Capítulo №53

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El día de hoy decidí ir de visita al edificio Connolly, las cosas ahí han estado muy caldeadas, principalmente porque como Ethan no tomó su puesto, pero aún así los puestos de han movido y algunos que se han jubilado, tuvieron que tapar hoyos, Alexis es el principal. Él no deja de disfrutar a su bebé, pero no quiere estar tan involucrado con la empresa, no se queja, tampoco presiona a su hijo, pero es más que obvio que quisiese retirarse y que Et tome las riendas.

Mi hermano y Sharon son unos de los más ocupados, no respiran ni viven, hacen más trabajo del que deben y están agotados. Por más que yo no sé hacer mucho de esos sectores, me ofrecí para ayudar en lo que sea, cualquier labor que a ellos le tome tiempo innecesario y que yo pueda suplementar. Y aunque Sharon confesó que le encantaría y que realmente esa era su idea antes de todo este desastre, no quiere que deje solo a Et todo el día.

—¿Capuchino o americano? —le ofrezco a Tobías.

—Americano.

—Te ves terrible —comento al verlo, se lo ve cansado.

—Estoy hecho mierda —admite—, pero tú no estás mejor, ¿ves tus brazos y piernas? Se te ven los huesos.

—Bajé un poco de peso, no es para tanto.

—¿Segura que todo bien? ¿Puedes con esto? —pregunta con mucha preocupación, su rostro es tan claro y expresivo.

Asiento con seguridad.

—Es difícil, a veces flaqueo y siento que me ahogo, pero puedo. Al final del día lo único que me importa es que Et esté bien.

—Tú también importas —me recuerda apuntándome con su vaso de café.

—Cuando yo tuve mis momentos malos, Et supo esperar o estar ahí como mejor le salía, ninguno de los dos es perfecto y hacemos lo que podemos por el otro.

—Lo vi en el gimnasio, está entrenando kick-boxing otra vez, lo noté motivado y concentrado, a tal punto que no pudo responderme dos preguntas seguidas sin perderse.

—Está progresando mucho.

—Siento que cancelaran la boda, July.

Respiro hondo e hiperventilo. Tema sensible.

—Era lo mejor, no podían seguir con la misma taza monetaria y la verdad es que no estamos de ánimo para eso. Cuando él esté mejor veremos si aún quiere casarse.

Tobías se levanta de su lugar y rodea el escritorio hasta estar junto a mí, se apoya en el mismo y me observa desde cerca. Se parece tanto a papá.

—¿Qué está sucediendo en esa casa, July? —inquiere, y sé que sabe más de lo que dice—. Es como un búnker, nada entra o sale, están solos, nadie puede meterse, nadie puede opinar o saber qué sucede ahí. A él no le podemos preguntar nada, pero a ti te veo estresada, casi como si estuvieses amenazada.

—Para nada, es como dices, tenemos que resolverlo solos, es mejor así, estamos cansados de que el mundo sepa más de nosotros que nosotros mismos.

—Si tú supieses lo que me duele verte mal, entenderías por qué soy tan molesto y chusma contigo.

—Y lo agradezco, pero está todo bien, es como te dije, la situación es intensa porque Ethan tiene un carácter fuerte que hay que saber manejar, pero no es nada que con el tiempo no se pase. Volveremos a la normalidad, ya lo verás.

—Sharon dice lo mismo que tú, es como si todos tuviesen el discurso armado.

—¿No le crees? —pongo en duda.

—Confío en ella, no me mentiría —afirma.

No miente, pero lo que ella dice sale de mi boca. La única que conoce la realidad soy yo. Y me alegro que así sea.

Sempiterno Caos #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora