar su anillo a la luz de la luna. Quiere llorar, se nota en lo tembloroso de su voz, pero lo contiene.
—Hemos pasado por tanto —comienzo, la sujeto de la cintura y atraigo a mí—, no concibo imaginar la vida sin ti, castaña.
—Te amo, Et —susurra, y deja caer las lágrimas—. Soy tan feliz que exploto de amor —agrega y me hace sonreír por su comentario cursi.
—Tú eres mi felicidad, July, desde que te conocí lo has sido —confieso y la abrazo. Me tiembla el pecho—. Quiero formar una familia contigo, quiero tenerlo todo contigo.
Sus pequeños brazos se aferran aún más a mi espalda y ejercemos presión sobre el otro. Cierro mis ojos y vienen miles de recuerdos vivos de ella, el antro, su uniforme escolar, su pequeña falda, sus primeros besos, su primera vez, sus miles de 'te amo'...
Lo logré. Tardé pero lo hice. Mamá estaría orgullosa de mí.
Cuando ya no nos cabía más bebida y Julieta tiritaba de frío, decidimos entrar. La mayoría de los presentes está bailando, y como la canción que está sonando es una de las favoritas de July, “Havana”, la saco a bailar. Hace bastante no lo hacemos, creo que últimamente no hemos tenido momentos de esto, o por lo menos no tan seguidos como hace años atrás, cuando no tenía tantas obligaciones como ahora.
—No tienes idea de lo sexi que te ves —susurra ella.
Sonrío halagado y sorprendido. Eso suele ser lo que un hombre le dice a una mujer en el oído, pero con ella es algo normal, me he acostumbrado.
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Sempiterno Caos #3
RomanceLa relación entre Ethan y Julieta ha llegado al punto más tóxico, y el hilo se ha cortado. Ambos toman rumbos diferentes e intentan alejarse para así poder lamer sus heridas. Aunque a veces la distancia no lo es todo y ellos los saben, sus caminos s...