Capitulo 5

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Nunca estoy - C. Tangana

Vamos a repetir esta conversación 35 veces,
35 veces vamos a hablar de la misma mierda

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Tiempo pasado

Había una especie de jerarquía en la relación de Lisa y Rosé. Se llevaban un mes de diferencia, y Taeyeon confiaba fervientemente en su hija cuando tenía que ver con Lisa.

Cuando Lisa llegó por primera vez a la mansión de los Park, tenía los ojos ensanchados en miedo, con manchas de lagrimas en sus mejillas. Era una niña muy callada y obediente. Rosé, al contrario, era una ardilla extrovertida. Hablaba por los codos, y saltaba y gritaba y tenía una habitación especial para juegos que Lisa no tuvo nunca, y Lisa estaba fascinada. No decía mucho pero Rosé la jalaba, y le extendía muñecas o autos porque Taeyeon nunca creyó en la educación selectiva por sexos, y no acostumbraba a comprarles ropas de un color en específico por haber nacido de un modo.

Por lo tanto, si, Lisa estaba al cuidado de Rosé siempre. En cada salida, la cogía de la mano para que no se perdiera, mientras la rubia enganchaba su dedo en la correa del pantalón de Taeyeon para ella misma no perderse y hacer un desastre.

Rosé era sumamente inteligente, desde niña mostró ser muy pilas en todo, y no era extraño que tuviera siempre sobresalientes en clases. Cada año hacían elecciones para el puesto de presidente estudiantil en Kenter Cayon, y Rosé se había mantenido invicta por tres años seguidos.

Lisa por otro lado era un poco más lenta en la retención de datos, así que sus notas no eran muy agraciadas. Solo pasaba directamente por ayuda de Rosé, que se empeñaba en estudiar con ella para que mejorara.

La rubia la vigilaba constantemente, desde que Lisa tuvo uso de razón. A veces se preguntaba si Rosé pensaba que era de cristal, o era un extraño espécimen propenso a dañarse con cada movimiento.

Era la primera en recoger a Lisa cuando caía al suelo, se encargaba de limpiar las comisuras de su boca si tenía alguna migaja de pan, se aseguraba de que la corbata de su uniforme estuviera prolijamente anudada, y en ocasiones la había defendido de matones cuando Lisa era todavía muy pequeña para pelear.

Rosé era su protectora, a pesar de no serlo realmente, sí cumplía al papel lo de ser una hermana mayor, y Lisa se acostumbró a ello. No era de muchas palabras, así que para ella estaba bien que Rosé hablara por ambas si era muy importante. Claro que, todo se volvió un poco tedioso cuando Lisa empezó a fijarse en las chicas de forma diferente.

La protección se transformó en tortura.

Lisa no podía llegar más de las 9 de la noche, sino tendría miles de llamadas de Rosé preguntando donde estaba y cuando lo hacía, lo primero que pedía Rosé era su ubicación. Lisa a veces era interrumpida vilmente en situaciones comprometedoras, a veces se le pasaba la noción del tiempo con una linda chica en el asiento trasero de su auto. Las disculpas constantes a sus parejas era algo normal.

Lo siento, es Roseanne.

Lo siento, mi hermana necesita algo.

Lo siento, tengo que volver. Roseanne me está llamando.

No todas sus chicas fueron comprensivas, algunas tuvieron atercados directos con Roseanne. En el pasillo de la escuela, en el salón de clases, o en clase de gimnasia. Rosé era consciente que su posición como presidenta le daba privilegios. Las chicas de Lisa eran desplazadas a una categoría baja, eran presas de burla y desprecio por Rosé, Irene y Dahyun. Y quienes no hicieran la voluntad de estas tres, era propenso a ser una paría.

Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora