░◤◉🆂🅴🆅🅴🅽🆃🆈 🅾🅽🅴◉◢░

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Al apenas llegar al hospital el pelinegro buscó desesperadamente a su hermana pues quizás ella tendría información sobre su esposa. Al apenas distinguir aquella llamativa cabellera rosada, rápidamente se acercó a ella.

──Sana, ¿Cómo está JooHyun?

──Bueno, ya está en la sala de partos, no te preocupes, ella estará bien, al igual que los pequeños, ya llamé a mamá y papá, ellos pronto estarán aquí para que te sientas mas calmado, ¿De acuerdo?

──Esta bien...

Soltó un pesado suspiro mientras dejaba que su hermana lo abrazara para que se sintiera más calmado. Confiaría en la palabra de su hermana, JooHyun y los pequeños estarán bien.


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Pasaron horas que resultaron bastante tediosas y desesperantes, en especial para el pelinegro que no podía permanecer tranquilo, no hasta que recibiera la noticia de que su esposa y sus hijos estaban bien y libre de peligro.


Después de unos minutos, Sana se acercó a ellos lanzando una pequeña risa al ver como todos parecían querían abalanzarse sobre ella y bombardearla con miles de preguntas. Primeramente miró a sus padres y hermano y luego dirigió su mirada al restos de los acompañantes.

Así que digamos que finalmente soltó la bomba.

──Irene los mellizos y los gemelos están bien y—

Quiso continuar pero el llanto de su madre junto al de su hermano como también el de Jennie y Jisung la interrumpieron, haciéndole sonreír conmovida al darse cuenta de todas las personas que querían a JooHyun y es que... ¿Quién no va a amar a una chica tan dulce y amable?

──¿Podemos verla? ── preguntó su hermano.

──Claro que si, le había dado un tiempo a Irene para que se recupere. Además le suplique a la doctora que estaba a cargo de su parto para que les permitiera que la visitaran todos y por suerte aceptó, pero por favor tienen que permanecer tranquilos ── indicó la pelirosa ──Ahora síganme...

Todos comenzaron a caminar detrás de la pelirosa pues ella sabía en donde se encontraba la habitación en donde la jóven madre se encontraba descansando y aún admirando a ese par de angelitos que habían salido de ella.

Aunque una nueva inseguridad se había creado en ella al ver aquella cicatriz en su estómago debido a la cesárea, pero a pesar de eso, estaba realmente feliz de tener a sus bonitos niños, ChangBin y Yerim.

La castaña estaba tan concentrada en admirar a sus bebés que aún estaban dormidos en la pequeña camilla que habían colocado a su lado que no se había dado cuenta de las personas que habían entrado a la habitación. Afortunadamente los bebés habían tenido el peso correcto y la estatura correcto, los bebés eran muy sanos y muy bonitos.

──¡Awwww Dios mío son hermosos!

──Mamá... ── lo reprochó Chris.

──No puedo tranquilizarme cuando el niño es idéntico a ti cuando estabas pequeño.... ── confesó Jessica rompiendo el llanto.

──Ay mamá, no insultes tan feo al bebé. Es mil veces más hermoso que este mocoso cuando era un bebé ── mencionó Sana recibiendo un pequeño golpe en la cabeza por parte del pelinegro.

──Te odio ── murmuró, para después sonreír dulcemente a la castaña que aún seguía embelesada por los bebés ──Pero mamá tiene razón, son los bebés más hermosos que he visto en toda mi vida y lo mejor de todo es que son mis hijos...

──Y yo que pensé por un momento que nunca podría tener hijos, mis hermanos me hicieron creer que yo era estéril y saber que estos dos preciosos angelitos salieron de mi me hace pensar que fue un milagro ── comentó Irene tratando de no llorar y procedió a tomar a ChangBin entre sus brazos al ver que había despertado ──Hola mi amorcito, hola mi bebé...

──No cabe duda que serás una madre maravillosa... ── aseguró Jessica.

──¿Quiere cargar a su nieto, señora Jessica?

──Mi cielo ya te he dicho que solo me llames Jessica, no hay necesidad de ser tan formal, ¡Y claro, yo más que encantada de cargar a ese niño tan bonito!

La mujer tomó con delicadeza al bebé y luego se apresuró a mostrárselo a su esposo que solo se dedicó a observarlo al mismo tiempo que dejaba suaves caricias en las mejillas del bonito bebé.

──Mi amor... ── mencionó la castaña sonriendo y llamando la atención del pelinegro ──Yerim ya despertó, ¿La quieres cargar?

Chris sonrió grandemente y asintió repetidas veces cargando a la bebé entre sus brazos, sintiendo sus ojos llenos de lágrimas cuando aquellos ojitos lo miraron por primera vez. Era su bebé, su hermosa niña, su hija.

──Hyunnie ── sonrió dulcemente aún con lágrimas en los ojos  ──Gracias por esto, gracias por darme una familia y gracias por aceptar ser mi esposa. Prometo que te haré muy feliz al igual que estos hermosos bebés...

──No tienes que agradecerme mi amor, solo gracias a ti tengo todo esto, puedo ser feliz y ya no tengo nada de que preocuparme. Los niños y tú son lo más importante que tengo en la vida... Te amo Channie...

──Yo también te amo, Hyunnie...

La chica eliminó las lágrimas de los ojos del mayor para así plantar un dulce beso en sus labios mientras que el resto de los que estaban allí solo se dedicaban a admirarlos con grandes sonrisas en sus rostros como también le tomaban fotos y videos.

Era un momento realmente mágico e irreal.

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(๑♡Gracias por leer esta historia♡๑)

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