Capítulo 10

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Blind - Placebo

Don't go and leave me
And please don't drive me blind

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Ya eran pasadas de la 1 de la tarde cuando Lisa entró al comedor de su casa. La casa estaba silenciosa, como normalmente lo era cuando Rosé no estaba tocando algún instrumento o estuviese echada en la sala viendo alguna serie.

Sabía que Rosé acostumbraba a almorzar a la 1:05, y casi siempre almorzaban juntas. A todo esto, Lisa había llegado al menos unos 40 minutos tarde para este hecho, por lo que no se encontró a la cabellera dorada en uno de los extremos del comedor.

Con un suspiro tomó asiento, casi como si la hubiese sentido, Marie salió de la cocina con un plato de fideos con pollo y salsa blanca en sus manos. La sonrisa familiar de la mujer mayor se hizo presente cuando observó a la pelinegra un poco perdida en los adornos de la mesa.

—¿Pelearon nuevamente? —Preguntó con naturalidad la mujer francesa, dejando el plato en frente de la más joven.

Lisa alzó sus ojos y murmuró un agradecimiento antes de coger el tenedor.

—Se hizo costumbre, ¿no? —Respondió solo por cortesía.

—Siempre han peleado desde que nacieron, se volvió más que una costumbre.

—Entonces en serio debemos odiarnos si siempre estamos peleando.

Marie le dio una mirada de conocimiento, jalando la silla del costado derecho de Lisa, y sentandose con las manos apoyadas sobre su delantal. El gesto no era extraño, a pesar de haber trabajado para la familia Park los últimos 20 años, Marie tenía la suficiente confianza para actuar más como una nana que como un mayordomo.

—Dudo mucho que se odien, a veces el amor es tan fuerte que la rabia suele ser una forma efectiva de demostrarlo. No comparto los metodos pero entiendo las intenciones. —Hizo una pausa antes de agregar.— Roseanne solo se preocupa por ti.

Lisa levantó su mirada de los fideos, dejando el cubierto al costado mientras devolvía la mirada a la mujer.

—Rosé solo no sabe escuchar. —Respondió con un poco de rabia.

La pelinegra se preguntó sinceramente qué tanto sabía Marie de la situación que se cernía entre ambas. ¿Eran muy obvias? Por la mirada que le entregó la mujer, supo que no estaba contenta con las acusaciones a la rubia. No podía culparla por tener preferencias, al final Rosé era la que más convivía con ella.

—Rosé solo te quiere demasiado.

Lisa exhaló, tomando nuevamente el tenedor para comenzar a engullir un bocado de pasta. El tiempo que pasó masticando fue suficiente para prepararse y preguntar lo que siempre le había dado curiosidad.

—¿Sabes qué está sucediendo? —Su vista estaba fijada en algún punto de la sala, incapaz de darle la cara a la mujer.

Lisa no tenía que ser muy explícita en la pregunta, todo era lo suficientemente claro.

—Sí.

—¿Y que piensas al respecto? —No se detuvo a preguntar cómo, cuándo y dónde supo que Roseanne y ella comenzaron a sentir cosas por la otra.

—Pienso que están muy confundidas en estos momentos.

—Sé lo que sentimos nosotras, lo que no sé es que sientes tú al respecto... Qué sentiría mamá si lo hubiese sabido.

Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora