Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!P

Capítulo 50

Put Your Money On Me - Arcade Fire

If you want to know who will be there in the end
When you bury me baby, I still be your friend

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5 semanas después

Una pelinegra y una rubia se habían sumergido en una extraña rutina. La primera empecinada en mejorar su promedio a pesar de que ya había recibido tres cartas de universidades con respuestas positivas, y la segunda con la cabeza metida entre preparativos y check lists en relación a la graduación y el baile de fin de curso.

Rosé no supo si fue obra de Taeyeon al amenazar a algun Dios en el cielo, pero hace dos días había llegado la carta de aceptación para Columbia. La carrera de negocios internacionales esperaba por ella. Cuando la tuvo en sus manos había gritado tan fuerte que Lisa trastabilló de su propia cama para llegar a la entrada y preguntar qué sucedía. El júbilo de la noticia fue tanto que la pelinegra la alzó en brazos mientras reían y llevaban ese pedazo de papel tan anhelado a Marié.

De solo recordarlo no podía evitar sonreir con eso.

Tal como lo predijo, algún famoso o persona más idiota que ella haría algo para opacar el asunto del video. La situación se había apagado en gran medida, y a pesar de que aún recibía un par de miradas extrañas de sus compañeras cuando Lisa y ella caminaban juntas por el pasillo, hacía total caso omiso.

Lisa se había comportado a la altura todo este tiempo, asegurandose de mantener la distancia pero aún así agitando su mano por la rendija de la puerta por si necesitaba algo de ella. A pesar de que lo suyo con Jisoo tuvo muy corto periodo, no dejaba de doler por más que pasaran los días. El "¿Qué hubiese pasado sí..." se había quedado en el aire entre ambas.

Jisoo no volvió a llamarla, y ella por más que tuviese que golpearse las manos contra la pared, tampoco lo haría. Pero la extrañaba, no era como si hubiese tomado una extremidad de ella y la hubiese hecho suya... No, no podía superarlo así porque así. Pero el trabajo le ayudaba, mantener la cabeza metida en otra cosa servía para corazones rotos.

La pelinegra en cambio no podía decir que lo llevara excelente.

Después del balde de agua fría que se había llevado con Jennie, un poco del malhumor que recordaba haber tenido hace unos meses había vuelto con creces. Al menos ya no la pagaba con Rosé. Pero sí habían otras personas que estaban recibiendo los trapos sucios de todo.

—Ya es suficiente. —Se escuchó un pitido en el gimnasio. Lisa sacó la cabeza del agua con el ceño fruncido, frente a ella estaba Jihyo, vestida con ropa casual sin su habitual uniforme.— ¿Qué haces practicando todavía? ¿Y para qué? Es tu última semana de clases, Lisa.

Lisa abultó los labios en protesta. Las luces del gimnasio habían sido encendidas, eso quería decir que estuvo tanto tiempo practicando que se hizo de noche.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó nuevamente su entrenadora.

—Solo estoy... —Desvió la mirada por un instante.— Practicando.

—¿Practicando? Eso es ridiculo, sal ahora.

A regañadientes nadó hacia la escalera, aceptando la toalla que Jihyo ya tenía para ella. La mujer la miró con las manos en las caderas, como si buscara las palabras exactas para hablarle.

—Lisa, las prácticas fueron hasta hoy. No hay nacionales ni competencias importantes que impliquen estar un viernes a las... —Alzó la muñeca para verificar en su reloj.— 7 de la tarde en el instituto. Te voy a pedir que me devuelvas las llaves del gimnasio.